Un curso muy particular…
Dr. Enrique Rimbaud Decano de la Facultad de Veterinaria
Managua - Nicaragua
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Eduviges, Marvin, Rafael, Luis, Román y otros ocho carretoneros se desplazan en el microbús de la universidad… hoy no usan su carretón tirado a caballos, hoy es un día especial, estas trece personas, estos trece carretoneros, recibirán de lunes a miércoles un curso de "facilitadores" en bienestar animal, procurando prevenir la aparición de heridas o el uso abusivo de los caballos por parte de los carretoneros…
Es una cadena compleja, desde Inglaterra, la WSPA (Sociedad Mundial de Protección Animal), nos envió como sociedad miembro que somos a Becky Whay, Susan Roger y Mónica List, quienes el fin de semana capacitaron a nuestros veterinarios en las técnicas de facilitación y como "construir" líderes comunitarios…
Durante todo el fin de semana mis muchachos se entrenaron duramente, el sábado en la universidad, y el domingo, para que estuvieran más relajados, los llevé a ese pedazo de paraíso enclavado en la tierra que son las costas de la Laguna de Apoyo del Volcán Catarina… pero estaban tan concentrados, que ni se bañaron, ni pararon para comer… de hecho, además de chofer les hice de cocinero y mesero, repartiéndoles la comida en el sitio donde estaban tomando su curso del cual no se despegaron hasta ya entrada la tarde…
El lunes, en medio de un paro de transporte arrecho, salió un bus de la universidad en un largo e intrincado recorrido a buscar a los carretoneros seleccionados para el curso, a las cuatro de la mañana, Pedro salió con uno de los choferes hasta la ciudad de Granada, de ahí a Masaya, y luego en Managua pasar por Jocote Dulce, Los Solanos, Cuajachillo, Acahualinca, Las Torres y Reparto Schick, terminando en la Sala de Maestrías donde se les dictaría el curso…
Los carretoneros felices, nunca habían tenido la oportunidad de realizar cursos en una Universidad, y de hecho, saben que este no es una instancia única, sino parte de un complejo programa educativo que estamos organizando, que contempla desde simple extensión por el bienestar animal, hasta cursos de preparación para herraje de caballos, construcción de arneses y de carretones ergonómicos, más allá de la atención veterinaria gratuita a la que ya los tenemos acostumbrados…
Son familias pobres con historias tristes, historias dinámicamente tristes, que solo saben ir de tristeza en tristeza diariamente, durante el curso, uno de ellos nos contaba que su familia estaba viviendo en una casa improvisada de plástico negro y como con la lluvia de la noche anterior tuvieron que salir a buscar refugio porque todo se les había inundado, perdiendo sus pocas pertenencias… como estas, cada uno de ellos tiene tristezas y miserias para contar, pero las sonrisas pintan sus bocas, agradecidos por tenerlos en cuenta en estos difíciles momentos que vive el país…
Hay 30,000 familias en el país que "sobreviven" con sus coches o carretones tirados a caballos, mensualmente, apenas juntan poco más de veinte dólares con los que deben alimentar a su familia y al caballo, enfrentar gastos de salud y educación, y vestirse… poco mas de cien mil personas que solo son la punta del iceberg de la miseria, dado que por lo menos tienen el carretón y el caballo para defenderse, cuántos son los que no tienen nada?
La miseria duele, la miseria te golpea la cara de frente, no perdona, y hace estragos…
Luchar contra la miseria no pasa por dar limosna u organizar actos de caridad para regalar juguetes en la navidad… luchar contra la miseria pasa por educar, por brindar herramientas de trabajo, por generar mano de obra calificada, por mejorar sus condiciones de trabajo, y en nuestro caso, como veterinarios, por mantener el caballo en buenas condiciones enseñándoles cómo cuidarlo, como alimentarlo, donde sacar la comida necesaria diariamente…
No nos ayuda el Estado, ni otras universidades, no importa, para nosotros, es una obligación como seres humanos, como profesionales, como institución de educación superior, ayudar al prójimo a erigirse como hombres en esta tierra tan difícil…
Los estudiantes, jóvenes de posición económica desahogada estudiando en una universidad privada, son los primeros en acudir en su ayuda, y colaborando con su prójimo, además de practicar veterinaria en forma intensa, dado que atendemos más de 5,000 caballos por año, se forman en valores, en altruismo, en colaboración y cooperación con compatriotas que no han tenido su suerte, pero que tampoco merecen la que tienen…
No basta con inyectar un caballo, hay que saber su historia, más allá de la historia clínica, que es lo que hace y como vive la familia que lo tiene y lo mantiene, porque se llega a esa situación en la vida… solo comprendiendo el porqué de las cosas se puede llegar a una solución de fondo…
Mis docentes no esconden su cabeza tras la pantalla de una computadora, sino que ven a la miseria de frente, con la cabeza en alto, desafiándola, sabiendo que no son la solución, pero al menos, si parte de ella…
Desde Managua, Nicaragua, un día más en esta lucha contra la miseria…
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