Impronta wilsonista en el programa del Partido Nacional por Dr. Francisco Gallinal

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         Se ha sostenido que el Programa “Un País Independiente, Justo y Próspero”, de la fórmula Lacalle-Larrañaga, del Partido Nacional, carece de orientaciones wilsonistas o, como ha dicho Astori, sin proporcionar fundamento alguno, “está desprovisto completamente de wilsonismo”. Nada más alejado de la verdad.

         ¿Cuáles son los contenidos del legado programático de Ferreira Aldunate, atendidas esas cuatro instancias?

         Cabe sintetizarlos en los siguientes puntos:

a) El desarrollo y perfeccionamiento constante de las instituciones de la democracia representativa y de la convivencia en paz, pluralista, innovadora; b) El cambio estructural de la economía, la inserción externa y las relaciones laborales, inspirado en los requerimientos de la justicia y en la modernización de todas las actividades sociales; c) La afirmación de un Estado eficaz, que no bloquee a la Sociedad Civil en ninguna de sus espontaneidades pero que la regule y se asocie con ella en torno a objetivos nacionales ambiciosos y posibles; d) El sustento de la gobernabilidad democrática sobre la conciencia de una masa ciudadana esclarecida y responsable, representada por partidos en competencia y dotados de alta capacidad negociadora; e) La evolución constante de los vínculos societarios, la solidaridad concreta que ampara un equilibrado nacionalismo,  la lucha contra las brechas sociales y la exclusión; f) La perspectiva y dimensión del territorio en las políticas públicas g) La reivindicación de la creatividad y el gobierno imaginativo.

         ¿Recoge y actualiza el actual Programa nacionalista el patrimonio programático del wilsonismo?

         Una lectura honesta de “Un País Independiente, Justo y Próspero” no deja dudas en cuanto a una respuesta afirmativa a esta última interrogante. Todos los contenidos de aquel legado contribuyen a estructurar el documento de hoy. En perspectivas del presente, por cierto, con la pasión de alcanzar el futuro que desde el hoy se vislumbra. Otra recepción (mecánica, repetitiva) traicionaría el núcleo mismo de la política wilsonista. 

         Se mencionarán a continuación algunos de los pasajes que acreditan que el compromiso con vistas al próximo gobierno sólo es interpretable como una propuesta democrática y pacificadora, renovadora de la economía y el Estado, participativa y de diálogo, solidaria e imaginativa.

a)	Democracia, Estado de Derecho, convivencia en paz.- Al abrirse el Programa, se fija la “Orientación General del Próximo Gobierno”; la primera definición (“fortalecer la nación”) incluye obviamente el ideal democrático, sin el cual la República perdería su propia identidad, y el carácter pacífico de nuestra comunidad, en el seno de la cual se procurará “el desarrollo pleno de sus habitantes como seres humanos”, desarrollo también inseparable del régimen democrático. La convivencia en el Derecho es señalada como “la principal función del Estado, aunque no la única” y se la califica de “condición necesaria para el desarrollo integral del ser humano” .
b)	Renovación estructural de la economía y del Estado.- En relación con la economía y la inserción externa del país, la “Orientación General del Próximo Gobierno” enfatiza el alivio de la carga fiscal y la preocupación por gastar mejor. “La calidad del gasto, y no sólo su cantidad, es parte esencial de una buena administración” (página 14). Junto con ello, la tónica de la reforma económica surge del punto 8: “El Uruguay necesita un salto cualitativo que le abra paso a un nuevo tiempo de prosperidad estable y duradera (…) En un país próspero hay lugar para todos. Un país próspero es más país” (página 15). Esta tesitura enérgicamente innovadora se traduce en el capítulo IV del Programa, sobre “Desarrollo Económico” (páginas 23 a 33), nutrido de ideas típicamente wilsonistas: se recoge el espíritu de la CIDE .
c)	El capítulo sobre “Desarrollo Económico” es complementado por el que lo sigue, que versa sobre “Desarrollo Productivo” (páginas 35 a 47). Rico en directivas de gobierno, una transcripción breve bastará para probar su continuidad dinámica con la gestión y las propuestas de Ferreira Aldunate: “Establecer una POLITICA AGRARIA, claramente definida, jerarquizada en el contexto nacional, coordinada con las políticas macroeconómicas, comerciales, sociales y culturales del país y basada en el concepto de desarrollo sostenible” (página 37).
d)	Participación y solidaridad nacional.- Consecuente con la sensibilidad social y la confianza en la gente común que el Partido Nacional cultivó siempre como apoyos de su acción cívica y gubernativa, “Un País Independiente, Justo y Próspero” recoge también, debidamente actualizada, la inspiración de “Nuestro Compromiso con Usted”. Ya desde el capítulo inicial, de orientaciones generales, se establece: “Defendemos una visión que integra por igual a la totalidad de los habitantes de nuestro país, evitando la confrontación y la existencia de individuos o grupos sociales que se sientan excluidos de las oportunidades” (página 13). Y de inmediato: “Entendemos como inversión social aquella que prepara mejor a los ciudadanos para enfrentar la vida, con valores que los fortalezcan espiritualmente y con conocimientos que les permitan desarrollarse en lo material, obteniendo como resultado una sociedad más próspera y justa. El Estado deberá velar por los sectores que han sido limitados en sus oportunidades de desarrollo integral: los indigentes, las personas con capacidades diferentes, las mujeres, los jóvenes y adultos mayores desamparados, los afrodescendientes y todos aquellos excluidos de los beneficios del común de los ciudadanos” (página 14).
e)	La focalización de las políticas sociales, la descentralización de las decisiones, el apoyo a la familia, el aliento de la vida municipal, la apuesta decidida por la rehabilitación del menor infractor perfilan un capítulo social verdaderamente ambicioso, en el que los centros educativos merecen especial atención porque no habrá Uruguay solidario y justo sin educación de calidad pareja para todos.
f)	Imaginación, apertura a la novedad.- Los uruguayos asocian el nombre de Wilson Ferreira Aldunate a la política fértil en lo novedoso, creativa. Esa asociación corresponde a una característica permanente de su palabra y su actividad de legislador y gobernante ejecutivo; también, a su lucha permanente por la libertad y la constitucionalidad, ya estuviera exiliado, preso o libre. Wilson sorprendía sin extravagancias, en virtud de las pautas de innovación que elaboraba y recibía de sus múltiples interlocutores.
g)	El actual programa nacionalista es fiel a esa inspiración: “Inteligencia, campo, subsuelo, espacio marítimo y fluvial, logística, servicios, industria, turismo, cultura nacional: todos esperan ser plenamente aprovechados. Apostaremos especialmente a la iniciativa y a la innovación de los uruguayos (…) Nadie sin oportunidades, todos con derechos y todos con responsabilidades” (página 15).

© Dr. Francisco Gallinal para Informe Uruguay

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