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La gran mentira
Del “Abrazo del Monzón”
al Genocidio Charrúa * Luis Tappa |
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El Dr. Julio Ma. Sanguinetti, junto con su señora esposa, la Prof. Martha Canessa, hace ya varios meses, se refirieron al tema Salsipuedes; un tema urticante, extremadamente sensible y que cala hondo en el sentir de la gran mayoría de los orientales y, más aún, en quienes conservamos fuertes sentimientos artiguistas; ellos ensayan una empecinada defensa del indefendible Fructuoso Rivera, cosas que, a esta altura, ya no tiene sentido ni existen argumentos para hacerlo vista la documentación existente.
La gran traición
Fructuoso Rivera abandona al Jefe de los Orientales, se pasa al bando invasor y se pone a las órdenes de Carlos Federico Lecor, “El barón de la Laguna”. Y que no se busque intenciones ocultas, porque no las había, fue simplemente una terrible traición, se arrimaba al lado que más calentaba el sol.
Sería pieza importante en la derrota final de Artigas, ya que lo defenestra del modo más atroz y le hace perseguir hasta que logra sus fines.
En varias cartas exhorta al Caudillo entrerriano, Ramírez, para que lo mate.
Así, en breves rasgos, vemos que su intervención en luchas independentistas no logra eclipsar la canallada de su traición y, menos aún, Salsipuedes.
Del “Abrazo del Monzón” al Genocidio Charrúa Al respecto, en el editorial del diario “La República” de fecha 20/04/06, Julio Guillot hace una notable referencia a esos sucesos, que me he tomado el atrevimiento de reproducir muy parcialmente.
“Del mismo modo, la afirmación de que Rivera "acompañó" a Lavalleja disfraza la verdad del "abrazo del Monzón" y hace aparecer a don Frutos como un héroe impoluto.
Fuente: http://www.larepublica.com.uy/lr3/?a=nota&n=208525&e=2006-04-20
Aún hoy se sigue ofendiendo la inteligencia del pueblo Oriental cuando se insiste con el “Abrazo” o la “Reconciliación”, nada más lejos de la verdad.
Toda una gran mentira montada para dejar bien parado a Rivera. No hubo abrazo de los compadres ni nada que se le parezca.
En la oportunidad, Lavalleja simplemente lo tomó prisionero, le encontró cartas muy comprometedoras y más pruebas de su traición.
En esta dirección pueden leer a Eduardo Picerno y Gonzalo Abella, realmente no tiene desperdicio y vale la pena, están las cartas de Rivera que motivan la impostergable revisión histórica.http://www.chasque.net/vecinet/noti796.htm
De cualquier forma he creído oportuno transcribir algunos pocos renglones de lo que dicen estos historiadores
De Eduardo Picerno
“Creemos que es hora de reflexión: no se puede seguir adulterando la realidad histórica, y los ciudadanos de hoy, no somos tan incautos como aquellos que creyeron en quienes los llevaron al genocidio. Hoy tenemos los documentos probatorios, por lo tanto, el genocidio y el fraude ya no tienen cabida. Es la hora de la verdad y de la dignidad.
“Si bien es un derecho recordar, saber la verdad es una obligación para tener el derecho a opinar, y a enseñar correctamente a nuestros hijos y a las generaciones del porvenir.
Entregar una verdad a una persona, a un niño, es respetar su dignidad humana y debe ser motivo de nuestro orgullo el hacerlo honesta e ilustradamente”
De Gonzalo Abella
“…Cuando tomé prisionero en 1825 al General Rivera se le halló en la cartera una autorización para que ofreciera mil pesos al que le entregara mi cabeza" (la de Juan Antonio Lavalleja, G.A.) "y otros mil al que le presentase la del entonces Mayor y ahora General Manuel Oribe".
