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Contestando la desinformación
desde el país urbano
* Pedro Hernández
Me ha llegado por mail con fecha 29 de julio de 2005, el artículo, Los productores rurales y el problema del timbre, cuyo autor es Gabriel Monteagudo editor de El ECO Carmelo - Colonia.
También se publicó en el diario digital Equinox.
Como oriundos del medio rural y como productores hasta 1998, no podemos pasar por alto lo que en él se dice.
Hemos leído años atrás sus artículos publicados en Surmedia y por ello nos asombra el ataque, irónico y descalificador a los productores rurales en la persona de dos -dirigentes- de ellos.
Ataque lleno de supuestos sin el menor respaldo en razones. Nos asombra y nos duele, por el daño a la gente desinformada y de buena fe que lo lea. Nadie está asumiendo que todos los productores sean honestos, los hay deshonestos como en todos los demás sectores de la vida del país.
Creemos que no se puede seguir escribiendo a la ligera sobre problemas que son casi permanentes en el agro uruguayo, desde hace 50 años por lo menos. Hay que preguntarse el por qué. No se puede personificar en los dirigentes, la globalidad del problema del endeudamiento y seguir salteándose las causas.
Más allá de las explicaciones buenas o malas de Rivoir o Briosso, debe quedar claro que el periodismo debe informar y no dejarse llevar por el facilismo, funcional a ciertos intereses sociales y políticos. No se puede seguir informando descontextualizado, que es desinformación. Guste o no guste el país urbano tiene lo que tiene gracias a lo que se confiscó al agro y a la mala calidad de vida de la inmensa mayoría de los productores, a lo largo de la historia. Para ello también se aprovechó que no tienen timbre y nunca les avisaron que iban a ser confiscados parte de sus recursos, porque eso es lo que ha sucedido sin pasar por ventanilla, en cada atraso cambiario. El último desde 1990 hasta la devaluación del 2002, es el responsable de la liquidación de miles de productores y del actual endeudamiento y responsable también de la transferencia de la tierra, a precio de mercadería robada, a favor de los especuladores inmobiliarios. Estos son los grandes temas fruto de un manejo político partidario que ha desguazado al país. No podemos seguir sacándonos los ojos entre los distintos sectores, apuntalando los corporativismos, haciendo el juego a los grandes responsables de la situación en que está el país hoy.
Adjuntamos un artículo que escribimos en el 2001, para que se entienda la magnitud de este fenómeno. Ya es tiempo de que el periodismo nacional asuma lo que significa la peripecia productiva en el agro y no siga hablando con la más absoluta ignorancia y soberbia.
CAPITULO VIII Este artículo integra nuestro libro Uruguay las causas de las crisis.
EL AGRO EN CRISIS UNA VEZ MAS..... ¿SERÁ TERMINAL?
El Agro ha tenido sucesivas crisis económico-financieras, casi cíclicas cada pocos años en los últimos cuarenta años.
Pese a ello nadie se conmovió, ni se tomaron medidas para preverlas o minimizar sus impactos.
La prueba más elocuente de ello es que a partir de 1960 han desaparecido del orden de 40000 productores, a un promedio de 1000 por año.
Paralelamente la población rural se ha reducido a menos de la mitad de la que había en 1960.
Han abandonado el campo promedialmente 15 personas por día.
Frente a estos datos escandalosos, para un país de base agropecuaria no se pasó más allá de los discursos voluntaristas y de buenas intenciones.
Siempre escuchamos desde la escuela el concepto de que, "gobernar es poblar", pero se ha llevado adelante una política de sentido contrario.
En el año 1951 la población rural era de 451000 personas y según el censo agropecuario del 2000 quedan 190000.
Algunas cifras y comentarios del maestro Miguel Soler realizados en 1987, nos eximen de mayores comentarios, sobre la indiferencia de los gobiernos, hacia el campo:
"En 1911 los alumnos de las escuelas rurales eran 39572; el alumnado creció hasta 1963, año en que llegó a 59545; después desaparecen aproximadamente 1000 alumnos por año, hasta llegar a 37947 en 1985 -casi dos mil menos que en 1911-. Hoy los niños rurales andan en el entorno de los 20000.
La suerte de la infancia campesina está ligada a la contradicción nacional de base: el país es agropecuario por vocación natural y en gran parte por exclusión de otras posibilidades; no obstante, la sociedad uruguaya, negándose a sí misma, ha sido incapaz de organizarse de manera que la vida en el campo y del campo sea posible.
