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Año V Nro. 356 - Uruguay, 18 de setiembre del 2009
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El que escribe está vinculado familiar y profesionalmente a una empresa textil. Hoy estos muchachos están por bajar los brazos. Es de honestidad reconocer que la manufactura lanera tiene problemas estructurales en el Uruguay por cambios en el rodeo nacional y la baja en la producción de lana. La verdad sin embargo es, que en este rubro al menos, con la baja del dólar, la falta de garantías en materia laboral para el empresario, la virtual inexistencia del crédito y la impresionante voracidad fiscal hace que ya no valga la pena trabajar en el Uruguay. Estos valiosos empresarios, verdadero capital del país, ya tienen un proyecto de reconversión en marcha. Lo grave es que tal cual están las cosas es muy difícil que este proyecto se haga en el Uruguay, y, según palabras textuales expresadas por ellos, si llega a ganar el Frente Amplio las elecciones no existe posibilidad alguna de que se siga trabajando en el país. La empresa se trasladaría a Panamá sin más vueltas. Un país gobernando por la lógica y el respeto a los generadores reales de riqueza. La cosa no termina ahí. Otra empresa textil que trabaja con la de mis amigos que ocupa y le paga buenos sueldos a unas cuantas decenas de uruguayos también cierra. Planteó su situación en cuanto a poder negociar sueldos acordes al momento, con sus empleados, por fuera de los ambiciosos convenios del sector, sin éxito, en el Ministerio de Trabajo. Resultado, empresa cerrada, personal al seguro de paro. Según sus propietarios si sigue la cosa así, sesgada hacia el sector laboral, y si llega a ganar el frente amplio las elecciones el cierre definitivo de la empresa es inevitable. De todo esto se desprenden dos cosas. Una, que claramente el Dr. Lacalle tenía razón en sus manifestaciones cuando decía que Mujica Cordano y su murga compañera no despertaban la más mínima confianza entre los empresarios locales. La otra, que en nuestro país en su permanente flirteo con la izquierda radical se le ha perdido el respeto y la consideración al empresariado, ese tesoro de cualquier sociedad libre que es en definitiva la única que genera riqueza genuina. En las malogradas panaceas estatistas se creía que el estado podría suplantar a la iniciativa privada. Los hechos y la historia indican todo lo contrario. Un país para ser exitoso, para poder repartir bienestar, debe generarla genuinamente. Para esto se precisa un empresariado que arriesgue, sea creativo, imaginativo y que tenga confianza en las reglas de juego claras y consistentes de un país. Mujica Cordano y sus acólitos por cierto que no transmiten esto. Mal pueden pensar entonces que los inversores figurativamente hagan cola para invertir en el país. Más bien en caso de triunfo de la izquierda en los comicios próximos lamentablemente más bien la cola será para los que quieran irse en lugar de ser para recibir potenciales inversores. Como consultor lo estoy viendo día a día. Es una lástima, perdemos todos los uruguayos. Seguramente nadie más que el Dr. Lacalle quisiera equivocarse en este tema. Lamentablemente los hechos demuestran que la cosa es así. La izquierda vernácula debería haber aprendido ya la importancia de un sector empresarial fuerte y pujante. Lamentablemente no hay más ciego que el que no quiere ver, ni doctrina Marxista o Neo- Marxista que admita estas verdades. ¿El resultado? Solamente la pérdida de la libertad y que los gobiernos de izquierda en los hechos sólo puedan repartir miseria. Un buen ejemplo es Cuba que debe depender de las dádivas extranjeras para poder subsistir. Seguramente un destino que ningún uruguayo pueda desear para nuestro país. ¿O no? © Michael S. Castleton-Bridger
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