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Año III - Nº 161 - Uruguay, 16 de diciembre del 2005

 

Identidad y Vivienda

 

Mientras surgen nuevas alternativas urbanas que van cambiando la identidad ciudadana, la piqueta continua borrando rastros del pasado para dar paso a una nueva ciudad.

Aún reconociendo que los cambios obedecen a las pautas que reclama el progreso es evidente que se deberían aplicar nuevos criterios para mantener la permanencia de ciertos valores históricos que hacen a nuestra identidad.

El ejemplo ofrecido hace algunos años por los vecinos cuando se pretendió demoler la receptoría de aduanas, esta demostrando que estamos a tiempo de salvar algunos edificios que son representativos del sentimiento popular.

Chuy 1958: primer edificio del Banco República y restauran Carioca, ambos sobre la avenida Internacional.

Sin embargo es justo señalar que no todo está limitado a los edificios, sino que también debemos cuidar como corresponde los teléfonos públicos, la iluminación del barrio y los temas relacionados con el medio ambiente.

Grupos minoritarios están trabajando en distintas comisiones impulsando una acción conjunta con las autoridades para implantar una nueva mentalidad entre la comunidad.

Se viene reclamando insistentemente una mejor atención a los problemas barriales, restauración de viejos edificios, conservación de los espacios públicos y mayor atención a todos los valores representativos de nuestra ciudad.

Se trata de una zona turística con muchas posibilidades de crecimiento, pero que también necesita preservar su memoria sin detener los planes que puedan transformarla en la ciudad moderna y progresista que todos queremos.

La movilización popular de los vecinos ha demostrado en muchas oportunidades que están atentos a los cambios y que en algunas áreas la ciudad no puede ser administrada solamente por las autoridades sino que debe recurrir a la opinión de la gente.

Como sucediera con la anunciada demolición del edificio de la receptoria y en otros ámbitos urbanos sería conveniente que se tuviera en cuenta la opinión colectiva ante determinados temas. Se debe actuar con equilibrio y sentido común teniendo en cuenta que no todo lo moderno es sinónimo de progreso.

En la actualidad es evidente que se está prestando poca atención al paisaje urbano al entorno de los lugares públicos a la conservación del patrimonio edilicio y otras iniciativas que los vecinos han presentado ante los organismos correspondientes.

Existen algunos edificios centenarios cuyo reciclaje para mantener el marco visual de aquellos años, sería muy difícil de lograr por el alto costo de los materiales.

Pensamos que los esfuerzos aislados que se vienen realizando se deben centralizar en un organismo integrado por historiadores, profesores y personas interesadas en el tema y que tengan interés en trabajar por los valores históricos y culturales de la frontera.