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Año III - Nº 135 - Uruguay, 17 de junio del 2005

 

 

 

 

MERCOSUR
NO CUMPLE PROCESO DE INTEGRACION

A.L.A.L.C, A.L.A.D.I, A.L.C.A, MERCOSUR, globalización y finalmente mundialización son las palabras nuevas que se utilizan para definir un fenómeno demasiado viejo, que tuvo sus comienzos cuando algunos países buscaron el dominio económico mediante la Compañía de Indias cuyo único fin fueron siempre los buenos negocios.

Sin embargo los buenos negocios han encontrado siempre las dificultades generadas por las distintas interpretaciones de los organismos que intervienen en la materia.

Con el paso de los años y el desarrollo tecnológico de la informática y de las comunicaciones, los buenos negocios se fueron desarrollando de otra manera.

Para facilitar estas operaciones financieras se fueron eliminando las monedas contantes y sonantes (efectivo) para dar paso a los impulsos electrónicos trasmitidos por una computadora.

Por otro lado el transporte de la mercadería es celosamente controlado por terminales de Internet que permiten detectar la ruta y el horario en que debe llegar la mercadería a los puntos de fiscalización.

Sin embargo estos aparatos de última tecnología son manipulados por el hombre que suele tener sus errores involuntarios, determinando distintas interpretaciones sobre leyes y decretos sobre las operaciones de importación y exportación.

Pese a la buena voluntad demostrada por los organismos participantes de ambos países, es evidente que el proceso de integración esta dependiendo todavía de la eliminación de algunas trabas burocráticas para que el transito de algunos productos y también de personas se cumpla en forma efectiva en esta frontera.

Cuando transcurre la primera década de su implantación, es evidente que todavía no ha logrado su inserción en el marco de la verdadera integración que alimento los propósitos iniciales.

Los recientes acontecimientos registrados con el arroz uruguayo que pretendía ingresar a Brasil en el marco de estos acuerdos, nos están demostrando que el espíritu integracionista todavía no se ha consolidado.

Se esperaba desde hace muchos años que esta nueva realidad social y económica generada por la entrada en vigencia del MERCOSUR, agilizara de alguna manera y en forma provechosa el intercambio de productos, bienes y personas entre ambos países.

El ejemplo del arroz con el bloqueo de rutas en territorio brasileño nos hace pensar que existen posiciones encontradas y fisuras no previstas entre las autoridades que tienen la responsabilidad de hacer cumplir el tratado de integración.

El desafío de esta integración está necesitando del cumplimiento de las reglas establecidas, pero fundamentalmente del apoyo y la buena voluntad de los usuarios, autoridades públicas e instituciones privadas vinculadas al tema.

Se debe tener en cuenta además el tema laboral y la falta de oportunidades que tienen los jóvenes en el área fronteriza. Si no logramos el desarrollo zonal cuya mayor expectativa estuvo durante muchos años cimentada en el MERCOSUR es evidente que un alto porcentaje de estos jóvenes emigrará hacia otros lugares con el consiguiente desarraigo social y familiar.

En este momento existe cierto descreimiento en el sistema y es evidente que las expectativas se van evaporando por culpa de las dificultades señaladas y otras que iremos comentando en próxima ediciones.

Si se reclama a los productores uruguayos mayor competencia, creatividad y audacia no es posible que sus productos queden bloqueados en las rutas brasileñas con el consiguiente perjuicio económico.

En contraste a estas dificultades nos encontramos con cifras comparativas que nos ubican en el primer lugar para lograr el desarrollo zonal y nacional que reclama el país.

Manejando números nos encontramos con un MERCOSUR que supera ampliamente a la Comunidad Económica Europea, si tenemos en cuenta que solamente Argentina y Brasil representan 11 millones de kilómetros cuadrados, lo que significa un área cuatro veces superior a la Comunidad Europea y también a los EE UU.

Sin embargo esta ventaja territorial todavía no nos permite lograr el desarrollo deseado. Para ello basta considerar que la superficie del MERCOSUR puede incluir 30 alemanias unificadas, 37 italias o 20 francias, aunque perdemos feo cuando se estudian los datos de sus producciones.

En la actualidad el principal enemigo del MERCOSUR está relacionado con las barreras que sigue imponiendo la burocracia, lo que impide sumar esfuerzos en beneficio de la integración.

Por lo expuesto debemos señalar que el proceso de integración económica está amenazado por culpa de las dificultades internas de ambos países en el momento de anteponer los intereses del MERCOSUR a las ventajas regionales.

En el caso del arroz ha quedado muy claro que los intereses de los productores norteños están primando sobre las cláusulas de un tratado, lo que en buen romance quiere decir que la retórica liberal sigue perdiendo frente al proteccionismo impuesto por los productores brasileños y que el gobierno tolera.