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El hambre del mundo, o lo que
nadie se atreve a decir
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por Raúl Seoane |
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Esta semana el bombardeo constante de la información da cuenta del alza mundial de los alimentos y por consiguiente del problema en muchos países para que sus pueblos puedan disponer de la comida necesaria.
En las últimas semanas, la carestía y escasez de alimentos ha provocado disturbios en Egipto, Camerún, Costa de Marfil, Senegal, Burkina Faso, Etiopía, Indonesia, Madagascar, Filipinas y Haití, donde se ha registrado la situación más grave, tanto es así que en la reunión de hoy en la FAO se tratará el aumento de los precios de los alimentos en el mundo que no está en la agenda formal de las discusiones, pero fuentes de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) adelantaron que será uno de los principales asuntos, sobre todo por la urgencia que supone para millones de personas en el planeta.
Otros grandes problemas que también se vienen discutiendo desde muchos meses atrás son el incremento de la violencia y los delitos y la enorme cantidad de accidentes de tránsito que ocurren en nuestros países, y muchos organismos alertan también sobre la posibilidad de que en algunos años más comience a escasear el agua potable.
Tres temas diferentes pero con un denominador común: el incremento de la población. Pero vayamos desarrollándolos por parte, porque de lo contrario nos vamos a meter en un berenjenal.
El incremento poblacional
Desde 1950, la población mundial se ha duplicado y en la actualidad el número de habitantes ronda los 6.000 millones. Este es el primer párrafo de un artículo publicado en Planeta Sedna. A su vez, el Banco Mundial dice que “entre 1980 y 2000 la población mundial total creció de 4.400 millones a 6.000 millones. En el año 2015, se agregarán por lo menos otros 1.000 millones de personas, con lo que el total será de mas que 6.900 millones.”
Este crecimiento poblacional exige una mayor cantidad de alimentos, viviendas, combustibles, energía, etc., en forma exponencial, a medida que las condiciones económicas y de vida van mejorando en los países en vías de desarrollo.
Es indudable, y en esto están de acuerdo todos los especialistas en el tema poblacional, que el alto crecimiento de la población mundial es debido a los grandes avances en la medicina que hoy permite un promedio de vida de 78 años en los países desarrollados, el rápido avance de las tecnologías que mejoraron las condiciones de trabajo y el auge económico mundial que viene aparejado por estas mejoras.
Si el crecimiento de la población mundial continúa al ritmo actual, se prevé que para fines de siglo cada ser humano tendrá únicamente un metro cuadrado de tierra para su uso personal.
El costo de los alimentos
Según los especialistas en el tema, el incremento de los precios de los alimentos es debido a que estos se están utilizando para la elaboración de biocombustibles y por lo tanto la demanda supera a la oferta, lógica regla económica.
No entiendo hasta que punto los biocombustibles son los culpables del encarecimiento de los alimentos, porque la demanda de estos combustibles comenzó el año pasado debido al enorme crecimiento de los precios del petróleo, y en tan corto tiempo, - montar fábricas, comenzar a producir, etc. – no me cierra que sea la causa principal del aumento de los precios de los granos, porque el despertar de la dormida China con su crecimiento económico con las consiguientes mejoras salariales es un devorador de alimentos. Lo mismo sucede con India.
La energía
Nadie puede negar que sin energía no hay futuro, y este es uno de los grandes problemas por los que atraviesa la humanidad en estos tiempos. Desde mucho tiempo atrás, y debido al rápido crecimiento poblacional, se vienen buscando alternativas energéticas para suplir al petróleo, principal fuente actual. Sin embargo, muchos países como el nuestro se niegan a sustituir las centrales energéticas alimentadas a petróleo por centrales nucleares, aduciendo el peligro de la energía atómica.
A su vez, el peligro de que esta tecnología termine en la construcción de armas atómicas obliga a las naciones desarrolladas a presionar a los países que tienen tecnología nuclear para generar energía.
El incremento de los precios del petróleo tiene como consecuencia el incremento de la inflación y de todos los precios a nivel mundial, incluyendo el de los alimentos, porque no nos olvidemos que desde la sembradora, pasando por los fertilizantes y herbicidas, la cosechadora, el empaque y el transporte, todo pasa por el petróleo como combustible.
Por esta razón, es indudable que la única respuesta transitoria al encarecimiento de los combustibles líquidos sea el de los biocombustibles, ya sea el biodiesel para sustituir los diéseles o el etanol para las naftas.
El calentamiento global
Si bien no soy creyente del tan publicitado calentamiento global, los estudios realizados sobre este tema no tuvieron en cuenta, o por lo menos no se mencionó, el crecimiento poblacional.
Todo ser humano y su actividad producen calor. A esto debemos agregarle el calor propio de la locomoción –autos, ómnibus, trenes, etc.- para su traslado, y a su vez los de sus bienes de uso común, planchas, hornos micro ondas, hornos de cocina, estufas, televisores, radios, etc.
Si desde 1950 hasta la fecha se ha más que duplicado la población mundial, es lógico que también se ha multiplicado la generación de calor proveniente de ese crecimiento, máxime si tenemos en cuenta de que hoy la tecnología ha abaratado los precios de los aparatos electrodomésticos, por lo que esa generación puede ser mucho más grande que el crecimiento poblacional.
Violencia y accidentes en auge
Si hilamos más finamente, el enorme crecimiento de la población mundial tiene total relación con el auge de los delitos, la violencia y los accidentes que son denunciados diariamente.
Es cierto que los índices delictuales y de accidentes crecen continuamente, pero es muy probable que ese crecimiento tenga una directa relación con el crecimiento poblacional, es decir, que si miramos los porcentajes de incremento de estas desgracias sociales es muy probable que acompañen al de población.
No se puede negar de que en nuestro país también influyen otros factores como la falta de reglas claras, instrumentos, insumos y presupuesto para nuestra policía, en el caso de los delitos, como así también el avance de los Derechos Humanos, mal interpretados por los simpatizantes progresistas.
A su vez, no existen inversiones en infraestructuras como carreteras, autopistas, etc., pese al incremento del parque automotor, lo que sumado al crecimiento de la población eleva los porcentajes de siniestros.
Conclusión
Si bien todos los temas fueron tratados muy someramente en este artículo, es innegable que el crecimiento poblacional mundial tiene una importante incidencia en el calentamiento global, en la carencia e incremento en los precios de los alimentos, en el auge de la violencia, los delitos y los accidentes.
De alguna forma, el mundo entero debe comenzar a tomar conciencia de este problema, no de la falta de alimentos o del calentamiento global, sino del desmesurado crecimiento de los habitantes en el planeta, y buscar la forma de detenerlo.
Nuestro planeta tiene sus propios anticuerpos. En épocas antiguas las plagas y las guerras actuaban de esa forma, hoy con el avance de la medicina y de la concientización de que las guerras no solucionan nada, esto no sucede, por lo que el propio ser humano debe encontrar una fórmula para que no siga aumentando la población.
Mientras no solucionemos este grave problema, no podremos atacar sus consecuencias. No sé la forma, hay que buscarla, pero el mundo no puede seguir creciendo desaforadamente de esta manera.
Ya me imagino que en cualquier momento va a aparecer algún desubicado a preguntar ¿qué hacemos, matamos a la mitad? Sin embargo, la responsabilidad de la humanidad es controlar de alguna forma un crecimiento armónico y sustentable de su población, de la misma forma que exigimos medidas de conservación del medio ambiente, porque vamos a llegar a un punto en el cual no tengamos retroceso y realmente comience una hambruna brutal, con las consiguientes enfermedades, que equilibre lo que nosotros no queremos hacer.
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