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Argentina: "Un tablao" para todo uso... por Julio A. Cirino |
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En las próximas horas, mientras el presidente de los Estados Unidos procura (tardíamente) mostrar su interés en América Latina, el presidente Hugo Chávez arriba en lo que se califica de "visita oficial" a la República Argentina.
El día viernes 9 el bolivariano será la figura central de un acto público a realizarse en un estadio de fútbol con capacidad para 40.000 personas situado en la ciudad de Buenos Aires, y al cual también fue invitado a sumarse el "boliviano bolivariano" presidente Evo Morales.
El objeto formal de la reunión: repudiar la visita del presidente George Bush a la República Oriental del Uruguay.
El gobierno del presidente Kirchner informó que nada tiene que ver con la organización de este evento (que sin embargo requiere, como todo acto de esa naturaleza, de la autorización del Ministerio de Interior). Se comunicó, si bien no oficialmente, que parte de la seguridad del evento estará a cargo de unos 400 efectivos venezolanos, sin más detalle.
Ciertamente las previsiones de la Convención de Viena cubren el hecho que un jefe de estado ingrese a otro país con su personal de seguridad. Dicho esto, cabe preguntarse si quienes ingresan lo hacen en tal alto número, si portan armas y si sus funciones no van a colisionar con las de la Policía Federal Argentina.
Más interesante aún, si ingresan con armamento, ¿egresarán con armamento? No lo sabemos.
La Cancillería argentina aún carece de información dado que, aunque parezca extraño, la visita de un jefe de estado es coordinada por la Universidad de las Madres de Plaza de Mayo que dirige la señora Hebe de Bonafini, la defensora de ETA.
Como bien señaló el presidente Chávez, nadie discutiría su derecho a viajar por el planeta tierra según lo estime prudente, ese no es el punto.
Mirada la cuestión desde una óptica argentina el tema genera preguntas ineludibles:
¿Cuál sería la agenda oficial que explica el viaje del presidente venezolano a invitación de su homónimo argentino en estas fechas?
Qué sentido tiene para argentina permitir que su territorio sea utilizado como "sambódromo" por un presidente extranjero (no importa su nacionalidad) para atacar a otro jefe de estado con quien el país mantiene "cordiales relaciones".
En 1997 un presidente argentino – democráticamente electo -- solicitó y obtuvo de los Estados Unidos ser declarado "aliado extra-OTAN" una categoría que pocos países ostentan. Este status no fue denunciado y por el contrario, el presidente Kirchner ha mantenido el mismo, hasta el momento. En ese contexto cómo resulta entendible la actitud de nuestro país. Cómo se insertaría la misma en el marco de lo que el gobierno Kirchner denomina una "relación madura" con los Estados Unidos, donde, incidentalmente, se acaba de dar a conocer un informe del Departamento de Estado confirmando lo que no pocos periodistas venimos denunciando, las abiertas presiones del ejecutivo para silenciar o ahogar toda prensa independiente.
Hasta donde nosotros sabemos la República Oriental del Uruguay es un país independiente y si sus autoridades (electas) resuelven recibir al presidente de los Estados Unidos, qué sentido tiene para la hermandad regional (tan alardeada) denostar una determinación de este tipo.
Es triste para nosotros ver a nuestro país hacerse cada vez más irrelevante en el mundo de los ideales de la libertad, para convertirse en "tablao" del show populista de un "bailaor tropical" con mucho dinero en las alforjas…
Fuente: Diario Exterior
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