Lejos estamos de la situación de hace 30 años -1957-. Entonces se encontraban en pleno funcionamiento más de 100 escuelas granjas y otros institutos para la educación rural.
Falta hoy una política agraria favorable al hombre del campo y al interés nacional. Falta también una política educativa atenta a las necesidades de los niños, adolescentes y adultos que todavía quedan en nuestras cuchillas".
Hasta aquí los comentarios del maestro Soler.
Nadie se ha preguntado las causas y el por qué de un fenómeno de ésta magnitud. Esto nos muestra un país insólito, que ha vivido y vive fundamentalmente del agro, pero desconoce la esencia del mismo.
Para "solucionar" las distintas crisis económicas se han dado múltiples refinanciaciones, consolidaciones, etc., pese a todo, la pérdida de productores, no cesó.
El agro ha pagado un alto costo socioeconómico en beneficio del país.
Lamentablemente la historia no termina con esto, sino que los que quedan hoy en el campo enfrentan el mayor endeudamiento de la historia, iliquidez total y sin rentabilidad.
Las "soluciones", que se han instrumentado para el agro en los últimos 40 años, sólo han servido para soslayar el gran tema de fondo, el gran debe histórico, la falta de una Política Agropecuaria.
Política Agropecuaria implica como mínimo tratar distinto lo que es diferente.
Los problemas se resuelven atacando las causas que los provocan.
Esto que parece de sentido común, es lo que no se ha hecho hasta ahora en lo que se refiere a los dos temas fundamentales que hoy afectan a los productores: la falta de rentabilidad y el endeudamiento.
Pero a nuestro entender hay un concepto de la empresa agropecuaria que nunca se ha tenido en cuenta y es su condición de REHEN.
Es el sector más rehén de la economía.
Al no tener en cuenta esta condición y aceptando como algo fatalista los problemas, es que el agro llega a esta situación de crisis que afecta a la mayoría de los productores.
Vamos a enumerar las causas que definen la condición de rehén del productor rural:
Es rehén del Clima en todas sus facetas;
Lluvia, sequía, frío, calor, etc. Variables de extraordinaria incidencia con más o menos intensidad según el tipo de proceso productivo.
Es rehén de los suelos sobre los que esté instalado.
Hay suelos que permiten realizar uno o dos tipo de producciones como son los del basalto superficial. Por tanto los márgenes de maniobra y cambios están muy condicionados.
Es rehén de los procesos productivos:
1- Porque no se pueden detener.
De ahí que la población urbana no pueda entender, las crisis del agro y los reclamos de
los productores, mientras la producción sigue fluyendo.
2- Porque tiene tiempos biológicos, que funcionan sin importar los tiempos económicos.
Las vacas demoran nueve meses en parir un ternero.
3- Por la rigidez de los mismos.
Los procesos productivos son en general de mediano y largo plazo, no se pueden
cambiar tan rápido como las condiciones económicas lo exijan.
Para miles de productores el cambio de sistemas productivos hoy es impensable.
Me refiero a los instalados sobre el basalto superficial y gran parte del cristalino.
Con este ejemplo se ve muy claramente la magnitud del disparate de una política
económica, que no trata distinto lo que es diferente.
Es rehén de los mercados, tomador de precios.
Es rehén de la política económica.
Como ejemplo, tenemos la imprevisibilidad del atraso cambiario, en la década del 90.
Es rehén de la Industria.
Los productores, en este carácter, han pagado históricamente las ineficiencias de la misma.
En la década del 90 pagó buena parte de su reconversión, vía precios.
Es rehén del crédito.
Por su alto costo y la falta de tratamiento diferencial.
Además asume todos los riesgos, los más relevantes, el clima y los avatares de las medidas económicas sin previsibilidad.
Es rehén de la intermediación comercial.
Difícilmente puede retener la producción por mucho tiempo.
En algunos productos no puede hacerlo, caso de la leche, las hortalizas y la mayoría de las frutas.
Es rehén de la financiación.
Vende a plazos y a su solo riesgo.
Se convierte así en un "financista" de las Agroindustrias, cuyos problemas históricos,
todos conocemos.
Tal la magnitud de las variables.
En función de ésta condición de rehén, el productor tiene una sola vía para cubrir una elevación de costos y es aumentando la productividad.
Pero esta no se puede aumentar indefinidamente, tiene un techo tecnológico y económico.
Otro aspecto, que tiene que quedar claro, es que la productividad termina siendo variable en función de las condiciones de rehenismo -clima, precios, etc.
Lo cual lleva a la conclusión absurda, de que habría que definirla después de realizados los procesos productivos, cuando ya se incurrió en los costos.
