London-Paris * Carlos Arce Porto Alegre/Brasil

En un solo instante, en milésimas de segundos diría yo, desempolvaste un sinnúmero de películas que estaban y están grabadas en mi mente desde que yo tenia 7, 8, 9... años.

Es increíble como el ser humano guarda tantas cosas en su cerebro y en un instante, basta que alguien haga un gesto, diga una palabra, un comentario, para que se amontonen en nuestra mente viejos recuerdos que los recomienzas a vivir, a soñar, a disfrutar!!!
Para no hacer esto tan extenso y aburrido, vamos al centro del asunto:

Mi madre fue costurera del London Paris por muchos años.

En su vieja SINGER confeccionaba pantalones de mujer para las cuatro estaciones del año, clásicos, de vestir, deportivos, etc. Aproximadamente cada dos semanas mi madre hacia la entrega de lo confeccionado y le volvían a dar otros dos sendos paquetones (fardos de tela cortada diría yo) y así transcurrían las semanas y los meses.

Vivía con mis padres en Canelones. Llegaba el verano y las vacaciones.

Todo un festin el viaje a Montevideo en el ómnibus de la compañía Canelones-Sta. Lucia.

Llegábamos al Control que estaba por allá por la Avda. Agraciada y Rondo y de ahí nos hacíamos con mi madre y los paquetes el repecho hasta llegar a 18 y Río Negro Ascensor de por medio con ascensorista uniformado que iba como verseando y detallando lo que cada piso contenía.

Nos bajábamos en el segundo, que es donde mi vieja hacia su entrega.

Recuerdo unas mesas enormes donde los empleados cortaban las pilas de telas.

Venia un señor que supongo seria el Supervisor, revisaba la costura que mi vieja traía y daba la orden para que se le diera mas para llevar a casa, pero lo mas importante, también daba la orden de pago para que mi viejecita pasara por la caja a levantar los centavitos del sacrificio de dos semanas.

Después de cobrar, mi vieja compraba los hilos de colores que iba a necesitar para la próxima remesa y de ahí nos íbamos a otros pisos donde trabajaban dos tías mías, una en Sección Perfumería y la otra en Sección Sombreros.

No recuerdo el numero, pero en 18 nos subíamos al tranvía, nos bajábamos en Constituyente y Yaro, una cuadra para abajo por Yaro estaba Canelones. Ahí mismito en Yaro 1206 esquina Canelones en una enorme casona vivía mi abuela con todo un familión.

Yo era el único nieto, el único sobrino, el único primo que vivía en el interior.

Me veían muy poco, por tanto, cuando me tenían, todos los mimos y todos los gustos eran para mi. Abría la boca y ya, como por arte de magia todo estaba a mi alcance. Por supuesto que mi madre se regresaba sola para Canelones, yo regresaría con ella a las dos semanas siguientes, en la próxima entrega...

Dos semanas con mis tíos y tías. A pocas cuadras (creo que 5-6) estaba la playa Ramírez.

Le dábamos de punta desde la mañana hasta la tardecita.

Nos regresábamos, un bañito, una refrescada y para el Parque Rodó. Regresaba muerto, al otro día un tío me llevaba a la playa Malvín, la pasaba de maravillas. No se donde, pero me compraba unos helados enormes que eran una delicia.

Así transcurrían los días hasta que aparecía mi vieja y no quedaba de otra y había que volver, pero sabia que no era la unica vez en mis vacaciones que estaría con mis tíos, volvería antes de que las vacaciones terminaran!!!

Carlos, que mas puedo decirte que tu no sepas o te lo imagines. De una manera u otra tu también vivistes esas épocas. Solo me resta decirte MIL GRACIAS POR PONER EL PROYECTOR EN MARCHA Y DARME LA OPORTUNIDAD DE VER DE NUEVO ESTA VIEJA PELICULA...

Colaboración de nuestro compatriota Roberto (CHITO) Sanguinetti, desde Toronto, Canadá.