Reflexiones sobre la violencia
por Dr. Marcelo Gioscia Civitate
|
|
|
El reciente llamado a una jornada de reflexión por la violencia padecida por dos de sus miembros, por la Federación Médica del Interior y el Sindicato Médico del Uruguay, nos lleva a tratar de analizar cómo se ha ido deteriorando en los últimos años, el panorama social de nuestro país.
Se comienza por faltar a las mínimas normas de urbanidad (gritar o beber en la calle a cualquier hora, da lo mismo que orinar en la vía pública) y como nadie lo observa ni sanciona, se va generando en el inadaptado una sensación de impunidad, que lo “habilita” luego para emprender otras acciones. También el creciente consumo de drogas ha hecho lo suyo. Es así que arrebatos a la salida de las instituciones bancarias, sin importar sexo ni edad de las víctimas, como rotura de vidrios de automóviles en los semáforos para introducirse en ellos y robar portafolios y carteras, es una experiencia digna de una película de acción a la que no estábamos acostumbrados. Los planes de asistencia social no han apuntado a mejorar la dignidad de las personas, brindándoles “salarios solidarios” (esto es dinero sin trabajar) sin contraprestación alguna. No disminuyó siquiera la deserción escolar de los hijos de los beneficiarios. Tampoco se ha logrado dar a la ciudadanía la convicción de que las autoridades policiales la protegen. La comprobación de esta afirmación la brindó hace unos meses la propia Fiscal Letrado en lo Penal Dra. Mirtha Guianze quien reconoció haber transado directamente con quienes le robaron sus dos celulares, pues la policía la habría dejado “expuesta”. Mientras tanto, la Ministra Tourné se encuentra más ocupada en promover su imagen mediática, que en los buenos resultados que la ciudadanía espera de los recursos –siempre escasos- dados a su cartera, por demás ineficiente.
No hay dudas de que la violencia se ha instalado en nuestra sociedad, y las víctimas, no son sólo los médicos, sino los integrantes de todos los estratos sociales. Nadie de un modo u otro, ha quedado a salvo.
Nos vemos cotidianamente en situaciones de violencia y al parecer, la culpa es de los medios que las denuncian, o del Fiscal que intima al INAU a hacerse cargo de los menores en situación de calle. Violencia, en los semáforos con los limpiavidrios o malabares, violencia, en los zaguanes y en las plazas, donde duermen a pleno sol, jóvenes evidentemente afectados por el alcohol o las drogas. Violencia, a la salida de los supermercados o cuando llegamos a casa con nuestras compras, cuando descendemos de un taxímetro o cuándo dejamos el auto en la calle. Violencia, cuando vemos tomar alcohol u orinar en la vía pública, sin pudor alguno y a plena luz del día, a uruguayos de ambos sexos. Al parecer, todo es gratis. Nadie se responsabiliza. Y lo peor, es que dejemos de asombrarnos.
Esta violencia obedece a múltiples factores, por cierto no imputables en su totalidad al gobierno de turno o al Ministro de Estado a cargo de estas áreas. Aunque, justo es decir que desde el actual gobierno progresista, se han dado pasos que por cierto colaboraron no sólo con el incremento de la criminalidad, sino con la subversión de valores sociales, morales e incluso jurídicos, que formaban parte de nuestro entramado de contención social. Y que debiéramos recuperar en forma urgente.
No es posible admitir ni el lenguaje soez de Mujica, ni la justificación de los hurtos por “necesidad” del sacerdote Uberfil Monzón, ni los enojos de Astori contra el Fiscal que se pronunció por la inconstitucionalidad del IRPF, ni las amenazas del diputado Pérez del MPP contra el Poder Judicial, ni los insultos de Fernández Huidobro contra los abogados, ni la exhibición pública de los salarios de los médicos por parte del Sr. Ernesto Murro.
Debieran brindarse mensajes claros a la ciudadanía, tomando decisiones sin eludir responsabilidades, en el respeto constante de las normas jurídicas, que son las que garantizan en un Estado de Derecho, la convivencia social.
Comentarios en este artículo |
|
» Arriba
|