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Pasan los años
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La vida transcurre surcando los mares
Dejando tras su paso, la fricción de las olas,
Quedan cuerpo y alma signados de estelas,
Placenteras, dolorosas, ingratas, gloriosas
Honrosas rúbricas inscriptas en la piel.
Nos dejan el pasar de los años,
Infinitas enseñanzas cual crisoles,
Aprender, solo aprender día a día,
Sensibles, generosas, benignas,
Tormentosas, desgarradas, atroces.
Si pudiéramos de ellas simplemente
Resumir cuanto asimilamos a su paso,
Paciencia, estoicismo, caridad, tolerancia
Humildad, perseverancia, constancia
Y misericordia infinita, cual suprema síntesis
Cicatrices, que marcan, puntean,
Y preferentemente, se curan
Sanando, quedan cual trofeos,
Dulces y amargos, galardones,
Por no haber en despojos transformado
La esencia que nos habita, o habitamos
Helena Arce
Marzo del 2008