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La violencia y la familia
por Julio Dornel

 
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         La reiteración de situaciones de violencia, con robos, asaltos, rapiñas y homicidios que ha sacudido la frontera en los últimos meses viene generando un estado de temor generalizado que nunca había experimentado la población.

         Se trata de un tema de alta prioridad que preocupa a las autoridades de ambos países, las instituciones sociales y clubes de servicio que por encima de las nacionalidades vienen sufriendo  las consecuencias de esta violencia.

         Para Edgardo Da Costa integrante de Rotary Club Chuy Frontera,  “La violencia, que debiera estar ya desterrada en una sociedad civilizada, sigue actuando entre nosotros como si fuera el único medio, por el cual unos pocos hacen oír su voz, mientras que la mayoría, perjudicada, ha de seguir soportando. No podemos analizarla a partir de un simple hecho delictivo y así combatirla, las causas son mucho más profundas y podríamos hablar de una infinidad de causas, las que debemos entender en forma clara y responsable, y si no atacamos el problema en su raíz las generaciones venideras heredarán mas actos de violencia No cabe duda que la formación en la familia es la base de tanta violencia. Suponemos es una de las raíces, sino la más importante, a diario vemos como madres y padres dañan tanto física como sicológicamente, a sus hijos y dando un ejemplo violento de cómo solucionar los problemas, lo que hará que sus hijos, serán también futuras personas violentas. Si no tomamos conciencia cada uno de nosotros de la violencia que generamos en nuestra casa, en nuestro trabajo, en la calle o donde sea que convivamos, no podemos contribuir a que cese tanta violencia en este mundo tan reprimido y urgido de ganancias materiales. Después del matrimonio, el riesgo mayor de violencia para la mujer sigue habitando en su propio hogar, donde su esposo puede agredirla, o incluso matarla. Cuando la mujer se mantiene en silencio a denunciar esa violencia doméstica, sea por temor u otros motivos, termina colaborando con esa violencia en silencio, y que no puede ser atendida debido a esa actitud sumisa. También la violación y el maltrato sexual del niño puede causar daños sicológicos irreversibles. Un episodio de agresión sexual puede ser suficiente para crear efectos negativos duraderos, especialmente si el niño víctima no recibe posteriormente apoyo adecuado. Al igual que la violencia contra la mujer en el seno familiar, el maltrato del menor suele durar muchos años y sus efectos pueden hacerse sentir en la vida adulta. Un ejemplo lamentable es que los adolescentes están actuando de una forma vandálica, esto se debe a la formación, a la falta de amor que hay en sus casas, a la falta de conocimientos que le permitan discernir cuando salen a cometer actos inhumanos no es debido. El fondo del problema está en la familia. La violencia tiene un efecto profundo sobre la sociedad. Comienza en los inicios propios de la humanidad, los actos vandálicos y la violencia eran hechos cotidianos y de cierta forma aceptados por las diferentes sociedades de la antigüedad, fuere cual fuere el lugar del planeta. Pero que ocurre, la civilización humana no ha acompañado su evolución a lo largo de los años de existencia del ser humano que algo haya cambiado. Empieza antes mismo del propio nacimiento, en algunos países, con abortos selectivos según el sexo. O al nacer, cuando los padres por tener un hijo varón pueden matar a sus bebés del sexo femenino. Todos los años, millones de niñas son sometidas a la mutilación de sus genitales. Las niñas tienen mayor probabilidad de ser violadas o agredidas sexualmente por miembros de su familia, que por personas en posiciones de poder, confianza, o por personas ajenas al núcleo familiar. Cuando hablamos de violencia lo asociamos a que solo es "dar golpes’’, pero estamos equivocados. Existen varios tipos de violencia: La naturaleza de la violencia contra la mujer por ejemplo en el ámbito familiar ha propiciado comparaciones con la tortura. Las agresiones están destinadas a lesionar la salud sicológica de la mujer al igual que su cuerpo, y suelen ir acompañadas de humillación y violencia física. Al igual que la tortura, las agresiones son impredecibles y guardan poca relación con el comportamiento de la mujer. Finalmente, las agresiones pueden sucederse una semana tras otra, y durante muchos años. La violencia en la familia se da principalmente porque no se tienen respeto los integrantes de esta, por el machismo, por la incredulidad de las mujeres, o por la impotencia de sus integrantes ante el miedo. La violencia sicológica y física con el cónyuge, el maltrato infantil y el abuso de los niños, es una de las manifestaciones más comunes hoy en día, no sabemos si realmente ha aumentado el número o se hacen públicos la mayoría de los casos que antiguamente no se denunciaban.