Contra los aumentos por Javier García

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         Ya no queda bolsillo sin violar. La contribución inmobiliaria en Montevideo se ha transformado en el nuevo ajuste fiscal del Frente Amplio. La voracidad por recaudar es inversamente proporcional a las obras que se realizan. ¿A dónde va el dinero que se cobra? Denunciamos en su momento que este tenía un doble destino: la deuda generada con ADEOM y el déficit de los casinos municipales cuyo origen es por todos conocido. Los últimos días se agregó otro: la millonaria publicidad que la IMM está realizando para convencernos que debemos estar orgullosos de que nuestro dinero se despilfarre.

         El argumento de que 60% de los padrones ha bajado y el 40% se incrementó, no pudo demostrarse por parte de la intendencia. Pero si así fuera, lo que han ocultado es que esta es la primera etapa del ajuste, que se hace sobre los terrenos y que la próxima será sobre las edificaciones, lo que seguramente traerá aparejado un nuevo aumento generalizado, donde aquel al que le pudieron haber disminuido un poco pagará los incrementos. Ya lo quisieron hacer hace un año, cuando anunciaron el ingreso de inspectores a los domicilios y logramos pararlo.

         La intención es recaudar de todos, a muchos ahora y a otros luego. Tenemos ejemplos y casos concretos de todo Montevideo. En esa vocación por dividir a los uruguayos que el FA, a nivel nacional primero y ahora en la capital intenta, argumentó al inicio de este ajuste fiscal que pagarían más unos pocos, básicamente en la costa.

         El argumento cayó por su propio peso ya que si dicen que aumentó el 40% entonces estarían afirmando que casi la mitad de los montevideanos viven allí, lo cual es insostenible. Pero además, ¿qué habilita a castigar a alguien por el sólo hecho de vivir en una zona determinada?

         Pero el golpe fue generalizado, vecinos de Reducto, Cordón, Centro, Bella Italia, Villa Española, Malvín, Larrañaga, La Blanqueada, Carrasco, Lezica, La Comercial, Peñarol, Arroyo Seco, Punta Gorda, Belvedere, Piedras Blancas, Pocitos, Buceo, Ituzaingó, Maroñas, Flor de Maroñas, Unión, Punta Rieles, Brazo Oriental, Parque Rodó, Cerro, La Teja, Parque Batlle, Mercado Modelo, Nuevo París y de otros barrios se han comunicado con nosotros por haber sufrido aumentos, algunos abusivos e irritantes. Dice el intendente Ehrlich que pueden ser altos en porcentaje pero bajos en términos absolutos. No es bueno calificar qué es alto o bajo, porque todo depende para quién es. Tenemos aumentos de miles de pesos pero también otros, donde quinientos pesos, como nos dijo un obrero de Flor de Maroñas, es lo que gasta por mes de boletos para ir a trabajar. La mayoría no tuvo la suerte del intendente, al que le bajó la contribución.

         Todos preferiríamos vivir en un país dónde no se pagara impuestos, pero eso es imposible. Tenerlos es necesario y lo que hace a los mismos justos, es su destino. Para que en una ciudad haya calles y veredas en buen estado, basura que se recoge, plazas que recrean, tránsito ordenado y seguro, transporte colectivo higiénico y de precio adecuado y una iluminación correcta, es necesario pagar impuestos y… gastarlos bien. Lo que rebela al ciudadano es no tener nada de ello, vivir en una ciudad abandonada por sus autoridades, donde cuando hay paro las casas deben transformarse en depósitos de basura y todavía que aumenten los impuestos.

         Por ello este fin de semana en Montevideo se firma contra el aumento de la contribución. Es una forma de rebelión ciudadana y de impedir que nos tomen el pelo.