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La hora de la negociación que no quiere ser tal por el Dr. Alberto SCAVARELLI (*) |
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Para los gobiernos de Uruguay y de Argentina, llega la hora de la negociación en España por la planta de celulosa, con la mediación del representante del Rey.
Pero el eufemismo de toda esta absurda situación que nos expone en la mayor de las ineficiencias ante el mundo es de tal magnitud, que la negociación no puede ser llamada negociación sino que debe ser llamada simplemente un diálogo porque ante la omisión del gobierno argentino, Uruguay está desde hace tiempo sitiado por su litoral oeste.
Pero resulta que la mediación que comienza en España, tampoco puede ser llamada mediación, sino facilitación. Un modo de acercar dos partes para hacer mas fácil una negociación que solo será dialogo, porque desde el vamos no puede ser llamada tal. Dicho así parecería que todo será casi un poco mas que una charla de café en reales escenarios madrileños en primavera.
En definitiva estamos ante el acto máximo de cordura posible, que se puede desarrollar hoy entre dos gobiernos empacados y empantanados. Un diálogo de sordos entre quienes no pueden ponerse de acuerdo en otra cosa que no sea el propio desacuerdo.
Parece ser que lo que se necesita mas que un facilitador es un domador. ¿Será que no se comprende cabalmente que el tiempo corre inexorable y que esta es una oportunidad de las pocas que quedan antes del fallo de la Haya y de que la planta comience efectivamente a funcionar?
Se informa que estaremos ante poco más que una mera conversación protocolar en territorio neutral que se hace posible gracias al esforzado y riesgoso propósito del rey español en medio de un diálogo en el que nadie a esta altura escucha. Un autismo que ya lleva un tiempo insostenible y en el que han quedado en medio dos naciones sorprendidas de hasta donde se puede llegar cuando un tema se deja librado a su propia suerte.
Uno recuerda aquella sabia enseñanza de tiempos escolares según la cual si un árbol no tiene tutor al ser plantado, crece de cualquier modo y luego enderezarlo es tarea casi imposible porque el tronco se va haciendo cada vez mas rígido y en consecuencia menos flexible.
Así pasó aquí, al tema inicialmente mal llevado, se sumó el desespero promovido desde el temor y la desinformación de toda una población y la salida despavorida de la zona de uno de los emprendimientos industriales.
Actos de masas alentados con la presencia enfervorizada del presidente argentino, al que tantos le pedimos de mil modos que no lo hiciera en medio del conflicto entonces en su primera fase. Y todos echando leña al fuego mientras se hace entrar en escena nada menos que a la corte de La ONU en la Haya, a cuyo fallo futuro ya se anuncia que no se acatará, porque en Gualeguaychú hoy hay gente que no quiere aceptar otra cosa que no sea la desaparición de la planta de Botnia que ya esta prácticamente terminada.
Luego le pasaron el pesado fardo al tribunal de un maltratado MERCOSUR que apenas puede con sus huesos, victima también de los sucesivos golpes que le han dado sus socios de origen y alguno entrado luego por la ventana a último momento. Eso si, todos tiene algo en común, -a pedido del gobierno de Argentina- al Uruguay sus socios lo han dejado solo, sitiado y librado a su suerte, mientras distraídamente todos miran para otro lado como si aquí no pasara nada.
Una planta del tamaño y características de la de Botnia a punto de terminarse, se pretende sea trasladada a otro lugar, como quien corre una maceta de la puerta porque le resulta molesta. Se ha llegado a anunciar que ese sería el planteamiento argentino ante el facilitador. Luego se relativizó y Gualeguaychú enojada salió a exigir explicaciones.
Desde aquí por las dudas se apuraron a decir que no moverían nada, como si fuera posible correr la planta de lugar.
Mirándolo mejor fue una respuesta lógica, porque resultó que la planta no es portátil ya que al construirla alguien olvidó ponerle ruedas. Los planteamientos son increíbles, parece todo una broma de mal gusto resultante de una falta de seriedad que asusta.
Las delegaciones llegarán a España, se saludarán con adustez, las cámaras registrarán la enjundia de cada una, pero lo cierto y realmente vergonzante es que vecinos de puerta que se han criado juntos en la misma calle, recorren medio mundo y se van los dos gobiernos al otro lado del Atlántico para hablar de un tema de su íntima convivencia, sólo porque no son capaces de sentarse sacrificada y sencillamente frente a frente a negociar, después de haberse ayudado tanto justamente en lo que no debían por respeto a nuestra soberanía política cuando era pleno tiempo electoral en Uruguay.
No hemos de opinar sobre la integración de los equipos, porque no es un partido de fútbol, así que les deseamos lo mejor y el país entero esta con ellos en este esfuerzo. Pero es esencial que quienes allí concurran tengan presente que negocian por el país, sabiendo como saben que se trata de intereses superiores, que les trascienden absolutamente. Por esa razón debemos pedirles que en caso que vean que el curso del tema les supera, ambas partes bien en no avanzar rumbo a una colisión frontal, sobre todo porque entre otras cosas, sabemos que en Argentina su gobierno hoy está en plena y furiosa campaña electoral.
Uno debe preguntarse entonces cuanto puede ceder el gobierno argentino con su presidente en campaña, con candidatos auspiciados por el gobierno que se enfrentan y compiten electoralmente contra otros candidatos anti-gubernamentales. Parece claro que al presidente de Argentina no le es razonablemente posible fragilizar su imagen, así que seguramente seguirá actuando porfiadamente en medio de este escenario cerrado y con pronóstico reservado que su equipo bajo su dirección montó meticulosamente, hasta quedar encerrado en el.
El problemático arbolito de ayer ya esta lo suficientemente robusto como para exigir no forzarle el tronco mas allá del punto de inflexión, porque como suele suceder en estos casos se corre el riesgo de quebrarlo. Por momentos y viendo el triste panorama, este torcido árbol del conflicto que desvergonzadamente paseamos por el mundo, tiene todo el aspecto de un clásico y rioplatense sauce llorón, descuidadamente plantado en las márgenes del río de los pájaros pintados.
(*) Representante Nacional - Partido Colorado.- Uruguay - www.scavarelli.com
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