- Algunas de las causas más notorias que pueden causar violencia son el alcoholismo, un sin número de casos registra que un gran porcentaje de las mujeres que son agredidas por sus compañeros conyugales, están bajo el efecto del alcohol. Falta de comprensión hacia los niños: saber que los niños muchas veces no saben lo que hacen, son inocentes. Muchas madres maltratan a sus hijos, y generan así violencia y el niño absorbe ese tipo de educación como un método válido de actuar. La violencia sicológica en el trabajo por ejemplo incluye maltrato verbal en forma repetida, acoso, reclusión, privación de los recursos financieros y personales. Para algunas personas, los insultos incesantes y la tiranía que constituyen el maltrato emocional quizá sean más dolorosos que los ataques físicos, porque socavan eficazmente la seguridad y la confianza de la persona en sí misma. Un solo episodio de violencia física puede intensificar enormemente el significado y el impacto del maltrato emocional.  La violencia cotidiana, la que venimos sufriendo diariamente y se caracteriza básicamente por el no respeto de las reglas, no respeto de las leyes, vemos a diario en los informativos esas manifestaciones de violencia que tanto preocupan a la sociedad. El maltrato en un transporte público, cuando nos mostramos indiferentes al sufrimiento humano, los problemas de seguridad ciudadana. Todos aportamos y vamos siendo parte de una lucha cuyo escenario se convierte en una selva urbana. Robo, estafa, narcotráfico, es decir, conductas que asumen medios ilegítimos para alcanzar bienes materiales. Toda forma de conducta individual u organizada que rompe las reglas sociales establecidas para vivir en sociedad no ayuda a resolver los problemas. Todos sueñan con el modelo que les vende la sociedad, el éxito fácil. Pero ser un profesional idóneo o un técnico calificado requiere de esfuerzo y preparación. Requiere desarrollar recursos internos y metas. Los jóvenes tienen oportunidades de orientación y canalización de sus frustraciones y en esto dependen de sus familias, la escuela y las instituciones; la responsabilidad es de todos. Es decir, las expresiones de violencia sin futuro y sin horizontes debemos imperiosamente cambiar. Está claro y da mucha pena, que ya ni en nuestro hogar podemos estar confiados y protegidos de cualquier acto vandálico violento. Lo vemos en el deporte, parece impensado que una actividad tan saludable genere tanta violencia, mezclado con racismo, xenofobia y otras manifestaciones intolerantes que llevan a la violencia. Otro desencadenante es el alto grado de ignorancia que hay de no conocer mejor vía para resolver las cosas: no saber que la mejor forma de resolver un fenómeno social, es dialogando y analizando qué causa el problema y luego tratar de solucionarlo. El no poder controlar los impulsos, muchas veces reaccionar en forma impulsiva, genera así violencia. La drogadicción, es otra causa de la violencia, muchas personas se drogan para poder ser lo que no son en realidad, para escapar así de la realidad causando mucha violencia, si no tienen cómo comprar su “producto’’ matan y golpean hasta a su propia madre si es necesario La violencia se origina en la falta de consideración hacia la sociedad en que vivimos, si creamos mayor conciencia en nosotros mismos, si analizamos que la violencia no es la mejor forma de alcanzar las metas, seguro nuestra sociedad crecerá y se desarrollará. Las consecuencias de la violencia en la sociedad son infinitas ya que la violencia genera más violencia, y lo peor es que nos estamos acostumbrando, pensamos que a nosotros nunca nos va a suceder y acabamos colaborando con ese flagelo que es la violencia. Se ha sugerido que la mayor causa de los actos violentos  se deben al alto grado de “stress” que vive nuestra sociedad. Pero lo cierto es que volvemos a lo que decíamos anteriormente: los valores, de tolerancia, de aceptación y respeto al otro y convivencia en paz que nos llevaran a un buen camino social y sin violencia. Es de vital importancia que para establecer posibles soluciones al problema de la violencia ha de ponerse gran atención a la formación de los menores que son parte integral de una familia ya que es precisamente en la niñez donde a través de los padres se transmiten todos aquellos valores que servirán al individuo en su futuro para una debida adaptación en la sociedad, dando esto como resultado personas capaces de respetar los derechos de cualquier ser humano y por ende los derechos de las personas que conforman su propia familia, ya que se considera según la sociología que para evitar problemas sociales como es la delincuencia, la drogadicción, la prostitución, etc..es necesario atacar de raíz, es decir siendo la familia la base principal de toda agrupación humana el atender de manera responsable su problemática se evitara el grave problema de la violencia.  El primer paso es saber cómo controlarnos, saber manejar nuestros impulsos negativos que tanto daño nos hacen. Así nuestra sociedad irá en un incremento de paz y no habrá tantos tiros y muertes inocentes. La auténtica educación tiene como fin el desarrollo integral de la persona; por eso debe proporcionar, además de conocimientos, valores, creencias y actitudes frente a distintas situaciones y la base de todo está en la familia” dijo finalmente da Costa.

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