Amargoides por Fernando Pintos

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         ¿Y ahora qué?

         A Nacional le habían inhabilitado —infamemente, por obra de un individuo llamado Silvera— a Roberto Brum, quien era una pieza fundamental del medio campo.

         Venía de un partido empatado contra Cerro por 3 a 3, arbitrado por el ya mencionado individuo (Silvera) y sobrecargado de irregularidades exclusivamente encaminadas a perjudicar al tricolor. Pese a ello, se empató convirtiéndole tres golazos de campo a la mejor defensiva del torneo.

          Y entonces, llegó el pasado domingo 14 de diciembre de 2008 y se jugó el clásico del fútbol uruguayo…
 
         Nacional ganó el partido por un gol contra cero.

         Nacional metió toda la carne en el asador.

         Peñarol, sencillamente «no pudo».

         «El Chapita» Blanco los vacunó, después de un penal que provocó «El Morro» García.
Pero de inmediato a «El Morro» lo echaron, «por festejar demasiado» (¡Ay tú, Larrionda! ¡Tímida y ríspida florecilla de alelí! ¡Brujo! ¡Matador de bolsos! ¿Por una de esas casualidades, acaso tu flor preferida será el girasol?).

         Sin embargo, la participación de «El Morro» García en este clásico resultó tan histórica como anecdótica. Jugó, si mucho, cinco breves minutos. En su primer minutodentro de la cancha, le sacaron una tarjeta amarilla. Poco después, provocó un evidente penal en el área de Peñarol. Y ese mismo penal terminó en el gol que definió el encuentro. Inmediatamente después, lo echaron por festejar. Pero, en esos cinco minutos que estuvo dentro de la cancha, ¡no tocó la pelota ni siquiera una vez! ¿No parecería, todo esto, ser digno de ingresar en el «Guinness World Records Book» o el «Believe It or Not» de Ripley?

         Nacional jugó buena parte del segundo tiempo con 10.

         Peñarol disputó todo el trámite del partido con once jugadores.

         Larrionda decidió, con esa suprema sabiduría que adorna a todos los mafiosillos y corruptoides, que era necesario agregar cinco minutos de descuentos (hasta los locutores de Tenfield comentaron que aquello era un disparate).

         ¡Pero Peñarol perdió igual! (Y fue mejor que no se dieran 15 minutos adicionales, no fuera cosa que Nacional por ahí pusiera el último clavo del ataúd con otro gol).

         Terminó, en consecuencia, esta accidentada fecha del Apertura, y Nacional quedó primero en la tabla de posiciones, con 29 puntos y uno por encima de Danubio.

         Por el contrario, después de perder este clásico, Peñarol quedó eliminado de cualquier posibilidad de ganar el Apertura 2008. Se instaló en el puesto Nº 7 de la tabla, con apenas 22 puntos (pese a lo cual, en el noticiero del canal GOL TV correspondiente al lunes 15 de diciembre, tuvieron el descaro de poner a Peñarol como tercer lugar de la tabla, con 25 unidades).

         Ahora, que los manyas resentidos de todas las horas sigan hablando acerca de «gallinas».

         Pero, antes de cacarear, mejor se limpian primero el hocico… ¿Qué digo? ¡El pico!… Con Agua Jane o Solución Cristal.

         ¡Amargoides!…

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