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Extraña coincidencia
por Fernando Pintos
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No me voy a reír ahora de lo que todos se han estado riendo últimamente, los problemas en Peñarol, porque sería algo así como llover sobre mojado. Pero déjenme contarles algo pintoresco. Cuando estudiaba periodismo, y en el curso de una investigación hemerográfica que me tocó hacer en la Biblioteca Nacional —se trataba de la noticia policial o crónica roja—, me topé con una nota que parecía más bien intrascendente, pero que me hizo mucha gracia y me quedó grabada hasta el día de hoy. La misma había sido publicada por un periódico especializado en aquellos temas, que había tenido su época de fama: «Al rojo vivo»… Resulta que en los años 60 —creo—, cuando gobernaban los blancos y estaba el sistema de Colegiado en funcionamiento, circulaba por ahí un delincuentillo barato, un vividorcillo que, si mal no recuerdo, «vendía» empleos públicos a incautos, con la promesa de acomodarlos cuando «subiera el Titito»… Es decir: cuando El Tito Heber llegara a presidir el Colegiado… Y la nota terminaba con una imagen para mí imborrable: que el tipejo andaba recorriendo por ahí y haciendo sus fechorías, al grito estentóreo de «¡cuando suba el Titito!…».
Pues bien, el tipejo de la anécdota se llamaba Oscar Tort Mozzo… Y leyendo la prensa, días atrás, he visto que este Peñarol de septiembre del 2009… ¡Alineaba a un tal Mozzo (una buena ficha, que estuvo repartiendo patadas y trompadas en un partido amistoso contra Newell’s Old Boys) en calidad de titular, y a otro tal Tort como suplente! Ahora bien. Ante esto, no pude dejar de preguntarme: ¿serán parientes, estos dos señores, de aquel legendario Oscar Tort Mozzo que supo recorrer las calles de Montevideo, y de algunos otros villorrios de la República, al grito estentóreo de «¡Cuando suba el Titito!»…?… ¿Ustedes qué opinan? ¿Eh?
© Fernando Pintos para Informe Uruguay
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