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Año III - Nº 161 - Uruguay, 16 de diciembre del 2005

 

Las fiestas Navideñas bajo fuego
* Danny Luque
   

Contaba yo con escasos seis años aquel 24 de Diciembre, la magia de la nochebuena nos envolvía a mi, a mi hermana, y a tantos y tantos otros niños que ilusionados esperábamos la llegada de Papa Noel.

Recuerdo que la casa en que vivíamos tenía una ventana que daba a la azotea, lugar ideal para que Papa Noel aterrizara en su trineo, con sus renos y su enorme bolsa de juguetes.

Era una noche limpia, nítida de verano. Mi hermana y yo contemplábamos las estrellas imaginando el derrotero que recorrería nuestro Papa Noel ,hasta que la voz de nuestra madre nos recordaba que ya era hora de dormir y que ..." Papa Noel no llegaría hasta que estuviéramos bien dormidos".No recuerdo con exactitud a que edad supe que Papa Noel solamente existía en nuestras mentes, en nuestros corazones, en nuestra imaginación de niños ávidos de historias increíbles o fuera de lo común, pero bendigo el haber tenido la posibilidad de transitar por toda esa etapa mágica que solamente los niños de esa edad pueden recrear con tanta naturaleza, inocencia y candidez.

La llegada de Papa Noel y de los Reyes Magos llenaban nuestros corazones de gozo y no necesariamente por los regalos que obtendríamos sino por la aureola que rodeaba esos "días encantados".

Han pasado algunos años de aquellas vivencias tan bonitas y aún hoy se me eriza la piel cuando pienso y recuerdo en las tantas noches que con mi hermana esperábamos junto a la ventana que daba a la azotea la llegada de estos místicos personajes navideños.......hasta que nos vencía el cansancio.

10 de Diciembre del 2005, en algún lugar de los Estados Unidos.
Junto a las ajadas pinturas de color de la clase de arte de su pequeño hijo, habían papeles en los que se apreciaban imágenes claramente reconocibles para estas fechas: un candelabro judío dibujado, en otro papel siete velas de color rojo, verde y negro.

Acto seguido el padre le pregunta a su hijo acerca del candelabro judío, a lo que su hijo responde que en cierta forma, se trataba de un milagro, el padre asintió con su cabeza en un gesto de afirmación.

El rojo, verde y negro representan Kwanzaa acotó el pequeño .A todo esto ,el padre pensó que su hijo también estaría dibujando algún arbolito de navidad o algún símbolo relacionado con las fechas navideñas que año a año acostumbraban a celebrar en su hogar y en su comunidad. Grande fue la sorpresa cuando se percató que su hijo no tenía en vista dibujar ni colorear nada que se relacionara con las fechas navideñas.

Tiempo atrás el pequeño le preguntó a su madre porque ellos no tenían un candelabro en su casa a lo que su madre respondió: " porque no somos judíos, somos cristianos".
La sorpresa del padre fue en aumento cuando le pregunta a su hijo si en la escuela (en la clase de arte) había tenido la oportunidad de dibujar un arbolito de navidad, a lo que el pequeño respondió:"Lo que dibujamos fue un arbolito de la amistad".
Casos como este se están dando a diestra y siniestra a lo largo y a lo ancho de los Estados Unidos. Podemos asegurar sin temor a equivocarnos que nuestras navidades se encuentran bajo fuego, y el campo de batalla más preciado para estas fuerzas que operan sigilosamente, paulatinamente y amparadas en nuestra constitución, son las escuelas públicas.

En los últimos años se han presentado decenas de demandas contra varias escuelas públicas, algunas de ellas totalmente frívolas. El blanco de estas demandas no es realmente la Navidad,"el pez gordo" es el Cristianismo y todo lo relacionado a esta religión.

Estados Unidos que fuera fundado hace más de dos siglos sobre bases religiosas judeo-cristianas y hoy por hoy es abrumadoramente cristiano, está siendo atacado por fuerzas seculares progresistas que ven en la más mínima referencia o detalle acerca de la Navidad en lugares públicos una afrenta, y por ende, motivo de quejas, acciones legales, aireadas protestas, amenazas y sentimientos encontrados. Todos los años las limitaciones para con esta celebración se tornan más estrictas y poco a poco las " nuevas reglas" se van diseminando a otras comunidades. Las demandas y las contrademandas están a la órden del día.

Al principio eran escenas del pesebre en las plazas y otros símbolos navideños los que creaban cierto malestar. Hoy por hoy los militantes seculares han expandido su "batalla" contra las Navidades hasta llegar a la mismísima Corte Suprema en el afán de cambiar el significado del tradicional "Christmas break o Christmas Holiday, por el novedoso "winter break" (receso de invierno), sin percatarse de que si no fuera por la celebración de las Navidades no existiría ningún "receso de invierno".

Ya no puedes decir "Feliz navidad" en la escuela o en la oficina; solamente "Felices Fiestas" es aceptable.