Esto es en gran parte la explicación del actual deterioro.
La política económica definió un nivel de costos motorizados por el atraso cambiario,
sin preocuparse para nada de la condición de rehén del sector agropecuario.
Dictaminó administrativamente un nivel de viabilidad económica sin que el productor pudiera preverlo.
Al no haber política agropecuaria, la política económica pasó como una "aplanadora", midiendo a todos con el mismo rasero, desconociendo las diferencias.
No es lo mismo ser rehén en los suelos del litoral, que sobre el basalto superficial o gran parte del cristalino.
En mi opinión, la condición de rehén ha sido utilizada por los distintos gobiernos
para no acceder a solucionar los reclamos ya que, como hemos dicho la producción sigue llegando.
Se ha procesado una actitud de impunidad, político-tecnocrática, que no tiene otra igual en la historia reciente del campo uruguayo.
De acuerdo a lo que hemos venido relatando, no es difícil concluir que la empresa agropecuaria es la más riesgosa de la economía nacional.
Los datos históricos, de los problemas, así lo avalan.
Creo que llegó el momento de que todos nos preguntemos:
¿Por qué subsidian los países desarrollados?
En la respuesta a esa pregunta está la respuesta para resolver los problemas del agro. No subsidian por tontos, no subsidian porque tienen dinero sino porque, en el marco de ésta economía globalizada, la producción agropecuaria sólo es rentable pocas veces: el año en que todas las variables corren a favor.
Pero lo que sí importa es el fruto de la producción primaria en su transformación agroindustrial.
Para mostrar la relevancia del agro en nuestro país, diremos que representa no menos del 25% del PBI- a través de las cadenas agroindustriales. Genera el 60% del PBI Industrial, es el responsable por más del 20% de la masa salarial del país y del orden del 80% de las exportaciones. |
La política económica afectó al productor por tres vías:
1. Alza de los costos, motorizados por el atraso cambiario.
2. La no entrada de pesos, por un dólar abaratado - entrada de dólares sin restricciones al sistema financiero - por la política económica en curso.
3. Apertura indiscriminada de los mercados, que permitió importar productos
- con un dólar barato subsidiado por los productores - que compitieron
con los nacionales, como es el caso de los granos y productos de granja.
El productor no posee las herramientas para visualizar los impactos de la política económica y fue fácilmente desinformado e inducido a error.
No debemos olvidar que hasta el año 1994 el atraso cambiario fue negado oficialmente.
El discurso productivista, alentaba a superar los costos, aumentando la productividad.
Para ello se alentó a invertir y los bancos ofrecieron créditos con gran generosidad, apoyando el discurso oficial.
Los únicos que corrían, y corren todos los riesgos, son los rehenes -los productores-, así de fácil.
El productor se vio enfrentado a la disyuntiva de aumentar la productividad o desaparecer.
Creyó en el discurso oficial, aceptó endeudarse para aumentar la productividad.
Así la productividad y la producción aumentaron en forma extraordinaria e impactante en
muchos rubros -leche, arroz, carne, etc-.
El productor fue obligado a una reconversión impuesta, en el marco de un aumento de costos -atraso cambiario mediante-, lo que técnica y políticamente constituye todo lo contrario de una reconversión productiva, de cualquier sector de la economía, agravado en el caso del agro por su condición de rehén.
Hoy vemos a los productores arruinados, sometidos y humillados ya que los reclamos efectuados en la década del 90 fueron ignorados.
El papel de las gremiales, es la más clara expresión de que no se defiende a los productores.
Muchos dirigentes no pudieron ver la profundidad del impacto de la política económica y
otros decidieron a favor de los intereses político-partidario y no el de los productores.
Tan cierto es esto, que hoy frente a la magnitud del desastre, no se animan a defender, que la deuda no es responsabilidad total de los productores.
Aceptan la legitimidad de la misma.
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Fuente: C. Bautes con datos de OPYPA, BCU Y BROU
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Analizando la gráfica, podemos decir:
1- El PBIA aumentó 80% entre 1990 y 1998, una prueba irrefutable del esfuerzo de los productores.
2- La deuda aumentó más de 400%, pasó de 300 millones de dólares en 1990 a 1400 millones de dólares en 1998, sólo con los bancos.
3- Muestra claramente un sector sin rentabilidad.
Situación disfrazada, por sucesivas refinanciaciones a lo largo de 1990.
Esto nos permite, además, mostrar la gran paradoja, el país gana con el agro mientras los productores se funden.
