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El mejor homenaje
por Dr. Francisco Gallinal
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Anoche evocamos una vez más aquella inolvidable jornada del retorno de Wilson al país, bajo la cada vez más vigente consigna de “Reencuentro y Unidad”. Rendimos nuestro homenaje al gran caudillo como creemos que es lo mejor y lo que corresponde: trabajando y aportando nuestros puntos de vista y propuestas para contribuir a mejorar la vida de los uruguayos, desde este formidable instrumento que es el Partido Nacional.
Como un paso fundamental en la construcción de la nueva alternativa política que impulsa la candidatura del Dr. Lacalle a la Presidencia, hicimos la presentación pública de las bases programáticas de Correntada Wilsonista, elaboradas por el Instituto Aportes, el cual es una herramienta de la mayor relevancia para la generación del pensamiento y la acción de nuestro Movimiento, bajo el título “Hacia el País del Futuro – Una visión wilsonista”. Este documento es el fruto de numerosas contribuciones de técnicos de gran jerarquía, en las que se conjuga por un lado la imaginación y la capacidad de propuesta para incidir sobre la realidad, y por otro la experiencia y el saber escuchar y entender, con el oído a tierra, los deseos y aspiraciones nacionales. Es decir, se combina los elementos teóricos con el insoslayable realismo. Se trata de un conjunto de aportes singulares, en temáticas seleccionadas, no abarca todas las áreas ni cuestiones que nos preocupan, pero constituye un “núcleo duro” que caracteriza, define e identifica a Correntada, establece su perfil. Son planteos que necesariamente habrán de estar contemplados en todos los caminos políticos que nuestro Movimiento recorra. Se nutren de elementos de fuerte raíz e impronta wilsonista y ofrecen lineamientos, criterios y propuestas novedosas y pragmáticas frente a viejos y nuevos problemas.
No se trata, pues de un programa de gobierno, sino de bases y aportes esenciales para su formulación.
Comprende tres grandes áreas: política, económica y social, y en este breve espacio haremos un brevísimo enunciado de algunos de sus contenidos, a cuenta de futuros desarrollos de los mismos.
En la primera, el concepto básico es el de la afirmación de la gobernabilidad. Este es un deber ineludible de todos los actores políticos, desde el gobierno y desde la oposición. Nosotros lo hemos cumplido con creces desde ambas situaciones, y lo haremos nuevamente desde el gobierno a partir de 2010. Mantendremos diálogo con todas las fuerzas políticas y sociales e integraremos a la oposición a tareas gubernativas y de contralor, para asegurar por lo menos la indispensable transparencia de la que la actual Administración se ha olvidado. Respetando cabalmente los derechos humanos, desarrollaremos un combate enérgico contra la delincuencia y la inseguridad pública.
En el campo económico, se deberá desplegar un gran esfuerzo por recuperar la prudencia en el manejo de las cuentas públicas, de modo de reducir la presión fiscal y liberar de cargas a los actores económicos para desarrollar con mayor eficiencia sus actividades, y mantener un frontal combate a la inflación. En ese marco, es imprescindible abatir el IVA, y extremar la coherencia entre las políticas macro y macroeconómicas que asegure la competitividad externa. El aumento de la inversión productiva es la clave para obtener un crecimiento económico importante y sostenido, que no dependa exclusivamente de los ciclos de bonanza de las materias primas, como en los últimos años, y para una mejor inserción internacional. En torno a ese objetivo mejoraremos la calidad institucional, estructurando una nueva CIDE orientada a la acción y a la generación de las mejores condiciones para la inversión, mirada como una política de Estado. En el campo social, por una parte mejoraremos la calidad de las políticas de asistencia, y por otra apuntaremos a la mejora de la educación y a la educación en valores, siempre con la obsesión de la igualdad de oportunidades, recomponer el tejido social y potenciar la inclusión. En ese sentido, nuestra propuesta de un Instituto para la Excelencia Educativa ilustra claramente la voluntad de derrotar a la mediocridad.
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