Patricia Aleman
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por Graciela Vera
Periodista independiente
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Se ha propuesto devolverle a los telares el sitial de privilegio que una vez tuvieron en la provincia de Almería y que, a su entender nunca deberían haber perdido.
Se llama María Patricia Alemán Ospina, es colombiana y como ella dice, en esta tierra de la que se ha enamorado por su belleza también ha sido inmigrante.
Hoy puede sentirse satisfecha, puede dedicarse a lo que es su pasión: el tejido y el arte o, el arte y el tejido; pero recuerda que aquí no llegó con sus telares ‘al principio, en San José (pequeño pueblo turístico enclavado en Cabo de Gata, Almería) trabajé en hostelería… el curso de inmigrante me lo he hecho completo… si esto me falla limpio casas…’, se queda pensativa y finalmente dice algo que sabemos es muy cierto, -‘ por eso me da mucha rabia cuando veo gente en la calle que te pide porque no tienen trabajo.. . porque si quieres trabajar, aquí hay trabajo…’
Y Patricia Alemán quiere trabajar y lo hace y ha traído hasta nosotros su trabajo: una exposición de tejidos y tapices que unifican en un todo lo que ella ahondó como diseñadora textil en su Colombia natal y lo que a su inspiración aporta la tierra que la acoge y de la que se siente parte integrante.
Su imaginación combina colores, crea tapices y nos asombra, porque a los neófitos en la materia sigue fascinándonos la capacidad de los artistas para hacernos ver toda una historia, toda una comarca, todos los sentimientos y el razonamiento, en una pequeña superficie colgada delante de una pared. Ésto es lo que ha logrado Patricia con su exposición.
-‘La exposición se llama Recapitulando porque es como recapitular cosas que he vivido en los siete años que he vivido aquí, en Almería…; las cosas bonitas porque, la verdad es que hubieron momentos de uno extrañar tu tierra, pero tú te vas a las playas de San José y se te olvida por un momento toda la depresión y la tristeza que te da el estar lejos’.
-‘Igual pasa con el otoño…’, nos dice al tiempo que nos detenemos ante un tapiz que ha bautizado con el nombre de la estación de los ocres, -‘…el otoño es una estación que a mí me vuelve loca porque tiene unos colores impresionantes. Yo vivo en una región, Gérgal, donde se nota mucho el otoño’. La imaginación nos pasea por el pueblo de Gérgal y lo recorremos en ese otoño que tan bien nos describe Patricia con palabras y con su obra: -‘…allí, como hay tanto campo el otoño se clava en los árboles, …el cambio de hojas, …el cambio de colores’, y es vehemente al afirmar; -‘es espectacular el otoño’.
Y también su ‘Otoño’ es espectacular
Y allí está también ‘Olivar’, y queda plasmado el atardecer y el verde de los campos y la versatilidad del color rojo o la soledad de la inmigración.
Y al referirse a la inmigración reseña: -‘…soy inmigrante, no ha sido fácil pero sí, he tenido ayuda de muchísima gente; empezando por la Iglesia de San José, el padre Antonio que me ayudó a conseguir los telares…., luego llegué a Gérgal , allí compré mi casa y fue la alcaldesa de Gérgal la que me ayudó a empezar a dictar los cursos ,primero pidió uno para el pueblo y luego fue quién me presentó con la Diputación de Almería y con el Área de la Mujer con quienes empecé a trabajar en esto de rescatar el tejido en telar…’
Ante nuestra pregunta no duda ni un minuto en su respuesta: -‘¿Qué pretendo?... que no se los olvide (refiriéndose a los telares), que entendamos que aquí en Almería o aquí en España puede ser un oficio, pero que en realidad esto es una profesión…. y pretendo que la gente, sobre todo la gente joven vea que es otra forma de expresión, que el arte no es sólo la pintura, que no es sólo la escultura, que con esto (y señala el entorno) se puede trabajar obras de arte… crear y que con los telares la mujer se puede desempeñar trabajando desde su propia casa’.
Y la idea que reitera es rescatar los telares y como arte que son, se ha dirigido a la Escuela de Artes de Almería donde sabe muy bien que en otra época y hasta que falleció el encargado de enseñar a utilizarlos, hubieron telares.
Comenzamos a hablar sobre los desfiles de moda que precisamente se están realizando en las instalaciones de la Escuela de Arte y surge la conversación que la lleva a observar que, si lo que se pretende es promover el diseño de modas, muy fácil sería si los telares de la escuela estuvieran en funciones y más gente supiera utilizarlos y crear con ellos.