4- El crecimiento exponencial, del endeudamiento desnaturalizó, el justo equilibrio de las relaciones contractuales.
Los productores no son los responsables del desequilibrio jurídico de los contratos, sino la política económica aplicada.
La gráfica es una prueba, de que el extraordinario esfuerzo productivo, no alcanzó ni de cerca para eliminar el brutal impacto del atraso cambiario.
Lamentablemente, para los miles de productores que tuvieron que abandonar la tierra en los últimos 10 años en su inmensa mayoría por trabajar más, estas conclusiones llegan tarde. Es de esperar que sirvan para que se encuentren soluciones de fondo y se evite la desaparición de más productores.
Por las soluciones que se vienen instrumentando, esto no va a ser posible.
Ya escuchamos el discurso de muchos dirigentes gremiales y políticos, acomodando el cuerpo, aceptando que para muchos no hay salida.
Una muestra más del engaño a través del discurso.
Pero veamos otros aspectos no menos relevantes.
¿Los bancos no sabían de los impactos del atraso cambiario en la rentabilidad del agro?
Si sabían, los préstamos fueron, técnicamente, mal dados ya que no se incluyó, al estudiar su viabilidad económica, la previsión del aumento de costos del imprevisible atraso cambiario.
Si se hubiese incluido ese aumento de costos, los créditos no se podrían haber dado ya que no eran viables, con lo cual quedaba al desnudo la responsabilidad de la política económica en la pérdida de rentabilidad.
La desinformación llegó al extremo de que los préstamos bancarios fueron dados por decisión política y no técnico-económica, como debía ser.
Los bancos se cubrieron con las garantías y el riesgo quedó para el productor.
Pero además, al no considerar el atraso cambiario podría configurarse vicio oculto en los contratos de préstamos bancarios.
Si no sabían del impacto del atraso cambiario entonces menos posibilidad tenían los productores de saberlo.
Por su condición de rehén, por la falta de información calificada en tiempo y forma referida al impacto del atraso cambiario y la imprevisibilidad del mismo, digo que la deuda de los productores es, en gran medida ilegítima, no empresarial.
Es inducida a través de la política económica.
Por tanto no es responsabilidad total del productor.
No se puede pagar con producción a menos que haya un cambio extraordinario no previsible que recupere la rentabilidad.
El actual endeudamiento del agro es fruto de una decisión política.
Por tanto el desequilibrio generado en contra del agro debe ser recompuesto por los responsables de mantener el equilibrio de las cargas del estado, los gobernantes.
Se ha llevado a cabo el engaño más fabuloso al agro uruguayo, que ha tenido varios en los últimos 50 años.
Digo engaño porque se ha realizado, en el marco de una gran desinformación fácilmente demostrable recurriendo a la prensa de los últimos 10 años.
Todos los acontecimientos, que venimos relatando, nos reafirman en la convicción de que el agro como sector rehén de la economía no fue considerado a la hora de definir las medidas económicas que se instrumentaron a partir de 1991.
Se ha configurado la mayor confiscación de recursos del agro a través del impuesto cambiario.
Se pagó sin pasar por ventanilla y sin poder el productor prever su monto con anticipación; una prueba más de la ilegitimidad del endeudamiento agropecuario más allá de todas las chicanas jurídicas.
Lo jurídico no debe ser utilizado para avasallar, y menos, a un sector rehén en un marco de desinformación.
El país vivió una euforia consumista - con dólares baratos - a mediados de la década del 90, pagada con el deterioro de los sectores productivos, con especial impacto en el agro por sus condiciones de rehén.
Una muestra contundente de un modelo de economía desintegrada.
Todo se jugó en función de la lectura de la macroeconomía, nadie leyó la microeconomía - realidad de los productores -.
Hoy a la hora de la verdad, los gobernantes salen en busca de inversores de riesgo.
¿Los productores rurales no son inversores?.
A los nuevos inversores se les da toda clase facilidades: declaratoria de interés Nacional y Municipal, etc., etc.
¿El Agro no es de interés Nacional?
El agro fue usado, por rehén, para limpiar la cancha.
Me gustaría conocer a los inversores, que produzcan en las mismas condiciones, que han tenido que soportar nuestros productores.
Los gobernantes, en su visión del país, deben decir qué lugar ocupan los productores más allá de los discursos.
No se puede seguir con ésta lenta y penosa liquidación.
Los hechos indican que se apuesta a un agro con productores con ingresos fuera del mismo, ya que qué las "soluciones" que se están proponiendo para resolver el endeudamiento no tienen en cuenta las causas del mismo.
