|
Paraguay: Los gusanos seguiran nadando
por Eduardo Quintana
|
| |
|
|
Abril de 2008 despertó nuevamente el interés de la ciudadanía en la política. Miles de habitantes salieron victoriosos luego de votar en contra de la hegemonía de una nucleación partidaria desfasada, y no precisamente a favor de un obispo católico.
Con una esperanza igualable a la del 3 de febrero de 1989, se encaminaron a esperar el 15 de agosto como culminación de un proceso que hasta parecía maduro. Sin embargo, pocos meses después, las esperanzas siguen en stand by o están disminuyendo a causa de la apatía, falta de liderazgo y de visión del Ejecutivo.
Lamentablemente, Fernando Lugo sí optó por implantar un sistema socialista dentro del Estado paraguayo, a pesar de tener un vicepresidente de centroderecha y contar con un electorado minúsculo en cuestión ideológica marxista o, peor aún, de un supuesto socialismo del siglo XXI, con bases teóricas poco argumentadas.
Lo peor del caso es que el Presidente constantemente viene agradeciendo, halagando y simpatizando con gobiernos dictatoriales, como el de la monarquía castrista o el capitalista estatal chavista en Venezuela. El individuo es lo que piensa y lo que hace. Lugo no está, para nada, abocado a encontrar un consenso dentro de la diversidad, porque sabe que el consenso sirve para sistemas republicanos democráticos, con una mínima base de libertad económica.
Hoy, el ministro católico que fue electo con más del 40% de los votantes, apunta a consolidar estructuras, filosófica y políticamente refutadas, para comandar verticalmente un proceso de "revolución a la paraguaya".
Mientras el PLRA, con sus líderes azules, más que liberales, tenga un vacío ideológico y actúe pragmáticamente en vez de accionar por principios, Lugo decidirá a su antojo la administración unilateral de la República. No se puede gobernar para dos países ni se puede pensar en bienestar si no se consolida la libertad con el método democrático.
Sus más acérrimos seguidores de izquierda seguirán proponiendo la lucha de clases, la depuración del Congreso Nacional, el ocultamiento del PLRA y concreción de la "revolución paraguaya". ¿Cómo se piensa llevar adelante un proyecto de nación, cuando una minoría quiere dirigir el destino de todos? Ya los colorados hicieron su fiesta autoritaria por varias décadas. Las dictaduras de derecha y de izquierda son rechazadas por cualquier individuo consciente de la realidad y amante de su libertad.
Cualquiera es libre de adorar la dictadura cubana, que encarcela, exilia y desmotiva a los cubanos, y que cumplió 50 años de hegemonía, mentiras y oscurantismo. Pero no se debe tolerar que un mandatario sienta simpatía por proyectos fracasados, porque simplemente podría imponer su visión irracional de la misma y para eso, no fue electo.
Los paraguayos recibieron el 2009 con la preocupación de que se aumenten los impuestos, que crezcan los subsidios, que se imponga un proyecto bolivariano, que en nada beneficia el relacionamiento y el entendimiento de las personas.
Sin embargo, aún podrá disfrutar la libertad de decir lo que quiera, de criticar libremente al gobierno, a Lugo, a los luguistas y de circular sin inconvenientes dentro y fuera del país. Esto aún es un sueño para millones de cubanos enjaulados en el mar Caribe. Porque mientras los ciudadanos de esta región disfrutamos la sidra, el calor y la abundancia, ellos, los gusanos, como le llaman los castristas, tendrán que seguir nadando, en búsqueda de libertad.
» Arriba
|