Frontera Chuy
Entre el español y el portugués
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De acuerdo a la etimología de la palabra Chuy, esta proviene del tupi-guaraní y tendría varios significados entre los que se encuentran: caballo pequeño, arroyo de las tortugas pequeñas, etc.
Sin embargo, es evidente que nuestros aborígenes estaban equivocados al atribuirle un significado tan pequeño y sin importancia a una zona que con el correr de los años, estaría destinada a ocupar un sitio preponderante y de significativa relevancia dentro del concierto nacional.
Para referirnos a la corta historia de esta frontera romántica y generosa nada mejor que transcribir un trabajo de quien fuera un estudioso de la historia local Wilkins Machado, cuyo espíritu sensible a la investigación supo extraer de su vasta producción, impresiones imborrables originadas en el paisaje cautivante y envolvente de este pueblo fronterizo. Es fácil comprobar en estos trabajos que la investigación de Machado denuncia una temática inspirada en los orígenes de Chuy, analizando en breves pantallazos la fisonomía, costumbres y evolución del rancherío inicial: “Arroyo Chuy… y en tus aguas el yaguareté sació la sed y el indio altivo refrescó sus heridas, con tus frutos calmó su apetito y en las sombras de tu monte gaucho, forjó la historia de tu nombre ausente. Chui te llamó porque el trinar de los chuis lo despertaron un día, el mismo día que empezaste a hacer tu historia con nombre, historia tan límpida como tus aguas, o quizás mientras ensimismado pensabas en la toldería lejana, se te ocurrió llamarlo chué por la cantidad de tortugas que observaba desde su nostálgico silencio. Te visito el español y el portugués, pero tenías alma y una historia de pájaro libre, tan libre como tu senda que se inicia en el Brasil y se confunde en el atlántico. Fuiste historia y lo eres; hiciste historia y la haces y como colofón fuiste padre de un Chuy tan
libre como tus pájaros, tan perseverante como tus tortugas o tan altivo como el indio que el nombre te dio. 1888…policromía de azul y verde, cielo y campo. La vista perdiéndose en el infinito y el hombre confundiéndose y mezclándose en ideologías e idiomas, duro batallar diario para subsistir en un medio aislado y falto de recursos. Mezcla de productos de mil revueltas, amalgamados con contrabandistas, caballistas por excelencia, enamorados del peligro, ocultos en los montes, fieros custodios de matutes que pretenden traducir en monedas. Un comercio, una comisaría, una aduana y cinco ranchos. Chuy 1888. Pasan los años, se amplían las sendas formando caminos, la diligencia trae a cuestas la civilización mientras nuevos vecinos asientan sus reales en esta zona trayendo el progreso. Llegó la diligencia, cita obligada de nuestros antepasados y la natural curiosidad por saber lo que pasa más allá, donde la vista se pierde buscando una razón para este acá. Domingo, una penca cuadrera da motivo de reunión de categoría, se hacen negocios, se arregla un matute, a veces una reyerta pone la nota distinta. Pioneros de Chuy, hombres, mujeres y niños, conjunción de ideas en busca de superación, soñando quizás muchas veces con un viaje maravilloso, casi imposible, prometedor de mil aventuras, quién no habrá soñado con un viaje a Rocha.”
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