De la recreación de la rentabilidad perdida en altísimo grado por el atraso cambiario nada se dice.
¿Cómo se puede pagar la deuda entonces?
Es hora de que el país asuma que el productor rural, con su marginación socioeconómica, pagó el progreso general de la nación, menos el suyo propio.
Estamos en presencia, claramente, de un modelo económico basado en la confiscación de rentas del agro-sector rehén-y a productor perdido.
El país debe asumir que la "fiesta" debe ser pagada por todos, con equidad.
Si no defendemos la tierra, asiento de la nación, a muy corto plazo, no seremos dueños de ella.
Por último reiteramos, sin Política Agropecuaria y sin un cambio relevante en la política económica, la supervivencia para miles de productores está en juego.
Setiembre de 2001
PD: Lo que ha pasado con la transferencia de la tierra a partir de la devaluación del 2002, es una prueba cercana de lo que venimos afirmando. La tierra la perdieron los productores y enriqueció a los especuladores y los acreedores recibieron muy poco. Este es el fenómeno de las crisis uruguayas y llevamos tres- destructivas- en los últimos 40 años. Este el gran tema, ¿Cuáles son las causas?
Hemos pasado de una crisis a la otra sin preguntarnos nada y ahora parece que seguimos el mismo camino.
Lo que sigue es el artículo de Monteagudo y en negrita y bastardilla nuestros comentarios.
Gabriel Monteagudo.
Editor de El Eco (Carmelo-Colonia)
Estoy en cama con una gripe de campeonato. Usted dirá y a mí que me importa. Bueno, no sea piquetero de la intolerancia y déjeme hablar. Lo cuento para explicarle que por eso, acurrucado y calentito mientras todos en casa rajaban para su trabajo, pude mirar la entrevista que tradicionalmente hace el colega Daniel Castro en Tele Buen Día alrededor de las 8 y media de la mañana y que ayer resultó ser con los productores de Colonia Andrés Briosso y Roald Rivoir. Y la verdad que la entrevista de Castro fue sinceramente brillante porque le hizo a los productores las preguntas que todos los uruguayos urbanos que no sabemos nada de campo queremos saber, es decir, que es lo que reclaman pero también porqué están endeudados, cómo les pasó eso de deberles tanto dinero al banco, cómo esta compuesta su deuda y cual es la solución para su problema.
Dice "la entrevista de Castro fue sinceramente brillante", esto corre por cuenta de quien lo dice, al respecto varias precisiones.
Es lamentable que un periodista uruguayo y del interior diga que no sabe nada de campo, en un país absolutamente dependiente del campo desde el fondo de la historia. La "brillantez" de Castro, ¿es por su ignorancia? Porque nadie debería, hoy, ignorar las causas del endeudamiento y salir a hacer preguntas personales. El más largo atraso cambiario de la historia que comenzó en 1990, se profundizó con la apertura de la economía entre 1990 y 1994 y terminó con la devaluación del año 2002. En ese período desaparecieron miles de productores, los que reclaman son los que sobreviven. Lo que Castro no preguntó y debería haberlo hecho, para informar, es ¿cuánto fue el monto inicial de la deuda y cuál la actual? Eso no lo preguntan nunca los periodistas, sólo refieren a la deuda hoy. Más allá de los dirigentes rurales, que es cierto, históricamente han sido funcionales a los gobiernos del 3 y 2 - partido único*-, no es de recibo acusarlos a ellos en particular por un fenómeno económico que alcanzó a todos en mayor o menor medida. Tampoco se tiene en cuenta que los más perjudicados fueron los que más invirtieron. No se le puede pedir a los productores que sean claros en la explicación de un fenómeno económico que los perjudicó y les costó tiempo entenderlo. Los brillantes periodistas, en tantos años hablando de este tema, deberían tenerlo claro y no lo tienen, preguntan siempre lo mismo como si el problema fuera nuevo. Los que invirtieron creyendo en el discurso productivista de los gobiernos, que negaban el atraso cambiario, fueron los que posibilitaron el extraordinario crecimiento de la producción agropecuaria, por encima de los demás sectores de la economía en la década del 90. Eso favoreció a todos los demás sectores menos a los autores del mismo, a pesar de ser el primer eslabón de la cadena agroindustrial. Pero parece que nuestro periodismo urbano sigue ignorando cual es el milagro de supervivencia de este país. Porque es un milagro, que un sector perdiendo pueda ser beneficioso igual para el país. Esta ignorancia ha sido funcional al modelo de país urbano y al manejo clientelístico que nos deja hoy un país con los números sociales y económicos que conocemos.
