Llegó a nuestro corazón

Hace 4 años comenzábamos a cruzar mensajes por mail, al formar un grupo en internet, que le denominamos: uruguayospuntocom@, UPC. Fue quizás el inicio para casi todos, aprendiendo a convivir en la Red.

Realmente fue así, ya que muchos ingresaron y no lograron adaptarse, no entendieron la libertad de comunicación y quisieron avasallar con sus ideas, sus opiniones, su falta de cortesía y por que no, con vocabularios impropios.

No se trataba de un grupo de nariz parada, o al decir vulgar de chetos, arrogantes o que menospreciaban a otros. Simplemente un grupo humano, integrado por personas de diferentes edades, en diferentes sitios del mundo, con las más diversas posiciones económicas, sociales, políticas y religiosas. Pero uruguayos al fin, peleadores por sus opiniones, que en el respecto fueron leídas y contestadas; fanáticos por sus amores deportivos de los más diversos colores; tristes y alegres; soñadores y realistas, nos aglutinamos formando un foro representativo de los uruguayos diversificados, pero con raíces comunes.

Mayor o menor integración según los tiempos de cada uno, estupenda solidaridad que ha sido compartida con entusiasmo y de acuerdo a los comentarios que cada uno ofrece. Cortos o explayados mensajes, tristes o alegres situaciones, enfermedades o problemas económicos causados por las zozobras económicas donde cada uno habita. Emigración y despedidas, reencuentros y cenas compartidas, asados o café de relacionamiento personal, todo fue involucrando vidas en torno a la simple metódica de cruzar mail en un foro común.

Traslados de dominios, por diversas causas y comenzar de nuevo, reinsertarnos en diferentes servidores y reagruparnos, cruzar mail para decir ahora estamos acá, etc.
Ha sido un largo peregrinar en el ciber espacio, ha sido y es un rincón de tolerancia y amistad, en los más diversos géneros de la relación entre personas.

Betty Alter Biografía Soy uruguaya, aunque residente en Argentina, estando casada, con dos hijos y cuatro nietos maravillosos. Mis estudios son secundarios y un año de preparatoria; además, de niña, tocaba piano. Hace dos años empecé a escribir por diversión historias de la vida real, ya que me gusta hacerlo. Recuerdo casos reales contados en mi casa de niña, de mi juventud, amigos y conocidos. Antes de empezar a escribir me dediqué a pintar. Pinté muchos paisajes con colores fuertes y románticos, luego empecé a pintar en óleo abstractos con los que obtuve algunos premios. Por lo general, como buena sagitariana, soy muy alegre y divertida. Me encanta escuchar historias y plasmarlas de una manera simple y que llegue al corazón.

El compartir vidas, tristezas, jocosas anécdotas, estimulaciones personales, logró establecer un vínculo perdurable en torno a una serie de personas que desean abrir su paraguas de comunicación. Sufriendo en carne propia las crisis económicas, políticas, terroristas, por vivencias de los interlocutores aglutinados en el foro UPC.

Tendiendo nexos y puentes a quienes podían necesitarlos, relaciones desconocidas en países diversos, por un por las dudas. Pedidos de hacedlo por él, necesita tus ideas o precisa una mano.

El intercambio fue placentero, ya que en la crisis aparecía el gesto solidario y humano. Sin descontar el humor, logrando en el aporreado la sonrisa. Fue duro por diversos motivos y quizás porque para los que recién se iniciaban, debían recibir más de 30 correos diariamente, que si bien algunos eran cortos o sintéticos, otros tenían peso de verdades dichas, puntos de vistas o situaciones sufridas.

Todo esto envolvió a la familia que ha generando UPC, contando con madres que felices gritaban a la colectividad su vuelta al grupo con un bebé de pocos días. Abuelas que anunciaban uno más en la canasta de nietos y también madres que despedían a sus hijos porque su país estaba embretado en una crisis y no había de donde sacar el pan del cada día y mucho menos se podía bajar los brazos.

Todas esas pequeñas cosas de la vida cotidiana pasaron y son recordadas afirmando las raíces del foro.

Los inicios individuales de convivencia fueron diversos, con timidez se ofrecía su idea o comentaba sobre hechos, muchos pedían opiniones y consejos.

Así llegó un día una Señora, madre y abuela, que viviendo en Argentina, uruguaya de nacimiento, ofrecía su trabajo para deleitarnos y procurando nuestro parecer. Sólo el aliento se escuchó unánime y haz otro fue el eco.

Realizó muchos, tantos que hoy los recopila en su primer sueño para compartirlo con el gran público.

Betty Alter llegó a nuestro corazón y ahora recopilado en un Libro, llegará a muchos más. Felicitaciones, así somos.