“El archivo de Pelfort nos da todavía otro aporte interesante sobre la personalidad de Rivera a través de una carta de Don Frutos…”
“Escribió Rivera: "Yo creo no poder regresar tan pronto a la capital para ocuparme del gobierno y de la política porque lo que más importa es el completo exterminio de los blancos" (por supuesto se refiere a los partidarios del Partido Blanco o Nacional, no a los caucásicos)”
“Pero si esto es así, ¿qué hace la imagen de Rivera en las escuelas públicas del Uruguay? ¿Cómo se permite el violento atentado a la verdad histórica de presentar a un enemigo jurado del artiguismo, como su continuador? ¿Cómo se armoniza la tan mentada "laicidad" de la escuela pública con el homenaje a un personaje cuyo único mérito fue fundar un partido político tradicional y aborrecer al otro?”
Fuente: La notas de Eduardo Picerno publicadas en VeciNet y un extractado del libro “Artigas, el resplandor desconocido” de Eduardo Abella, en el mismo sitio. http://www.chasque.net/vecinet/noti796.htm
El genocidio de Salsipuesdes Rivera también fue el autor del primer genocidio de nuestra naciente nación, esto tampoco está en los textos normales de historia que llegan a las escuelas y, si algo se menciona, se disfraza la realidad, se logró así evitar poner en el tapete una discusión, hoy imparable, que a la luz de documentos y cartas del propio Rivera ya no dejan lugar a dudas sobre la verdad de lo acontecido.
En esa repudiable acción fueron asesinados ancianos, niños, mujeres y guerreros, aunque se sabe que algunos lograron escapar, mientras otros grupos, más desconfiados, no concurrieron a la traicionera cita, aunque igualmente continuaron siendo perseguidos y asesinados durante muchos meses.
Luego de leídas las cartas de Rivera me pregunto, ¿De donde saca argumentos la familia Sanguinetti para defenderlo y decir que la matanza y exterminio de Charrúas nunca existió?, que “es una invento uruguayo”, que el pobre de Rivera “solo tuvo mala prensa”, como ha sostenido la Profesora Martha Canessa.
¿Es así como se pretende justificar y quitarle trascendencia al exterminio planificado de este heroico pueblo? El sanguinario acto fue ejecutado por parte del más grande traidor y enemigo que tuviera el propio Gral. José Artigas, Fructuoso Rivera, que secundado por su sobrino Bernabé, Julián Laguna y el General Lavalle, entre otros, (este último un argentino unitario perseguidor de indios y asesino de Dorrego) que junto al ejército riverista y, brasileños que acompañaron, emboscaron, asesinaron y luego persiguieron a los que lograron escapar, los que se pudieron salvar se perderían en los montes y en el tiempo.
Esta persecución terminaría costándole la vida a Bernabé, (el mismo que se refería a la matanza como “La jarana de los indios”) mientras que al resto de los Charrúas, a los pocos que se salvaron de la muerte, los hicieron recorrer a pié y con las manos atadas a la espalda… ¡300 kilómetros! desde las puntas del Queguay hasta Montevideo. A su arribo a esta, a algunos se los repartieron como paquetes de navidad para ser esclavizados, mientras que otros fueron vendidos o regalados a capitanes de barcos para ser llevados a Europa y ser exhibidos como “Bichos raros.
Sobre la conducta del gobierno de Rivera, Carlos Bladh, un ciudadano sueco, que se encontraba en Montevideo en esas épocas, escribiría más tarde.
“Rivera adquirió un dominio tal sobre el estado y sus habitantes que, aunque se dice que el país es regido constitucionalmente, en realidad ejerce un gobierno despótico que hace caso omiso a lo que se establece en la constitución, y si el pueblo o sus representantes alguna vez hacen hincapié en derechos que están en pugna con sus propios intereses, le basta con realizar una pequeña demostración amenazadora con sus gauchos para imponer su propia y omnipotente voluntad”
Fuente: “El Laberinto de Salsipuesdes” de Rodolfo Porley. Entrada 5 pag. 8
El primer golpe y la “Guerra Grande” En 1835 Manuel Oribe llega a la presidencia de la república pero… Se encuentra con un gobierno en total bancarrota, mientras Rivera, desde el interior, perturbaba y confabulaba. Sus ambiciones parecen no tener fin, prontamente mostraría las uñas y sumergiría al país en un caos que terminaría en la llamada “Guerra grande”
…“La influencia de Rivera como comandante general de la campaña era un elemento distorsionante” Fuente: http://www.uc.org.uy/de12.htm, de la nota “Mini historia electoral del Uruguay” de Jorge Chagas y Gustavo Trullen.
