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¡ NO A LA PATENTE ÚNICA !
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por Luis Alberto Lacalle Herrera |
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Solamente en nuestro país se da el fenómeno de que la matrícula de un automóvil u otro vehículo, sea fuente de recursos para los gobiernos departamentales. En naciones mejor organizadas tributariamente, donde se aplica la lógica para recaudar, los municipios lo hacen en otros rubros impositivos, buscando con mayor racionalidad el dinero que necesitan para hacer obras o prestar servicios. Entre nosotros no es así. Todavía se tiene el absurdo concepto de que el poseer un vehículo es sinónimo de riqueza y por lo tanto se grava anualmente y con un peso desmesurado. Para algunas intendencias es uno de los mayores renglones de recaudación. Para Montevideo alrededor del 30%, para Flores el 20%. Como se advierte hay una tremenda dependencia de las arcas municipales respecto de la patente de rodados. Ello no impide que sigamos considerando un abuso esa forma de recaudar.
En otros pagos existe la matrícula que distingue cada vehículo y la misma es periódicamente renovada, oportunidad en la que se paga una tasa. En esa ocasión se analiza el estado mecánico del auto o camión, la seguridad que su correcto funcionamiento puede dar a quien lo maneja y a los demás. Se mide también de qué forma se realiza la combustión en el motor, para controlar las emisiones nocivas que aporta a la atmósfera. En resumen, se procura que el automotor controlado no sea un peligro para la vida ajena y que no sea una chimenea de humo negro, como las que vemos a diario en Montevideo. A nadie se le ocurre gravar la propiedad de algo tan común como un auto y menos en los niveles que lo hacemos en estas tierras.
Cada intendencia cobra lo que quiere por concepto de patente, es parte de su autonomía financiera. Algunas municipalidades cobran significativamente menos, como ha pasado históricamente con Flores . Por ello es que allí hay matriculados muchos vehículos pues la gente hace uso de su ingenio para- razonablemente – pagar menos. Nada lo prohíbe.
Nuevamente se plantea que sea uno solo el valor de la patente. Discrepamos radicalmente con esa idea que consideramos retrógrada y contraria al mejor gobierno de los departamentos. Si hay intendencias como la de San José que pueden rebajar este tributo porque gobiernan y administran mejor, que se beneficien sus vecinos de esa mejor manera de cuidar los dineros públicos. Lo contrario sería igualar a buenos y malos administradores, impedir que se puedan beneficiar los vecinos de una correcta gestión.
Si se quiere legislar nacionalmente estableciendo donde puede cada uno matricular, bien nos parece. Pero igualar con el más caro, no. Que no se restrinja otra libertad del ciudadano, ya bastante cascoteado por el Estado.
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