Entre otras cosas el periodismo urbano sigue ignorando que los productores, que siempre fueron marginados sociales y económicos en su mayoría, con su trabajo pagaron el bienestar urbano menos el suyo propio y hoy como siempre siguen siendo manoseados. Me extraña que Gabriel Monteagudo habitante de un departamento muy dependiente del agro no haya percibido la destrucción de familias rurales a lo largo de los últimos 50 años y en toda la década del 90 y hasta el 2002, debido a la política cambiaria - atraso cambiario-. |
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Con estas cuatro preguntas, hechas con claridad para satisfacer la más sencilla de las intenciones que puede tener cualquiera de los televidentes ?conocer cómo llegaron a montar un campamento enfrente del Palacio Legislativo en lugar de estar trabajando para saldar su deuda-, Castro dejó en evidencia:
1) Ni Briosso ni Rivoir pudieron explicar porqué estan endeudados y cuando fue que la sociedad los obligó a endeudarse.
Toda lucha tiene sus costos, con este criterio los obreros no deberían hacer huelga.
La ironía de quien los obligó no es de recibo, es un juego de palabras para los desinformados. Para producir más no hubo otra alternativa que endeudarse, creyeron en el discurso oficial y oficialista de muchos técnicos, esa es la verdad. ¿Pero aumentaron la producción o no? ¿O se fueron de vacaciones a Europa, con los dineros prestados?
Los datos oficiales dicen que la producción conoció niveles de productividad nunca vistos en el agro, gracias a la inversión en tecnología y ahí están las deudas.
Esa es la investigación periodista y las preguntas serias y responsables que deben hacerse para informar al pueblo, tan desinformado y manijeado.
Se ha hablado hasta el hartazgo de los efectos del atraso cambiario y hay documentos técnicos desde 1994 ¿Qué otra explicación quiere Monteagudo?
¿Se olvida el periodista de que los productores nunca recibieron la enseñanza a la que llegan los habitantes de los medios urbanos a pesar de haber aportado para ella? Ahora se les quiere ningunear, desconociendo trabajos técnicos precisos sobre los efectos de la política cambiaria en la caída de la rentabilidad y de ahí el endeudamiento. Cuando se toma un crédito si las reglas de juego no son alteradas y no se paga, es correcto que se le obligue a cumplir. Pero cuando desde el estado se desestabiliza los contratos, vía atraso cambiario, no puede culparse al productor y cargarlo con toda la responsabilidad. Por tanto la imposibilidad o la restricción para cumplir son ajenas al mismo. Esto es lo que condujo a la liquidación de miles, - auto ejecutados - y al endeudamiento o sobreendeudamiento que hoy siguen pesando sobre los productores sobrevivientes. Esto es lo que ha sucedido históricamente y nadie se ha conmovido ante la desestabilización de los contratos por parte del estado. Un país funcionando a productor perdido, es muy beneficioso para el país urbano. Como la producción siempre llega, independientemente de las crisis, el país se acostumbró a vivir de ciertos beneficios sin preguntar quien pagaba. Con el atraso cambiario de los 90 el país urbano vivió una etapa feliz, creyendo que no tendría fin; electrodomésticos y coches en cuotas en dólares baratos, que subsidiaron los productores, con su ruina o deudas y la industria nacional que cerró, perdiéndose miles de puestos de trabajo. Además, fruto del atraso cambiario, la leche, la carne, las frutas y verduras eran muy baratas, por tanto no importó a nadie si el productor perdía, se ignoró el reclamo de los mismos, desde 1992. Este es el país desintegrado creado por blancos y colorados desde 1931 y que el periodismo todavía parece que no entendió, ¿le interesa entender? |
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Briosso contó que tenía campo, compró un pedacito más, luego otro más y que es garantía de su hijo que también compró otro pedazo de campo, al que le salió mal no dijo qué, y por eso vendió y con eso no pudo cubrir su deuda. Roald dijo que lo suyo era una empresa familiar y que estaba orgulloso de lo que hizo padre (sic) pero tampoco dijo porqué se endeudó. Todo muy raro, el mismo Briosso me dijo luego de que los productores de Colonia reclamaran la renuncia de Danilo Astori y lo compararan con Alfie, que en el departamento ?no había ningún productor en situación de ser rematado?
