Año II - Nº 105 - Uruguay, 19 de noviembre del 2004

 

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¿Qué busca China en A. Latina?


Mariana Martínez
Columnista, BBC Mundo

Hasta hace unos meses atrás, eran los mandatarios y empresarios latinoamericanos los que buscaban contra viento y marea fortalecer los lazos comerciales con China; pero ahora los papeles se han invertido y es la superpotencia la que ha salido a conquistar nuevos mercados en la región.

Un claro indicador de esta nueva tendencia es el hecho de que el presidente de China, Hu Jintao, haya partido desde Pekín en gira oficial por cuatro países claves latinoamericanos: Brasil, Argentina, Chile y Cuba.

Ante este giro de roles, usted seguramente se estará preguntando ¿qué es lo que busca China en América Latina? La respuesta es muy sencilla: materia prima.

Según los cálculos de organismos internacionales como el Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), China se convertirá en la segunda economía a nivel mundial en nada menos que en los próximos cinco años, y en la más grande del mundo en 2050. ¿Cómo lo hará? Creciendo.

Es lógico entonces pensar que una economía que crece a un ritmo de 9% anual (una tasa altísima si se la compara con el crecimiento de entre 2% y 4% que mantienen en promedio los países desarrollados) no contará con la capacidad necesaria para hacer frente a tan explosivo ritmo de crecimiento y, es justamente por eso, que debe salir a buscar acuerdos comerciales con países como los latinoamericanos, cuya ventaja comparativa es la materia prima.

¿Qué busca en Brasil?

La primera parada del presidente chino es Brasil, su mayor socio comercial en América Latina. La intención es fortalecer los lazos comerciales fundamentalmente para la adquisición de dos productos básicos: soja y acero.

Planta de enriquecimiento de uranio en Resende, Brasil
China ha manifestado su interés por el uranio brasileño.

Para tener una idea de la importancia de las relaciones comerciales entre ambos países alcanza con darle una mirada a las cifras en materia de comercio en 2003 y en los últimos años.

En 2003, China fue el tercer mayor importador de productos provenientes de Brasil. Fue el principal importador de la soja brasileña (Brasil es el segundo productor de soja mundial, después de EE.UU.) y de acero. Brasil exportó a China US$4,53 mil millones anuales, lo que representó un crecimiento del 78% con respecto a 2002.

En los últimos cuatro años, las exportaciones brasileñas a China han crecido a un promedio anual del 61%.

Las exportaciones brasileñas de acero también tuvieron un crecimiento explosivo en 2003. Escalaron un 500% y llegaron a US$750 millones, colocando a China como el segundo mayor comprador de acero de Brasil (China es el segundo mayor importador mundial de mineral de hierro).

Brasil espera que China abra sus puertas a productos brasileños como pollo, carne y etanol; mientras que la superpotencia espera venderle a Brasil carbón (China es el segundo mayor exportador mundial de carbón).

Como si fuera poco, a esta compra de materia prima se le suma la posibilidad de que las empresas chinas inviertan en Brasil unos US$8,5 mil millones en los próximos años. Un negocio redondo tanto para China que busca mercados donde invertir, como para Brasil que busca reactivar su economía tanto con las exportaciones de materia prima como con la inversión privada.

¿Y en Argentina?

El espectacular crecimiento económico de China demanda alimentos para su población, la que ya suma 1.300 millones, y Argentina aparece como un mercado clave. China busca en Argentina porotos y aceite de soja (el 85% de las exportaciones a China en 2003 correspondió a esos dos productos).

Semillas de soja
A China también le interesa la soja argentina.

Productos como cueros curtidos, lana, hierro y acero laminado aparecen también en la lista de preferencias.

Las ventas de productos argentinos a China crecieron un 112,6% en 2003, para ubicarse en US$12,4 mil millones. De esta forma, China se ha convertido en el cuarto destino de las exportaciones de Argentina, después de Brasil, Estados Unidos y Chile.

Chile y el TLC

En Chile, China busca firmar un Tratado de Libre Comercio (TLC) para 2005. Algo muy importante para China si se piensa que este acuerdo sería el primero de este tipo firmado por la superpotencia desde su ingreso a la Organización Mundial del Comercio (OMC) hace tres años.

China compra en Chile principalmente cobre (China se ha convertido en el principal consumidor mundial de cobre -superando incluso a Estados Unidos- con importaciones globales anuales cercanas a las 3,5 millones de toneladas), celulosa y harina de pescado, mientras que Chile importa desde la superpotencia productos textiles y electrónicos.

Mina de cobre
China compra en Chile principalmente cobre.

En 2003 el intercambio comercial entre ambos países alcanzó la histórica cifra de US$ 3.155 millones. Esto coloca a China como el tercer socio comercial de Chile detrás de Estados Unidos y Argentina, y muy por encima de Japón, Brasil, todos los países de la Unión Europea y del Mercosur.

En su recorrido por Latinoamérica, Jintao aprovechará también para visitar al presidente cubano, Fidel Castro, y hacer negociaciones bilaterales. China es el tercer socio comercial más grande que tiene la isla después de Venezuela y España.

En 2003, las exportaciones chinas hacia Cuba sumaron US$236 millones y las exportaciones de la isla hacia China unos US$121 millones. China importó de Cuba tabaco, productos químicos, equipos médicos de alta tecnología, vacunas y mariscos. Cuba, en cambio, compró televisores, maquinaria para fabricar bicicletas y terminales telefónicas.

El lado oscuro

Es evidente que Latinoamérica es una manzana jugosa para China. Sólo con Brasil, Argentina y Chile, China realizó transacciones comerciales por US$14,6 mil millones en 2003 y adquirió las materias primas que tanto necesitaba: soja, acero y diversos productos alimenticios.

Fidel Castro
No todo es y será color de rosa en las relaciones comerciales entre China y Latinoamérica.

Pero tampoco se puede negar que esta escalada en las transacciones comerciales entre China y Latinoamérica le ha servido de mucho a la región.

Sin embargo, no todo es y será color de rosa en las relaciones comerciales entre China y Latinoamérica. China es una superpotencia y como tal tiene la capacidad de inundar los mercados con productos manufacturados elaborados a muy bajo costo (la mano de obra en China es muy barata), algo que podría poner en jaque a la industria nacional en cada uno de los países de Latinoamérica.

Solo piense en cuántos productos chinos puede ya usted encontrar a la venta en las calles de su país y se dará cuenta de lo que estoy planteando.

Es por eso que el desafío de la región es lograr acuerdos inteligentes y que favorezcan a nuestras economías, sin dejar que las relaciones comerciales entre China y Latinoamérica se conviertan en el clásico ejemplo del gato y el ratón.

Material publicado por BBC Mundo