Año III - Nº 118 - Uruguay, 18 de febrero del 2005

 

 

 

 

FRONTERA CHUY
Conociendo lo nuestro

Esta frontera ha tenido que recorrer un largo y difícil camino para ir ocupando lentamente un lugar destacado en el concierto turístico del departamento.

Distintos factores han determinado que el centralismo canalizara hacia otros lugares los proyectos turísticos que reclamaban las fuerzas vivas de esta ciudad.

Sin embargo en los últimos años el esfuerzo de algunos operadores promoviendo distintos eventos ha logrado contagiar a un sector minoritario de la población que aportó su participación en algunas inquietudes.

Es evidente que pocas fronteras de nuestro país disponen del poder irresistible de esta línea divisoria tendida entre la historia legendaria de los arroyos San Miguel y Chuy.

Costumbres tradicionales y una mezcla internacional de alegría y "saudades" han cimentado la unificación de dos pueblos hermanos que se resisten a validar la limitación geográfica establecida en los tratados internacionales.

De origen melancólico donde los pocos habitantes se habían acostumbrado a las largas ausencias de sus "bagayeros" y contrabandistas, que dejaban para su regreso las reuniones bailables y fiestas familiares donde se desparramaba un variado y autóctono folklore fronterizo.

Sin embargo y pese a todas las dificultades el núcleo fundacional fue creciendo hasta superar los 100 años de existencia (1888) concretando aspiraciones y logrando un paulatino desarrollo turístico.

BELLEZA Y TRADICION

A pocos kilómetros de esta ciudad se encuentran las principales regiones del turismo rochense, destacándose en primer término por su proximidad las Sierras de San Miguel donde se encuentra con todas sus comodidades el Parador San Miguel y el histórico Fuerte construido en la cumbre del cerro.

Siguiendo ese itinerario se puede visitar la cuenca de Laguna Merín y los hermosos pesqueros del río San Luis.

En la región rural inmediata se encuentran los establecimientos arroceros de Cebollatí que ha representado en los últimos años la mayor producción arrocera del departamento.

Hacia el este recibe la caricia del atlántico en el balneario La Barra, que al margen de sus hermosas playas y sus bellezas panorámicas nos ofrece el puente Internacional que nos acerca a las playas brasileñas.

A 30 kilómetros entre playas oceánicas y parques nacionales con sus monumentos históricos de indudable belleza se encuentra el eslabón más importante de la cadena de lagunas costeras que tiene nuestro país.

Si bien se trata del mayor estuario del litoral rochense, es evidente que la falta de promoción oficial no le ha permitido a esta cadena de ríos, arroyos y lagunas integrarse definitivamente al desarrollo turístico del departamento.