Plan, proyecto, doctrina o sistema optimista que aparece como irrealizable en el momento de su formulación. (DRAE)
En un artículo de Loreley Nicrosi del diario El País del martes pasado se podía leer: |
Mujica se impuso en pulseada con Astori por el programa
Reformas. En 2010 convocarán a una Convención Nacional Constituyente
El MPP logró incluir en el programa de gobierno del FA las resoluciones aprobadas por el congreso. Así, le ganó una pulseada interna a Danilo Astori. El programa prevé la convocatoria a una Convención Nacional Constituyente en 2010.
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No es ninguna novedad el que Mujica haya ganado la primera pulseada. Ya la tenía ganada desde el momento en que el MPP se infiltró dentro del congreso frentista y lo postularon como el candidato del FA para las presidenciales, en una clara muestra de falta de democracia dentro del partido de gobierno, denigrando al resto de los posibles candidatos que se postulaban y aún se postulan.
Según el cronista, El País tuvo acceso al borrador del documento que, por lo publicado, no es más que una ampliación de los lineamientos que había dado el congreso frenteamplista meses atrás.
“El programa prevé la convocatoria a una Convención Nacional Constituyente en 2010.” Esta convocatoria no es más que la reforma de la Constitución Nacional para posibilitar la reelección presidencial, el voto de los uruguayos en el exterior y muy probablemente la derogación total de la Ley de Caducidad, lo que llevaría a una nueva caza de brujas y, como es lógico, una nueva división del país entre buenos (ellos) y malos (los opositores).
Dentro de los postulados del nuevo plan de gobierno del MPP se lee: "Hacia una estrategia de desarrollo de país", "con los objetivos de empleo y distribución y por ende con las políticas sectoriales dirigidas a cambiar la estructura productiva y las políticas sociales relacionadas al gasto social"; "con el proyecto de inserción internacional y en particular con el reposicionamiento de Uruguay en el Mercosur" lo que se contradice totalmente con "Definir nuevas formas de regulación y de control, así como la presencia de la inversión nacional pública y privada ante el proceso de extranjerización en desarrollo", y digo que se da de patadas porque nuestro país no tiene un gran volumen de capital privado o estatal que asegure las inversiones necesarias para la industrialización de las diferentes actividades. Un ejemplo claro es la instalación de la pastera Botnia. Ningún capital privado nacional hubiera podido instalar y manejar una planta industrial de este tipo a la que tenemos que agregar el know how correspondiente.
Más adelante, según publica El País, habla de "distintas formas de propiedad incorporando formas mixtas entre estatales y privadas, de propiedad social y de autogestión". Durante su gobierno, el ex-presidente Jorge Batlle, propuso una forma mixta entre Ancap y capitales privados para dotar al ente de nueva tecnología. A esta “distinta forma de propiedad” se opuso férreamente el actual partido gobernante, lo que obligó al gobierno batllista a desistir de su propuesta. Sin embargo, y sin consultar previamente a la ciudadanía, Ancap se asoció a la más nefasta empresa sudamericana, PDVSA, y los resultados están a la vista.
"El sistema tributario deberá seguir mejorando la equidad del IRPF, promoviendo que las rentas de capital en general no tengan menor tasa efectiva que las rentas de trabajo", dice uno de los párrafos del nuevo programa frentista. El problema es cómo se compagina "con los objetivos de empleo y distribución y por ende con las políticas sectoriales dirigidas a cambiar la estructura productiva y las políticas sociales relacionadas al gasto social", ya que si no hay dinero en las arcas del Estado, qué es lo que se va a redistribuir, porque es sabido que la única forma en que saben gobernar los progresistas es con dinero en caja. Al aumentar los impuestos a las mal llamadas “rentas de capital” en un país con impuestos tan altos y con una burocracia voraz, se corre el peligro del cierre de empresas por falta de una rentabilidad acorde con el capital invertido.
Muchas veces nos horrorizamos por los grandes porcentajes de ganancia que tienen algunas actividades productivas, pero no tenemos en cuenta que esa ganancia es ficticia porque dentro de la misma hay amortizaciones, previsiones para años malos, previsiones para adquirir nuevas tecnologías, etc., por lo que realmente no es oro todo lo que reluce, y esto es algo que parecen no comprender los compañeros progresistas del MPP Tupamaros.
No existe el ideal y las utopías son muy peligrosas. Ya tuvimos la experiencia durante los años 60/70 de estas utopías que nos llevaron al enfrentamiento, a la guerra y a los odios que aún hoy continúan desde la izquierda. Hay que saber diferenciar entre lo ideal y lo posible. Tabaré Vázquez hizo lo posible, a pesar de todas las piedras que su propio partido le puso en el camino, y a la ineptitud de la gran mayoría de sus funcionarios. Lo que pretende el congreso del Frente Amplio, no es lo posible, es realmente una utopía.
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