No más villancicos en público. Arboles de la amistad en lugar de árboles de navidad. No más Papa Noel, no más estrellas de Belén, música de navidad o representaciones navideñas, hasta los colores rojo y verde están bajo fuego!

El trabajo metódico y coordinado de los abogados de la Unión Americana de Libertades Civiles(ACLU), así como de los ateos y muchos que aborrecen a los cristianos han puesto en jaque la tan significativa celebración, en un país que según las más recientes encuestas el 95 % celebra las navidades.

Son muchos los ejemplos que se han sucedido en donde notamos que las tradicionales fiestas navideñas están en la mirilla de una minoría muy poderosa tanto económicamente como legalmente.

En un pueblo de Georgia la Unión Americana de Libertades Civiles forzó a una escuela a quitar la palabra Navidad del calendario escolar, siendo reemplazado por la de "receso de invierno".

En una escuela de Kansas fue vetada la presencia del legendario Papa Noel.

En Oregón los árboles de Navidad fueron prohibidos en las oficinas municipales.

En una escuela del distrito de Texas declararon ilegales los colores rojo y verde durante la fiesta navideña.

La celebración judía ,el Hanukah, la celebración musulmana, el Ramadán y la de los afroamericanos, el Kwanzaa no están siendo perseguidos con la misma tenacidad e intensidad. Hay una razón para eso: aún son minorías en este país, por lo que no representan un gran escollo ....... por ahora.

Los liberales seculares dicen que ellos solamente están interesados en proteger los derechos constitucionales de los que no son Cristianos y no quieren ni oír ni ver nada relacionado a las Navidades.

Pero ,y que sucede con los millones de norteamericanos que simplemente quieren celebrar su fiesta tradicional sin tener que esconderse detrás de las puertas de su casa?

La primera enmienda de la constitución de los Estados Unidos nos garantiza el derecho de practicar cualquier religión ,pero de ninguna en particular.

El árbol de Navidad, Papá Noel, no son realmente símbolos religiosos, sino más bien paganos, por lo que no es anti-constitucional el exhibirlos en lugares públicos.

La natividad si es representativa de la Navidad, ya que celebramos el nacimiento de Jesús en esos días.

La verdadera razón que impulsa a estas fuerzas seculares progresistas son mucho más profundas y ambiciosas que erradicar los tradicionales símbolos navideños de todos los lugares públicos......eso es solamente el aperitivo.

Atrás hay una maquinaria bien montada, bien aceitada y organizada que tiene como objetivo primordial el poder secularizar a los Estados Unidos, como le ha ocurrido a su vecino Canadá, o a la madre patria: Europa.

Una vez que se logra el objetivo, el de separar totalmente la iglesia del estado, una vez que se logra exorcizar la religión como parte vital e importante de la sociedad ,se allana el terreno para impulsar la nutrida agenda secular progresista que consiste entre otras cosas el legalizar el aborto, la eutanasia, legalizar las drogas, legalizar el matrimonio entre homosexuales y otras yerbas más......

Es una agenda nutrida y muy ambiciosa teniendo en cuenta que aún hoy los Estados Unidos son un país bastante conservador y religioso, ya lo demostraron la últimas elecciones, en donde el voto de los grupos Cristianos ayudó al candidato republicano a alzarse con la victoria.

Uno de los mayores escollos para estas fuerzas liberales progresistas son los emigrantes que día a día van llegando a Estados Unidos, mayoría latinoamericanos con un fuerte acervo religioso, muy similar al de muchos norteamericanos.

Según las últimas encuestas el 84 % de la población se identifica como cristianos, y el 96 % dice celebrar las Navidades. Los secularistas desearían que esta fuera una nación atea, pero los Estados Unidos siguen siendo una nación mayoritariamente Cristiana. Los cruzados liberales están tratando a las Navidades como si fuera "humo de segunda mano": segrégala, escóndela, y cuando puedas..... censúrala. Hay una calcomanía bastante popular estos días en el pueblo de Eugene, estado de Oregón: Tantos Cristianos, tan pocos leones".

Un Rabino muy conocido escribió un libro veinte años atrás en el que resaltaba la importancia de la religión dentro de la sociedad, como un "aguantador" o dique de contención. Según este Rabino erradicar o pretender anular las creencias religiosas de nuestras sociedades es como empujarlas a una caída libre en donde el "todo vale" sería la regla y no la excepción.

Haciendo gala de aquel viejo dicho: el que calla otorga, por muchos años los militantes secularistas se habían salido con la suya, secundado por voraces abogados abrumaron a la mayoría de la población que entre perplejos y atónitos veían como día a día los iban despojando de símbolos que formaban parte de su identidad, cultura y tradición.

El 2005 será recordado como el año en que el pueblo cristiano y/o tradicionalista contra ataca con las mismas armas que han usado en contra de ellos: el Poder Judicial.