UNA NOTA POLITICAMENTE INCORRECTA
Por María Mónica Montini
La libertad de prensa esta hoy un poco vilipendiada. Pienso esto porque creo que no hay que confundir a las personas, intentando apelar a la libertad de prensa, cuando los hechos ocurridos no tienen nada que ver con esta.
Una persona sea esta quien sea tiene el derecho de opinar y estar convencido que un juez se equivoca. Además los jueces son seres humanos, por lo tanto falibles. Por lo tanto defiendo la libertad del Director de Rentas de pensar, sentir y no estar de acuerdo con la sentencia dictada por un Juez. Pero si la persona en cuestión ocupa un puesto de alta jerarquía del Poder Ejecutivo, cargo para el que fue elegido por las máximas autoridades de ese Poder no puede salir en televisión insultando a un miembro del Poder Judicial. EL Sr. Director de Rentas debió tener el reparo de guardarse sus opiniones y apelar como lo tendría que hacer cualquier ciudadano común, la pena impuesta a los Directores de La Pasiva según lo marca el Código General del Proceso. Entiendo su reacción, pero no justifico que la haya manifestado públicamente y ante las cámaras de televisión. Así se ha configurado un desacato de un funcionario público, inmiscuyéndose en la separación de poderes y por lo tanto debe ser sancionado. Tal vez no con prisión, por más que esta haya sido en suspenso, pero si un llamado de alerta hacia funcionario público de su investidura, quien debe ser dueño de sus silencios y responsable de sus no silencios. Puede ser mi parecer, que con sus públicas declaraciones pidiendo disculpas debiera haber alcanzado, pero la justicia no lo entendió así. Por este motivo, creo que como ocurre con cualquier funcionario público con un proceso con pena de prisión, debió haber sido removido de su cargo, y no haber recibido el apoyo explícito del Presidente de la República y del Ministro de Economía, quienes con esta actitud están otra vez vulnerando la independencia del Poder Judicial. Y aquí tal vez me exponga a que nuestra Redactora Responsable me llame la atención, manifestándome que el Director de Rentas tiene los mismos derechos que los demás ciudadanos, pero en ello mismo me baso, tiene los mismos derechos y por lo tanto las mismas obligaciones, pero debe guardarlas con más celo que los demás. Cualquier ciudadano común, no puede vituperar a un magistrado, sin pagar las consecuencias de sus actos, más aún un funcionario público, y menos un funcionario público de su jerarquía. Aquí lo que está en juego no es nada que tenga que ver con la libertad de prensa, sino la vulneración de un Poder del Estado por otro, y bueno es recordar que nuestro estado de derecho se basa en la división de poderes.
Con respecto al caso Escanlar, entiendo que más allá de la libertad de prensa, el ser periodista no le da patente a nadie de insultar groseramente a una persona, sea esta quien sea. Una cosa es denunciar hechos, emitir opiniones y otra cosa muy diferente insultar de la forma que este periodista insultó al Director del Diario La República, ni a ninguna otra persona, Este acontecimiento también desembocó en un procesamiento con prisión en suspenso. La prensa tiene el deber de informar, opinar, pero no degradar a las personas y así mismas con este tipo de actitudes. Estimo fundamental recordar que el respeto mutuo, es lo mínimo que podemos pedir entre los seres humanos que debemos convivir en una sociedad. Aquí tampoco considero que haya una vulneración a la libertad de prensa. Lo que se juzgó fue un insulto de una persona hacia otra. No fue una información que un periodista haya dado, ni una opinión que haya vertido sobre hechos, fue lisa y llanamente un insulto. Y no opino si el insulto es o no merecido, pues no me compete, pero si comenzamos a admitir que libremente los ciudadanos podemos utilizar los medios de prensa para insultar a otros ciudadanos, estamos en un camino por cierto en franco descenso de nuestra dignidad y libertad..Pues la libertad de cada uno termina donde empieza la de los otros.
No tengo dudas que quienes defienden a ultranza la libertad de prensa, me caerán con críticas arrolladoras, sin embargo con estas actitudes lo único que se logra es rebajar la libertad de prensa, no dignificarla.
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