Ayer cumplí cuarenta y siete años… Dr. Enrique Rimbaud Decano de la Facultad de Veterinaria Managua - Nicaragua

Todo prometía ser un desastre, total y absoluto desastre… primero, desde mi separación con Verónica, al vivir ella aún en casa, no he podido hacer reuniones con amigos como suelo hacerlas, con asado, copas y conversaciones hasta la madrugada… por lo tanto, ya había descartado invitar a nadie a casa a festejar…

Luego, las propias cosas inherentes a una separación de pareja, que nos hizo estar discutiendo ayer hasta las 3 y media de la madrugada…

Me levanté temprano, pues es día laborable, despegando a duras penas los ojos, mientras dejaba el salario y los papeles de la empleada para que se cobrara, Verónica leía el diario, el que en una página comentaba quienes cumplían años ese día y habían publicado mi foto…

         -   Ah! Es tu cumpleaños! Felicidades! – dijo sin mucho entusiasmo –

Le di las gracias en voz queda y baja, recogí mis calaches y me fui a la universidad, como siempre, fui el primero en llegar, y de a poco mis funcionarios académicos y administrativos fueron llegando y saludándome de a uno, agregándole a los acostumbrados buenos días la palabra felicidades…

Comencé a pensar que iba a hacer, con algo tenía que sacudirme la depresión y la tristeza, e invité a almorzar a mi comadre para simular un festejo… ella aceptó, pero en el transcurso del mediodía le fue dando largas al asunto, posponiendo de quince minutos en quince nuestro almuerzo… en eso viene la Decana de la Facultad de Turismo a pedirme si la ayudaba con unos asuntos del curso que comenzaremos el lunes que viene: "Alta Dirección en Turismo Rural", perdido por perdido, fui hasta su Facultad, y cuando entro, todo el staff de las Facultades de Ciencias Agrarias y de Turismo estaban reunidos brindándome una fiesta sorpresa… comida china, pollos fritos, gaseosas y un gran queque, fueron solo parte de una reunión emotiva donde el entusiasmo y las ganas solo se vieron interrumpidos por los deseos de felicidad y palabras de agradecimiento que a cada rato me ofertaban…

La tarde fue corriendo y hubo que volver al trabajo, y con ello, además de solucionar problemas, me fue picando en la cabeza la pregunta: que hago esta noche?

Pensé en ir al cine, en invitar a alguien a bailar, en irme a algún balneario hasta el sábado, y esas estaba, cuando llega Gabriela y me dice…

         - Doctor, me puede llevar hasta lo de Silvia Guerra? Es que se fue con presión baja y quiero ver como está, si no precisa nada…

Bueh, total, no tenía planes aún, así que dije que sí, y a eso de las seis y poquito salimos con Gabriela hacia lo de Silvia…

Al llegar, me esperaba otra fiesta sorpresa, con piñata y todo, una piñata con forma de Superman, boquitas, vino y un cerdo asado espectacular…

Estaban Silvia Guerra, Silvia Iglesias y David, Nohelia y Luis, los hijos de todos, Lourdes, Gabriela y bueno, por supuesto yo…

No fue la única sorpresa, me comenzaron a llover regalos, que una tabla para carnes, que una camiseta con la leyenda "nicaraguayo", que chocolates, dulces, tarjetas escritas con gran sentimiento, etc.

Mi hermano, que me llamó dos veces, fue también una gran sorpresa y alegría…

Comenzamos a hablar de música, y en eso, me traen un forro de guitarra de regalo, diciéndome que no les alcanzaba para comprar la guitarra, pero por lo menos, si yo decidía comprarla, ya tenía el forro… me hicieron prometer que en breve me la iba a comprar y así lo prometí y continuamos la fiesta…

En un momento, mientras anunciaban que íbamos a partir la piñata, me hacen mirar hacia otro lado, y se aparece Silvia con una guitarra, regalo que me hicieron con el esfuerzo de todos y que aún no lo creo aunque la estoy mirando frente a mí…

Me dejaron sin voz y sin palabras, solo mirando el instrumento, emocionado, hace años que no tengo una guitarra mía, y solo yo sé lo importante que es para mí, lo que significa, volver a tener la oportunidad de tañer las cuerdas, buscando acordes, creando sones, haciendo música…

Aun no puedo creerlo…

Luego, partimos la piñata, acostaron a los niños y nos fuimos a Dallas, una disco – karaoke donde terminamos la jornada alegres, juntos y muy animados…

Lo que prometía ser un desastre, se convirtió en un día espectacular, gracias a los amigos, a los sentimientos, al cariño de los que me rodean, les importo y me importan…

Realmente, pasé un muy feliz cumpleaños!!!

Gracias a todos por todo!!!
Enrique