2) Tampoco pudieron explicar cómo llegaron a endeudarse en el nivel que hoy los hace armar un piquete en Montevideo y traer más de una docena de fardos redondos que tienen cada uno el precio de venta de 1 tercio de un Salario Ciudadano, vaquitas, cerdos y ovejas que envidia la olla de cualquier comedor popular. Para contar como fue que se endeudaron dieron una explicación más compleja que las que daba Bensión cada vez que anunciaba uno de los 24 impuestos que Jorge Batlle decía que la sociedad uruguaya no podía soportar, no sé si recuerdan. Lo cierto es que no entendí y menos entendí porqué el Banco República -que maneja el dinero de todos los uruguayos- tiene que ser para ellos una sociedad benéfica y para los demás una institución que presta dinero a un plazo, con un interés determinado y que luego quiere recuperar lo que prestó.
Acá estamos ante juegos de palabras llenas de ironía, pero faltas de seriedad. No tienen nada más que explicar, ni los entrevistados, ni ningún otro productor, el atraso cambiario lo explica todo. El que debe entender es Monteagudo y el resto del periodismo nacional, salvo pocas excepciones, si es que quiere actuar con seriedad intelectual. No hay ninguna duda y la mejor demostración es que la producción aumentó, vale decir los productores cumplieron con su parte, los gobernantes no. Pero oh! paradoja, aumenta la producción y aumenta en forma mucho más el endeudamiento. ¿Será culpa de los productores?
Esta es la muestra de la ignorancia o mala fe del periodista. |
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3) También me quedó claro que los gobiernos de Batlle, y antes Sanguinetti y Lacalle los obligaron a sacar créditos y que para adornar el paquete con un muy buen moño, le creyeron al ex vicepresidente Luis Hierro cuando aseguró que el dólar iba a mantener su valor y entonces fueron nuevamente al banco a pedir dinero en dólares.
Si Monteagudo se empeña en ignorar el manejo del agro que hicieron estos tres gobiernos, debo concluir que no estuvo en el país o le importó muy poco lo que sucedía en el campo por esos años.
¿O es defendible el discurso de los gobernantes alentando a endeudarse en dólares?
Acaso si no se cree en el gobierno, que economía puede funcionar, ¿la del pálpito? Para invertir debo atenerme a la estabilidad de la reglas de juego que se afirman se van a mantener. ¿O hay otro mecanismo? El problema de fondo es que nunca los gobiernos tuvieron responsabilidad y los que se perjudicaron que se las arreglen, la política de al que le toca le toca. |
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4) Por último, me resultó evidente que en realidad le reclaman al gobierno que les quite la deuda y que les asegure for ever la rentabilidad de su negocio.
Quizás lo criticable de los dirigentes rurales es que ahora le pidan a este gobierno una solución integra, total, que les negaron los gobernantes que ellos votaron siempre. Sin duda que no es muy ético que quieran cobrar el voto que dieron al gobierno actual. Si lo dieron por eso y quizás muchos si, es lamentable, pero es una muestra también del Uruguay que se ha creado desde 1931, 3 y 2 mediante. Dada la muestra del aumento de la productividad, que llevó a aumentar la producción, el reclamo de rentabilidad quiere decir que no se la quiten por un manejo cambiario. ¿O acaso no sabe Monteagudo que no hay sector en la economía uruguaya más riesgoso que ser productor agropecuario?. ¿Dónde vive? El productor corre el riesgo del clima, desequilibrante, y no reclama, corre el riesgo de los precios - es tomador de precios- y de los mercados, ¿todavía se le quiere exigir que corra el riesgo cambiario?
A pesar de todo esto, los créditos se dan en un mismo nivel de riesgos a los que producen bajo techo que a los que están a la intemperie. Ningún periodista toma nota de esto, ¿por qué será?
Con todo respeto, tenemos que ser serios. |
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por poco se les escapa, que les asegure la compra de su producción al precio que ellos les parezca conveniente.
No es la primera vez que no cobran el costo de producirla. Pero bueno, si no se conoce al agro es predicar en el desierto. En cómo se ha tratado el agro del 93% de los productores, pequeños y medianos, está gran parte de la explicación de por qué el país está como está. Muchas cosas deberemos asumir si queremos aportar a un cambio. No es con discurso y críticas superficiales que lo haremos. |
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Casi nada lo que piden y hasta me parecieron bastante egoístas como si el campo por sí mismo fuera el ombligo de los problemas uruguayos. Digo lo de egoístas porque no recuerdo haberlos visto haciendo manifestaciones de apoyo en reclamo por mejores salarios para los maestros, los funcionarios o los trabajadores privados. Nunca los vi en ninguna declaración sentados en la misma mesa del Pit Cnt, nunca los ví ayudando ahora, en este nuevo gobierno que critican, a empadronar trabajadores rurales o poniendo al día los aportes de cientos uruguayos a los que pagan en negro y que en el silencio de la inmensidad del campo hacen las changas para levantar la producción que ellos luego cobran en dólares con o sin atraso cambiario. Y me consta porque conozco el departamento de Colonia que la inmensa mayoría de los productores que pasaron igual o peor que Brioso y Rivoir, nunca tuvieron un problema con el banco y tienen establecimientos que son modelo de funcionamiento para el país.
