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¿Se podrá tapar el sol con un dedo?
por Fernando Pintos
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En la edición de «El País Digital» correspondiente al jueves 10 de julio de 2008, se puede leer una nota de Carlos Montaño y Willy Viola titulada «No se dan tregua ni en la estadística». La lectura del texto, que parecería corresponder a un artículo más bien rutinario y principalmente de relleno, revela uno de esos detalles que sirven para explicar ese desastre en que se ha convertido el fútbol uruguayo de los últimos años. Vean si no:
«…Al igual que en la Liguilla 2007, Peñarol encarará la cuarta fecha del certamen entre la espada y la pared y nada menos que ante su tradicional rival. En la anterior edición del certamen los aurinegros estaban aun más comprometidos que en el presente torneo. Eliminados de la copa Libertadores 2008, los carboneros tenían un punto y los tricolores no se apiadaron. Les dieron el golpe de gracia y dejaron a los manyas afuera de la Sudamericana. Peñarol, que había tenido un repunte notable con la conducción de Gregorio Pérez, quedó con las manos vacías. Ahora puede sucederle algo similar a Mario Saralegui.
Convengamos que Nacional y Gerardo Pelusso también se juegan mucho en el encuentro más esperado por todos en Uruguay. El clásico aludido se disputó el pasado 6 de junio de 2007 con el arbitraje de Martín Vázquez y lo ganó Nacional por 1 a 0 con tanto de Gonzalo "Chori" Castro (80`).
Los tricolores formaron con Fernando Muslera; Pablo Álvarez, Diego Godín, Adrián Romero y Agustín Viana; Pablo Caballero (75` Gonzalo Castro), Marco Vanzini, Marcelo Sosa y Javier Delgado; Jorge Martínez y Giancarlo Da Silva (58` Martín Cauteruccio). Los aurinegros lo hicieron con Juan Castillo; Gonzalo Lemes, Luiz Nunes, Maximiliano Arias y Diego Rodríguez; Egidio Arévalo Ríos, Julio Mozzo, Ruben Capria (73` Matías Pérez) y S. Pérez (58` Juan M.Ortiz); Nicolás Vigneri (82` Rodrigo Cubilla) y Silvio Méndes.
primer clásico. Se realizó en la temporada 1974 y se jugó el 23 de enero de 1975. Favoreció a Peñarol por 4 a 1 con el arbitraje de Ramón Barreto. Los goles carboneros fueron convertidos por D. Quevedo (7` y 36`), M. Liuzzi (55`) y F. Morena (89` penal); el tanto tricolor lo marcó D. Mantegazza (44` penal). R. Giménez fue expulsado en filas tricolores a los 50`. La primera victoria de Nacional (1-0), se concretó el 19 de enero de 1984 (Liguilla 1983) en partido que también fue arbitrado por Ramón Barreto. El gol fue convertido por C. Aguilera (72`). Fueron expulsados en Peñarol, V. H. Diogo (53`), R. Ortiz (67`) y N. D. Gutiérrez (84`)…».
¿Ya leyeron lo anterior con la debida atención? He remarcado en letra bold (negrita) tres nombres que interesan. Por Peñarol, Maximiliano Arias y Diego Rodríguez. Por Nacional, Adrián Romero. Esos tres, son los únicos, entre los 22 actores del clásico que se disputó el pasado domingo 13 de julio, que estuvieron también presentes en el encuentro que ambos equipos disputaron por la Liguilla en el año 2007. He aquí que los dos clubes grandes del fútbol uruguayo apenas conservan tres de los 22 jugadores que fueron titulares hasta hace apenas un año atrás. ¿No les parece, éste, un dato más que significativo? Porque, con informaciones como ésta, cualquiera se explica en un abrir y cerrar de ojos la tremenda decadencia del fútbol uruguayo. Imagínese que, si esto les acontece a los grandes del fútbol uruguayo… ¿Qué no sucederá con los clubes menores?
Viendo tales disparates, y algunos otros cuantos que se han hecho públicos desde antes de que arrancara esta Liguilla 2008, uno se explica muy sencillamente los paupérrimos desempeños que han tenido, en los últimos años, los equipos uruguayos que han desfilado por la Copa Libertadores de América (rebautizada «Santander Libertadores» por una cáfila de mercachifles corruptoides) y por la Sudamericana. Es imposible que los clubes uruguayos hagan más de lo que han hecho, porque los grandes equipos, aquellos que son verdaderamente competitivos, mantienen a sus jugadores principales durante períodos significativos —cinco, siete o más años—, para que su estructura no se derrumbe y los éxitos estén al alcance de la mano… En cuanto tiene que ver con nuestro fútbol, los éxitos parecen estar en la siguiente galaxia. Entretanto, ya antes de terminar la Liguilla y a sabiendas de la tabla rasa que van a sufrir de inmediato, los directivos de los dos grandes ya están especulando con «los refuerzos para la nueva temporada». Y comienzan a repartir entre las respectivas parcialidades los tradicionales espejitos y cuentitas de colores… Uno, va a reunirse con Casal (mientras su progenitor seguramente se revuelve en la tumba)… El otro, a quien, en uno de los foros de «El País Digital» un hincha de Peñarol lo comparaba con Ronald McDonald —¡pobre de McDonald’s!—, pretende echar humo sobre sus reiterados errores y fracasos prometiendo traer a Pablo García, Regueiro y posiblemente Munúa para la próxima temporada… Ahora bien: ¿por casualidad, estos tipos estarán creyendo que se puede tapar el sol con un dedo?
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