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La reforma de la Salud
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por Javier García |
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Hoy sesiona la Convención Nacional blanca. A impulsos del presidente del Directorio su Orden del Día tendrá un eje central de debate que será la reforma de la salud.
El hecho que nuestro máximo órgano soberano sea convocado con un tema específico es una señal política que jerarquiza la convocatoria. Como sucede en los partidos modernos, sus principales definiciones se adoptan en sus estructuras orgánicas dejando los pronunciamientos personales de los dirigentes para un escalón obviamente inferior.
Así será en la jornada de hoy, ante un proyecto del gobierno que tendrá graves consecuencias en uno de los temas de mayor impacto en la vida de los uruguayos. El Partido Nacional se pronunciará orgánicamente, con la participación de sus dirigentes de todo el país, sobre la llamada reforma de la salud.
El gobierno no requirió nunca, en más de dos años, la opinión de los blancos sobre las propuestas que impulsaba. Es esta una iniciativa de absoluta responsabilidad del Frente Amplio y fundada en consideraciones ideológicas que responden a viejas y fracasadas concepciones políticas.
Tal cual se plantea, se propone la creación de una autoridad estatal de todo el sistema de salud, con injerencia y poder decisorio absoluto sobre la administración, el financiamiento y la conducción técnica de todo el sistema. Su conclusión directa será la desaparición del mutualismo con las características conocidas hoy, instituciones que con más de 150 años de historia en el Uruguay atienden a la mitad de la población.
Es una reforma ideológica no basada en el objetivo de brindar mejor calidad asistencial, sobre lo que no se habla nada, sino en el supuesto perimido que la administración estatal es mejor y más justa. ¿Son mejores, o al menos parecidos, los índices de salud obtenidos en los hospitales que en las mutualistas? Desgraciadamente no y ahí está la injusticia que hay que resolver y sobre la que el proyecto no dice nada. ¿Es la solución, entonces, generalizar esta administración estatal a todo el sistema de salud?
Una reforma de neto corte político, con la intención de administrar 1.500 millones de dólares desde organismos que tendrán esa característica, políticos, pondrán en serio riesgo la calidad asistencial de la población.
El gobierno habla de descentralización pero impulsa la centralización más absoluta en la salud.
Será también una reforma con fines impositivos y recaudatorios, que supondrá una contribución adicional al impuesto a la renta duplicando los aportes obreros del 3% al 6%. Sus impulsores anunciaron que se establecerá, además, un porcentaje de entre el 6% y el 8% agregado al IRPF para aquellos trabajadores que no les corresponda la antigua DISSE.
Desaparecerá el mutualismo tal cual lo conocimos, que pasará a depender del Estado, se pagará más y disminuirá la calidad asistencial.
La Convención del Partido Nacional va a debatir esto para que a partir del nacionalismo se impulse la defensa del derecho a la salud, de buena calidad en hospitales y mutualistas.
No es emparejando hacia abajo, sino invirtiendo en los hospitales y policlínicas que se mejora la salud y fortaleciendo al mutualismo y no estatizándolo.
El oficialismo cree que su misión es la de refundar el país negando lo que existe y destruyendo todo aquello que no lleve su firma.
Alcanzaría si conjugara el verbo mejorar, que es quizás más humilde, pero también menos peligroso para la gente.
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