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Otra vez los buenos y los malos
por Gustavo Penadés
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Mientras el gobierno se apresta a lanzar una campaña para explicar las bondades del IRPF, ya anuncia que deberán reducirse inversiones y no otorgarse aumentos de las retribuciones en función de la merma de recaudación que conllevaría la declaración de inconstitucionalidad del IRPF a las pasividades.
Es penoso que se le mienta a la población de esa manera. La recaudación del gobierno viene aumentando de manera constante a impulso del crecimiento de la actividad económica y de la acción de la administración tributaria.
Sin embargo, el Frente Amplio busca crear un enfrentamiento entre “los que interpusieron la acción de inconstitucionalidad” y el resto de la ciudadanía.
Se procede a establecer que los que reclaman son los que tienen jubilaciones “de privilegio” echando sombras sobre el derecho de dichas personas a percibir sus prestaciones. Coadyuva al argumento el hecho de que los ex Presidentes de la República se encuentren entre quienes reciben jubilaciones más altas. Así, lo que terminan en comunicar los voceros de Frente Amplio a la población es que los ex presidentes, más un grupo de militares, más Ministros de la Suprema Corte venales, se habrían confabulado para obtener de la Suprema Corte de Justicia un fallo favorable a sus intereses. Intereses tanto más mezquinos en cuanto estarían condenando a amplios sectores de la población a que no vean mejorar sus ingresos y su calidad de vida.
Así está presentando las cosas el Frente Amplio. Pretende polarizar el sentir de la población con una prédica que tiene como consecuencia –sea ésta buscada o no buscada- el odio y el enfrentamiento.
Se evita la discusión de aquello que es lo central: ¿es inconstitucional o no el IRPF a las pasividades? Naturalmente, el gobierno sostiene que no y otras personas sostienen que sí. ¿Cómo se lauda el asunto en una sociedad democrática? Por la acción, en Uruguay por lo menos, del supremo órgano jurisdiccional.
¿Qué queda para el gobierno y para quienes como él opinan? Aceptar, y proceder, aunque no sea obligatorio hacerlo, a modificar la ley que la Suprema Corte de Justicia halló inconstitucional.
¿Podría hacer algo diferente el gobierno? Sí, lo que ahora hace. Especular con un cambio de integración de la Corte, a la vez que propiciar el recelo entre los orientales dividiéndolos en buenos y malos, y así ganar tiempo y evitar eliminar el IRPF a los pasivos.
Es posible agregar que el tema central de preocupación del gobierno no es el IRPF a los pasivos, sino todo el sistema tributario que se demostró que perjudica a enormes sectores de la población. La reforma se hizo al grito de “que pague más el que tiene más” y los hechos demuestran que paga más quien trabaja más, no quien tiene más. De esto se está dando cuenta la población y de eso se está quejando. Por eso el gobierno, encabezado por el presidente Vázquez, saldrá a explicar por el país las bondades del sistema tributario, lo que de por sí es paradójico, ya que si el sistema fuera tan bueno no se entendería por qué la gente se queja tanto.
Sea como sea, lo cierto es que otra vez el Frente Amplio busca instalar la dicotomía “ellos y nosotros”, sin importarle que el país agudice sus divisiones, y sin terminar de entender que lo que el país y los uruguayos necesitan es que se hable más de “todos”, de “juntos podemos hacerlo”. La historia de los “buenos y los malos” ya la conocemos y no lleva a nada bueno. Ojalá se den cuenta.
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