La inseguridad no es cuento
por Paola García Camejo
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Muchas veces cuando escuchamos, coincidiendo o no “todo tiempo pasado fue mejor”; en lo que se refiere a la seguridad de la propiedad y de nuestra propia integridad física, somos muchos quienes pensamos que esta frase se aplica a la perfección.
Me contaba un integrante de una familia trabajadora, propietaria de una casa de veraneo en el departamento de Canelones, que era tan grande la ola de robos en dicho balneario, que cuando la familia se dirigía toda junta a abandonar su casa, por motivo de algún mandado que debían hacer, llevaban los bolsos con sus principales pertenencias en la valija del auto, por miedo a que le robaran la casa, miedo justificado por reiterados robos que habían experimentado, exactamente 11 robos.
Este es uno de los miles de ejemplos que suceden diariamente en nuestro país. Y no me vengan a decir que esto es solo sensación térmica de inseguridad o una campaña política de la oposición en contra del gobierno de turno. Puras mentiras!!!
Decir esto, es tomarle el pelo a la ciudadanía, que ya no puede caminar tranquilamente por las calles por temor a que le roben la cartera, a ser lastimados por delincuentes, no poder pasear por ningún lado sin excepciones a cualquier hora del día, porque hay bandas de muchachos, muchas veces bajo el efecto de la droga y del alcohol que hacen imposible transitar por dichos lugares sin que se suscite algún inconveniente; también aquellos padres que tiemblan cada vez que sus hijos salen algún boliche, porque no saben si van a volver sanos y salvos, ya que muchas veces no existe la seguridad adecuada en dichos lugares. Hasta enviar a los hijos al liceo ahora suele ser peligrosos, es de público conocimiento los hechos reiterados que han sufrido muchos estudiantes en liceos públicos donde han sido atacados dentro o en la puerta del recinto estudiantil.
No se puede vivir continuamente con miedo, pero resulta imposible no hacerlo. Somos presos en nuestros propios hogares, no hay perro, reja ni alarma que alcance, se ha llegado al límite que las familias no puedan salir todas juntas, ya que alguien tiene que quedarse para cuidar la casa.
A las autoridades del Ministerio del Interior le pregunto ¿donde esta la seguridad de las que ustedes tanto alardean?
Por otro lado, también es una vergüenza los salarios que perciben los policías, quienes diariamente ponen en riesgo sus vidas para salvaguardar la seguridad de los ciudadanos. Deberían ser mejor remunerados por tener tan alta responsabilidad en sus manos.
Como bien dice Luis Alberto Lacalle, “al país le sobran diagnósticos es hora de hacer.”.
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