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Otra intervención inaceptable de Chávez
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por Jaime Mario Trobo |
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Los desatinos habituales del gobernante venezolano, no se limitan al ámbito interno de su País. Nuestro Uruguay ya ha sido y es víctima de los mismos, sea como resultado del irrespeto con el que actúa el que no repara en ningún escrúpulo, o como resultado de la timidez consecuente de la izquierda vernácula, condescendiente hasta extremos inadmisibles.
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La novedosa prueba es el lanzamiento en Uruguay de un concurso internacional para participar en la “Edición Única del Salón Libertadores Latinoamericanos y del Caribe”, con “…la intención de enaltecer y dar a conocer los héroes de las gestas libertadoras de los países latinoamericanos y del Caribe a través de los artistas plásticos locales…”, según dice la página del Ministerio del Poder Popular para las Relaciones Exteriores de aquel país. En el Uruguay a través de su embajada aquel gobierno ha resuelto que el tema de las obras que concursen está relacionado con “los Libertadores y Héroes de Latinoamérica y del Caribe…”, y agrega”… cada artista podrá presentar solo una obra por prócer. Para la República Oriental del Uruguay los próceres son: José Gervasio Artigas y Raúl Sendic.”
No encuentro antecedentes de un desatino de tal carácter, y especular sobre sus motivaciones nos hace pensar en un desconocimiento impresentable de la historia de nuestro País, una enajenación absoluta de la historia y la realidad, o un deliberado propósito de empequeñecer a una figura inconmensurable como Artigas, acaso el desvarío de pretender elevar a un terrorista que condujo la violencia indiscriminada con el propósito de conculcar libertades a la categoría de prócer.
Lo que es cierto es que constituye una falta de respeto, una actitud de intervención, un hecho censurable promovido oficialmente por un gobierno que se dice amigo, y se arroga el derecho de disminuir la indiscutida figura de nuestro Héroe Nacional José Artigas cuyo liderazgo indiscutido todos los orientales sea cual sea su orientación política deben venerar, haciéndola equivaler con un individuo cuyos procederes e ideas reflejan quizás una ínfima minoría nacional y cuyas acciones violaron recurrentemente los principios de la Constitución de la República y la defensa de la Libertad y los Derechos Humanos.
Lo menos que puede hacer el Gobierno, poniéndose aunque sea en este tema a la altura de sus responsabilidades para con la nación oriental, es rechazar esta pretensión sectaria, protestando formalmente ante el Gobierno de Venezuela por este hecho que desconoce los valores de nuestra peripecia nacional universalmente entendidos por los uruguayos.
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