Del libre comercio al sueño del muro propio por Oscar Silveira
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Cuando el mundo mira sorprendido como se alzan, nuevamente, por varios puntos del planeta muros que separan diferentes países y culturas, nadie esperaba que el plácido, progresista y vivaracho Mercosur se sumara a este triste grupo.
Tenemos que agradecer que hasta ahora el más famoso sea el de Berlín, hoy recuerdo de una etapa negra de Alemania y de los laboratorios sociopolíticos del siglo XX. Pero los nuevos promotores de la exclusión seguro que seguirán con sus aportes.
La verdad es que los muros crecen como hongos, o sea, son muchos muros para una sociedad global que pretende vivir integrada. ¿Será que el espíritu de la globalización quedará presa en los intereses corporativos de las grandes empresas y del sueño de los pequeños emprendedores?
En una breve investigación encontramos más de 7 muros de importancia. El primer muro al que hay que referirse es quizás el más triste de todos. Es el que está encallado en donde muchos teníamos identificado al paraíso de derechos humanos y la integración con rostro humano, o sea Europa. El muro que separa Europa con África se muestra por la parte norte de Marruecos pero parece que se va seguir expandiendo. Es una doble muralla de 6 metros de altura (que parece que es un norma estándar, no pudimos confirmar que si era para impedir la subida o asegurar la caída) con equipamiento de última tecnología y con el parcial financiamiento de fondos de la propia Unión Europea. Además de este, tenemos otro que separa el sur griego con el norte turco, supuestamente el muro está rodeado de minas y patrullado por la ONU, cuesta creerlo por lo que lo dejamos el dato en suspenso para un investigador más afinado.
Tenemos dos muros que podrían ser llamados como históricos. El primero el famoso muro del paralelo 38 que divide a las coreas, se dice que es uno de los pocos rastros vivientes de la guerra fría (por acá tenemos a "isla del recuerdo totalitario" nuestra querida y sufrida Cuba). Son 240 kilómetros y al parecer está custodiada por 2 millones (¡!) de soldados. El otro muro que es consecuencia de viejos conflictos es el que separa la India con Cachemira. Creado casi en simultaneo con la caída del de Berlín (en 1990) con 550 kilómetros y un costo de 3.700 millones de dólares, teniendo la supuesta particularidad de que antes de saltarlo podes quedar electrocutado, ¡cuidado!.
Luego tenemos los dos muros más polémicos. En primero en la zona de Gaza que separa Israel del territorio liberado de Palestina, el cual fue prohibido pero resiste. Es una valla blindada de también 6 metros de altura que comenzó su construcción en el 2002 y ocuparía 400 kilómetros de largo. Y para finalizar el que atrajo todas las miradas el año pasado, el muro que pretende separar parte de la frontera entre Estados Unidos y su aliado comercial México. Triste decisión de quien ha sido siempre ejemplo de libertad, sin comentarios.
Claro que no podemos olvidar, los chinos siempre fueron unos pioneros, si bien ahora descubrieron la propiedad privada (¿?), antes hicieron lo mismo con la pólvora y la famosa muralla china. Hay reconocerles eso también.
Pero cuidado, ahora el "Mercosur Progresista" tiene su propio muro, que podría seguir ampliándose si persisten los problemas por la construcción de la planta de pasta de celulosa en la frontera entre Uruguay y Argentina. Si bien por ahora hay quienes pretenden construir una isla artificial en el Río Uruguay seguro que cuando se popularice el muro que se proyecta construir en la frontera entre Brasil y Paraguay algún radical "ambientalista" lo comience a construir sin ninguna intervención del gobierno nacional; no se moleste en avisarle al gobierno nacional: sigue acumulando poder para las próximas elecciones. ¿Cuales?, las próximas.
La historia de nuestro muro "made in mercosur" es la siguiente. Existe una zona polémica, conflictiva y difícil de controlar por las fuerzas de seguridad que se conoce con el nombre casi mágico de "la triple frontera" (frontera que ¿une? a Argentina, Brasil y Paraguay). Del lado paraguayo está "Ciudad del Este" que es una zona libre de impuestos, la tercera luego de Hong Kong y Miami en volumen de comercio por metro cuadrado y por ello el lugar es conocido como el paraíso del contrabando. Y para completar el embrollo, al existir una gran comunidad árabe es obviamente un punto de preocupación aún mayor. Las razones esgrimidas por Brasil es que necesita construir el muro para frenar el contrabando y la inmigración ilegal. Ups, ¿contrabando e inmigración ilegal en un bloque con más de años de actividad comunitaria y hasta con un Parlamento recién constituido?. Algo no funciona bien y no es solamente la seguridad fronteriza.
Como no podía ser de otra manera, al mismo estilo que en Uruguay en donde la dictadura militar no se le ocurrió mejor idea que construir la prisión de alta seguridad al lado una población llamada "Libertad" y obviamente denominarlo "Penal de Libertad", ahora nuestros hermanos "mercosurianos del Brasil" quieren ponerle un muro a los dos costados del puente sobre el río Paraná, llamado "el Puente de la Amistad". Las autoridades afirman que el muro no será de las dimensiones colosales del de Estados Unidos, ¡no!, será un muro más humilde, la "valla" (no muro) será construida por debajo del puente y medirá mil quinientos metros y solamente 3 metros de alto.
Las investigaciones brasileñas afirman que la mitad de lo comercializado en Ciudad del Este termina como contrabando en San Pablo. Así que luego de años de quejas, Brasil se puso manos a la obra y tratará así de cortarles el paso a los contrabandistas llamados "sacoleiros" (sacola es la popular bolsa de nylon en portugués), o sea los que pasan caminando o tiran el contrabando por la baranda del puente como forma trabajo informal.
Según consigna El País de Madrid (y repodruce hoy El País uruguayo) , "Brasilia insiste en que la valla no trata de separar sino de regular el intercambio comercial y turístico, y el Gobierno de Asunción se niega a utilizar la palabra "muro" asegurando que se trata de una obra de "reformas" en la orilla brasileña del río que tienen una duración prevista de siete meses. Sin embargo, la poderosa Cámara de Comercio de la Ciudad del Este acusa a los brasileños de intentar estrangular la economía local. Ciudad del Este, que apenas cuenta con una treintena de años de vida, surgió como un asentamiento de obreros que trabajaban en la construcción de la gigantesca presa brasileña de Itaipú y para estimular su crecimiento se la declaró zona libre de impuestos atrayendo de inmediato a comerciantes de todo el mundo, especialmente de Líbano".
Usted, yo y los otros que seguimos ilusionados esperando que la ola de globalización nos traerá algo más que alguna oportunidad, mejores comunicaciones y nuevas modas a bajo precio. Ddebemos reconocer que la tentación autoritaria no solo está en la "alta política" de nuestros más reconocidos políticos sino en la forma en que se solucionan nuestros problemas. No podemos encontrar otra forma de resolver el problema del contrabando "hormiga". Utilizar, por ejemplo, menos regulación y más eficiencia, parecería que debería ser el camino a seguir por los burócratas del Mercosur. ¿O no? Fuente: Fundación Atlas 1853
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