- ‘Creo que la única Escuela de Artes que no tiene telares en el mundo, es la de Almería…., recuerdo que cuando estudiaba en la Universidad, la gente que aprendía Bellas Artes hacía talleres con nosotros porque si tenían que hacer una escultura, ya tenían la idea y nos la plasmaban a nosotros para ver que tipo de tejidos hacíamos; la gente que estudiaba diseño de moda igual ya que en el final de curso tenían que hacer un desfile de modas y ellos diseñaban y nosotros hacíamos las telas…. es una compenetración…’
Nosotros no lo entendemos, pero Patricia nos dice que ha solicitado por varias veces una entrevista con el Director de la Escuela de Bellas Artes con la finalidad de proponerle rescatar los telares, al menos saber que se hizo con los que había en la escuela, y nunca se le ha dado respuesta.
Nos queda la duda ¿será realmente la Escuela de Artes de Almería la única que no tiene telares?
La pregunta queda sin respuesta, o podemos anexarle otra que comienza a rondarnos la cabeza: ¿Hay interés en la Dirección escolar de rescatar este otro arte-oficio?
Los temas se suceden como el de la violencia escolar pero no como un problema insoluble sino como el resultado de una opción escolar donde falta el arte.
-‘En los colegios lo más que se les enseña a los alumnos sobre arte es el dibujo técnico y entonces el muchacho no tiene donde expresar lo que lleva adentro……, en Latinoamérica tu ves que el muchacho tiene danza, costura, telar, baile, canto, guitarra… lo que quiere y necesita y se lo dan a nivel de colegios… aquí la expresividad la tiene completamente anulada y entonces el niño no sabe como expresarse…’
Entran personas a ver la exposición y nosotros nos dedicamos a tomar fotos. (Ver Galería de Fotos) Patricia vuelve a nuestro lado y nos explica que su trabajo requiere dos técnicas diferentes, una utiliza telar horizontal y la otra telar vertical; dentro de las dos opciones, tejidos y tapices, los primeros siguen aunadas a la creatividad las pautas del diseño textil pero los últimos necesitan especialmente de la inspiración creativa del artista.
-‘ …necesitan un cierto momento, un momento de inspiración… y la creación tiene que ser en el instante que te llega la idea…, luego viene el cómo plasmarlo, que materiales vas a utilizar… pero todo eso va llegando en el momento en que ya te sientas en el telar a funcionar…, ya tienes una idea… a veces no te gusta y… entonces tienes que sentarte otra vez o abandonarlo completamente y ya vendrá otro momento en el que volverá la inspiración…. son simplemente momentos muy especiales.’
Y por supuesto, ese es el motivo por el que no pueden crearse tapices como hace los chales o como hacen las mantas de sofá –‘es diferente a ese tipo de cosas que es combinación de colores y diseño; los tapices son algo muy distinto y necesitan de esos momentos especiales…’
Tan especiales como las opciones que brinda a las mujeres almerienses de aprender a utilizar los telares en sus cursos. Mujeres que, como nos dice, se encuentran entre los 20 y los 70 años pero, que quizás porque como ella define a la provincia, es una tierra donde su gente no necesita dinero, lo hacen más como una forma de pasar el tiempo que como una fuente de ingresos.
El último curso que dictó Patricia Alemán fue en Sorbas, a las mujeres de la asociación Cariatis que, como las define, -‘son treinta mujeres que nunca pelean’ y que quieren seguir aprendiendo pero que quizás no puedan hacerlo en el próximo año, porque el Ayuntamiento de Sorbas les reclamó para otros fines el local donde se venían reuniendo y donde guardaban los telares.
No es fácil materializar los sueños en un sitio donde las autoridades no colaboran –‘nos dan la mano o nos cierran la puerta’.
No importa, Patricia no se da por vencida porque ella sabe que el tejido en telar manual es cotizado entre los entendidos, vende su producción en Madrid y Barcelona y su taller es conocido por el boca a boca que es la mejor publicidad que puede tener alguien que entiende que está haciendo bien las cosas.
Pero nosotros queremos saber más. No distinguimos un tejido en telar manual de un tejido en telar industrial y queremos aprender a hacerlo.
Patricia lamenta que para el común del público eso resulte casi imposible… sólo el entendido se dará cuenta de las imperfecciones, que como tales, pero que resultan la marca de lujo de una tela tejida en telar manual. -‘Cuando es perfecto se sabe que no es hecho a mano, pero el común de la gente no lo reconoce y menos si hay una etiqueta que dice que sí, que está hecho a mano’.
Los edredones bordados, los tapetes, las fundas de almohadones, las mantas para tapar el pan, las jarapas… conversar con Patricia es contagiarnos de su entusiasmo y proponer este material, como hace ella, para adornar las casas rurales para el turismo.
No podemos finalizar sin considerar que fue necesario que llegara una inmigrante para rescatar la vieja tradición de los telares*1).
*1) En este siglo XI, Almería fue el puerto más importante de Al- Andalus. El producto que más se exportaba era la seda, de excelente calidad y numerosa variedad de tejidos que dieron fama a la ciudad por sus muchos telares.
Almería, en el sur del norte, 8 de noviembre de 2007
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