Frontera Chuy:
Un futuro que nunca llega
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Mientras bajamos el telón a los carnavales como máxima expresión de festividad popular y volvemos a quedarnos "en familia", van surgiendo algunas reflexiones que pretenden de alguna manera justificar la realidad que se reitera anualmente cuando termina la temporada.
En una ronda de periodistas locales recogemos la opinión de Gretel Hoffmann analizando la realidad que vive hoy nuestra frontera.
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Periodista: Gretel Hoffmann
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"Las estaciones del año cambian, las hojas del almanaque cambian, los gobiernos cambian, los planes económicos cambian... lo que no vemos cambiar es la situación de las fronteras. Perdón: cambia, sí, pero ¡"pa´bajo"! Eso me recuerda, de niña haber oído muuuuchas veces a mi abuela decir, hamacándose en su mecedora: "¿Dónde vamos a ir a parar?!" Yo pensaba que la mecedora iba a parar cuando a ella se le antojara. Obviamente la realidad no es así, pues este tren de vida más que una sillita balanceándose parece una coctelera gigantesca -pena que el brebaje se lo toman otros-.
Nuestros pueblos continúan en la lucha por un futuro que nunca llega, porque la economía se piensa en base al resto de la población; lo que sucede en las zonas limítrofes es siempre bastante distinto... y sólo se arregla si creamos fuentes laborales que no dependan de la famosa "fluctuación monetaria".
Únicamente no es peor porque nuestra gente busca sus propias alternativas (como Alternativa Chuy, por ejemplo, que con su accionar ha logrado profesionalizar jóvenes que en la medida en que hayan ofertas, podrán trabajar). Mientras otras alternativas no aparecen, lo que "des"aparece es la sensibilidad. Y uno se va sintiendo cada vez más ciudadano de segunda.
Cuando tenés oportunidad de conocer el viejo mundo una de las cosas que entendés es que aunque no te guste, aunque no compartas esa carrera loca en la que viven, a ellos por lo menos les da algún beneficio (sólo económico pero algo es). Entonces volvés y ves a los tuyos aquí correr casi a la misma velocidad, compitiendo unos con otros salvajemente, nunca una mano en el hombro de alguien junto a una palabra amable, sin tiempo para ir a lo de un amigo con un vinito abajo del brazo (ni $ tampoco), un cd para fondo musical y un tema para la vieja y querida discusión filosófica y todo eso con resultado 0... y te preguntás: ¿para qué "m.____"? La tan manoseada frase del querido compatriota americano Che Guevara diciendo "Hay que endurecerse pero sin perder la ternura jamás": ¿pensarán que la dijo sólo para que algún pobre artesano intentara hacer un mango pintándola en las camisetas (si los impuestos le permiten trabajar, claro)? Nos estamos volviendo piedras... y la ternura se fue allí misma donde Uds. están pensando.
Y ya que mencionábamos "impuestos", personalmente me parece fenómeno que se intenten poner las cosas en orden; pero ¡qué lindo sería si los resultados de ese dinero los viéramos aplicados AQUÍ MISMO EN LA FRONTERA! (¿quién sabe aquello de "impuestos a la fuente", con lo cual el ciudadano contribuye directamente donando ese valor a una institución, etc.?).
Completando el cuadro, seguramente para ahorrarnos la molestia de tener que cerrar la llave del agua y apagar las luces al salir (anticipando una masiva "polca del espiante" de la ZONA), últimamente estamos sufriendo inexplicables cortes en dichos servicios básicos a ambos lados de la línea, justito a la hora en que uno más precisa (y generalmente fin de semana o cerca). Bueno, aunque esto ya lo dijimos hace bastante en otro medio escrito, vale igual: no deja de ser un honor parecernos a "Rio de Janeiro, cidade maravilhosa-de dia falta agua, de noite falta luz..." Claro, esto fue hace bastaaante tiempo (¿recuerdan la musiquita?).
Aunque pensando bien, este invierno tal vez no se note tanto la "chicoria"; los seres humanos desde el tiempo de los Césares, respondemos muy bien a aquello de "pan y circo": en julio el mundial, del lado brasileño desde agosto la campaña política porque en octubre habrá elecciones... Por eso lo que nos queda es hacer fuerza entre todos para que ese circo no nos haga olvidar que el pan está cada vez más inaccesible... y todo eso si es posible con mucha (y buena) música, con mucha cultura (sí, ya sé: ¿de'ande yerba...?
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