El regreso de los nerds
por José Ramón Valente |
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A comienzos de los años 70 el precio del petróleo subió rápidamente al igual que ahora. En Estados Unidos y otros países desarrollados, la inflación se aceleró, de la misma forma que hoy ocurre en los mercados emergentes. Entonces, muchos economistas (no todos) y la mayoría de los políticos decidieron no prestarle mucha atención al aumento de la inflación. Se argumentaba, al igual que ahora, que un aumento en la tasa de interés o una reducción en el gasto de gobierno no haría que los árabes bajaran el precio del petróleo, pero que sí conseguiría enfriar la economía y llevarla a una recesión, incrementando así inútilmente el sufrimiento de la gente.
En los 70 los políticos ganaron, pero la gente perdió. Efectivamente, el gobierno de EE.UU. mantuvo una agresiva política de crecimiento del gasto público y la Reserva Federal no incrementó mucho la tasa de interés, tal como querían los políticos. El resultado fue que la inflación escaló más allá de los dos dígitos, hasta el 14%, y la tasa de crecimiento de la economía languideció. Fue en esos años que se acuñó el ahora tristemente famoso término “estanflación”, es decir, inflación sin crecimiento.
A comienzos de los 80 la inflación estaba desbocada y no quedó más remedio que hacer lo que muchos años antes algunos economistas y muy pocos políticos habían recetado, es decir, subir las tasas de interés y reducir el ritmo de crecimiento del gasto. Pero la dosis del remedio necesariamente fue mucho mayor que antes. Las tasa de interés subieron al 20% y EE.UU. entró en una severa recesión que arrastró también al resto del mundo. Hoy nos preguntamos si los políticos, las autoridades y los economistas de los países emergentes, incluido Chile, aprendieron la lección de los 70 o si van a cometer los mismos errores.
En Chile, hasta hace pocas semanas, estábamos encaminados a repetir los errores de hace 30 años. Hemos dejado que la inflación suba hasta más de 9% al año en los últimos 12 meses, mientras las tasas de interés apenas superaban el 6% y el crecimiento del gasto para este año se había programado en un exorbitante 8,9%. Afortunadamente, hoy contamos con encuestas de opinión que nos revelan el descontento que genera la inflación, especialmente entre los más pobres. Esto permite hacer un poco más fácil la labor de los nunca bien ponderados tácticos. Estos nerds de la economía que pregonan recetas aparentemente impopulares para controlar la inflación.
Probablemente, a raíz de esas encuestas que hoy ponen a la inflación entre las mayores preocupaciones de la población, es que el ministro de Hacienda ha logrado el apoyo de la Presidenta para anunciar que el gobierno se va a poner en campaña para reducir el ritmo de incremento del gasto público, y el presidente del Banco Central ha podido subir la tasa de interés por sobre el 7% sin que le lluevan las críticas de los políticos. Bien por las encuestas, bien por Chile y bien por el regreso de los nerds.
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