Finalmente, el 8 de octubre de 1851, se tuvo que pactar una paz bajo la ridícula definición de, “sin vencidos ni vencedores”, para poner fin a una situación que ya a esa altura era insostenible.
El estado uruguayo quedó terriblemente endeudado, la ayuda brasileña que recibió Rivera le costaría muy cara al país, es así como se pierden definitivamente las Misiones Orientales.
Todo esto fue el producto del personalismo de Rivera que, no medía en consecuencias a la hora de perseguir sus propios fines.
En resumen, más mentiras de la “historia oficial”.
Abunda la documentación al respecto, ya no hay forma de ocultar ni amordazar una verdad que el partido colorado ha pretendido ocultar durante años, el mismísimo Rivera sería finalmente su propio “Sherlock Holmes”, mientras tanto, algunos se asustan y protestan ante la inminencia de un revisionismo histórico, ya necesario e inevitable, que ponga las cosas en su lugar.
Don Frutos dejó asentado en sus cartas lo que tanto quiso ocultar, la traición se hizo carne cuando levantó su mano artera contra el Jefe de los Orientales para servir fielmente las ambiciones de sus amos, el invasor extranjero. Hoy sabemos fehacientemente quien fue Fructuoso Rivera, a pesar de todos los monumentos, calles y pueblos que llevan su nombre, el partido colorado jamás ha logrado idealizarlo ni elevarlo al pedestal de la gloria y el cariño fervoroso del pueblo Oriental artiguista, menos aún al cariño, respeto y admiración que sí, genera el enorme José Gervasio Artigas.
Fructuoso Rivera siempre estuvo rodeado de enemigos declarados de Artigas, uno de ellos fue nada menos que Santiago Vázquez, parte muy importante en la elaboración de la leyenda negra y uno de los más radicales y furiosos detractores de Artigas.
Fuente: “Artigas”, de Carlos Ma. Ramírez (1884)
Cosas que todos conocen, pero muchos prefieren ignorar, cosas que quedaron fuera de los textos oficiales, cosas que nunca llegaron a las aulas de las escuelas.
Parece que los intereses político-partidarios son tan fuertes que se anteponen a la verdad. Se sigue engañando a nuestros hijos acerca de muchos acontecimientos históricos, ellos son las víctimas.
Los Charrúas
Afincados desde siempre en estas tierras, fueron defensores hasta la muerte de la misma y, soldados de la patria.
Prendidos al paisaje de este suelo querido se mimetizaron con los árboles, las piedras o los ríos, que los vieron cruzar orgullosos y bravíos. Desde los montes y los llanos surgiría su grito guerrero que pariría la leyenda del coraje indomable demostrado en mil batallas y en el amor más puro que se puede sentir por la tierra donde se ha nacido.
El recuerdo de este increíble pueblo aborigen nuestro permanecerá prendido en el recuerdo por los siglos de los siglos, mientras que el de sus asesinos se irá perdiendo lentamente en la oscuridad, hasta desaparecer definitivamente.
“Entre los que aceptamos con orgullo el papel jugado en la Revolución Oriental por este pueblo aborigen que sin haberse aculturado fue pieza decisiva al lado del conductor, y aquellos que se horrorizan ante la idea de rectificar el pasado y aceptar que sí hubo un genocidio humano y cultural. Nuestro.
http://uruguay.enelmundo.com.uy/epiway/hwbsvp01.cgi?Uruguay,Sit_Per_0000000009
Autor: Prof. Ofelia Piegas de Cardinal
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