Esa visión es de los gobiernos que se fueron, no se puede generalizar, la masacre de productores fue general. ¿Por qué protestaron los productores de Colonia toda la década del 90, si la mayoría estaba tan bien?
¿Monteagudo usted sabe? Según cifras de los censos, desaparecieron no menos de 40000 productores en los últimos 40 años y emigraron del campo 264000 personas hasta el año 2000, a un promedio diario de 16 personas. ¿Usted estaba en el Uruguay?
¿Estos números no son indicador elocuente de una crisis brutal y lo más parecido a un despojo? Usted, como muchos del país urbano sigue creyendo que todos los productores son estancieros y por eso habla de privilegios. Nada más fuera de la realidad. Sólo el 7% de los productores son los grandes tenedores de tierra, 60 % de la misma. Pero curiosamente esos fueron los que no invirtieron o si lo hicieron fueron una minoría. Esos si están muy bien hoy. Pero esos no contribuyeron a la riqueza de los 90 que el consumismo urbano disfrutó. |
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Como trabajador en medios gráficos que soportó la crisis de 2001 comprando papel a precios de dólar, asimilando el costo para no trasladárselo al lector y rezando para que cada semana nuestra humilde publicación se vendiera lo suficiente para pagar los costos, pagar las obligaciones que marca la ley a los que trabajan conmigo y lograr el sustento mínimo en el pueblo donde vivo, soñaba despierto ayer, después de ver a Briosso y Rivoir, cómo sería que el gobierno me asegurara la compra de 5000 ejemplares cada semana, que me comprara avisos del Estado por 4 o 5 mil dólares al mes, que me prestara dólares frescos para importar una imprenta que le diera al semanario papel blanquísimo en todos los colores posibles y me refinanciara la deuda add eternum, sabiendo que es imposible pagarla porque el medio en el que vivo apenas da el negocio para sostener una imprenta en blanco y negro. Recordaba mientras tanto que si todos los uruguayos debemos tener el mismo trato igualitario como dijo Tabaré, no sé porqué creyeron que votando el cambio ellos seguirían sosteniendo sus privilegios de antaño, mientras con razón otra multitudinaria legión de clientes bancarios ?mucho más numerosa- se hicieron un ocho durante estos años para cumplir puntualmente con las cuotas de sus préstamos no obtienen nunca ni un descuento en la entrada del cine.
El día antes de caer en cama fui al almacén. A la salida un chiquito de 5 o 6 años me pidió unas monedas para comprar leche. Mientras preparaba unos modestos tallarines con tuco para la cena, una señora de unos 50 años tocó timbre pidiéndome algo de pan y más tarde una niña de unos 11 años me llevó los últimos 4 huevos que tenía en la heladera. Recordé que durante el día atendí cinco vendedores de bonos colaboración, el pago del club de mis hijos, las rifas de las escuelas de los míos y también las rifas de las escuelas de sus amigos. Así es todo los días en Carmelo donde vivo, y se me ocurrió que en el medio del campo ningún uruguayo de los que menos tienen llega a la casa de un productor rural a tocar timbre para ver si soluciona su drama cotidiano con un pedacito de solidaridad uruguaya.
Y entonces entendí clarito, cual es el problema de fondo: en el campo las casas no tienen timbre.
Fin.
No tienen nada que ver los productores con la desgracia social del país, también hay un 20% por debajo de la línea de pobreza, pero eso tampoco se sabía porque no tenían timbre para avisarles.
No se debe enredar los temas.
Si se quiere hablar en serio del campo, estoy a la orden, pero por favor el país está esperando ser informado, para así poder asumir la magnitud de la tragedia social y económica, de la cual todos somos en alguna medida responsables. |
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*El partido único es el que surge en el pacto del "chinchulín" - año 1931 - en el que se acuerda el reparto del poder - proporcional a los votos - entre el partido colorado y un sector del partido nacional, incorporado luego por la totalidad de los dos partidos a la constitución de la república en la reforma de 1951, a partir de ahí es a cuota fija, 3 y 2.
Montevideo 14 de Agosto de 2005
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