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...y el baile sigue... y sigue por Raúl Seoane |
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Las cosas no van bien en nuestro país. Hay muchos temas pendientes y que no le encuentran, o no lo quieren encontrar, solución. Hace poco más de seis meses nos comíamos el mundo, hoy apenas podemos subsistir con él.
La inseguridad invade las calles; se inició la polémica por la supuesta decisión de Vázquez de comprar un avión para uso presidencial; La Haya nos dio la razón, pero los argentinos incumplen con el fallo; los sindicalistas aumentan la confrontación. Son sólo algunos temas que están en el tapete pero que en el gobierno nadie quiere tocar o, por lo menos, dan vuelta la cara.
Inseguridad
La decisión del ministro del Interior de darles la libertad a muchos condenados por delitos, incrementó la inseguridad en nuestro país.
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Díaz reconoció sensación de inseguridad en la gente - Dijo que la percepción no necesariamente condice con los datos reales de delitos.
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Esa misma medida fue tomada en Argentina que liberó a más de 6000 criminales. A los pocos días la ola de delitos y crímenes aumentó considerablemente y muchos de los liberados fueron nuevamente a las cárceles por secuestro, asesinato y crímenes peores.
El concepto de libertad y de derechos humanos que tienen todos los gobiernos progresistas o de izquierda, no contempla hasta donde es valedera esa libertad. Para ellos, los derechos humanos y la libertad de los criminales tiene que ser respetada, pero no así los de las víctimas, ya que en muchos casos vemos aberraciones políticas en aras de la libertad y de los derechos humanos.
Todos los días hay nuevos crímenes, asesinatos, robos, vandalismo, pero el gobierno no actúa con la fuerza que debería actuar para contener estos actos. La policía nacional está mal paga, se les recortan sus beneficios, no se les provee de los equipos necesarios para combatir el delito. No se puede negar que la situación económica del país se encuentra en mejores condiciones que cuando dejó la presidencia Jorge Batlle, por lo que no pueden argüir que el país no tiene dinero para equipamientos policiales.
¿No será hora de pensar en cambiar al Ministro?
Avión Presidencial
El presidente Tabaré Vázquez sugirió que nuestro país tendría que adquirir un avión para uso presidencial. Y la polémica se desató. Dentro de la redacción de Informe Uruguay hay quienes están de acuerdo y quienes no. Lo mismo que en el país, pero en chiquito.
El argumento principal de los que están en contra de esta adquisición es que en un Uruguay pobre no es imprescindible que el presidente de la Nación viaje en un avión propio. Que ese dinero se podría invertir en recuperar PLUNA. Que se utilizaría para viajes particulares, etc.
Más allá de que se pueda discutir si ésta es la oportunidad, o no, considero que el país tiene que tener su propio avión presidencial. El presidente no puede estar atado a los horarios de las aerolíneas privadas para su traslado, en un mundo cada vez más globalizado y donde las reuniones “persona a persona” son hoy más importantes que nunca. La demora en conseguir un vuelo, o de llegar a una cita por culpa de los horarios, puede ser la clave para que se logren acuerdos beneficiosos o no, se solucionen problemas o no.
Es probable que este no sea el momento para concretar la compra, es probable, pero que es necesaria no me cabe la menor duda. Sin embargo, si la compra la hubiera sugerido Batlle o Lacalle, ¿qué reacción hubiera tenido el partido que hoy nos gobierna?
Un sindicalismo aprovechado
Explosiva suba de la conflictividad laboral; la más elevada desde 2002
En el primer semestre se multiplicó por cuatro respecto a un año atrás. Las ocupaciones se instrumentaron en casi 30% de litigios; hubo 19 entre enero y junio
Con estos titulares el diario Observa presentaba un informe sobre el crecimiento de la conflictividad laboral en nuestro país. Paro porque paras, paro porque no paras, parece ser el lema de nuestros sindicalistas.
En mis largos años de existencia nunca vi una escalada tan grande de conflictividad laboral. Las exigencias de los sindicatos y las pretensiones del PIT-CNT son tan desmesuradas como vergonzosas. ¡Y eso que la cúpula sindical es afín al gobierno progresista!
Pero la culpa no la tiene el chancho sino quien le rasca el lomo, viejo dicho campero que define perfectamente lo que está sucediendo. Porque el principal culpable de todo este desbarajuste sindical es el propio gobierno que, en su pretendido progresismo otorgó, a los sindicalistas, beneficios y prebendas que no se condicen con la realidad por la que atraviesa nuestro país.
Nueva ley laboral, fueros sindicales, vista gorda a ocupaciones ilegales de empresas, como en el caso Dancotex, indefinición en la ocupación de tierras en Artigas, etc. Hoy los sindicalistas, cebados, van por más. Porque para el gobierno, todo está permitido.
Y esto es el Uruguay desProductivo que tanto pregonó el conglomerado político que se hace llamar Frente Amplio y que hoy nos gobierna. Este Uruguay desProductivo que empieza a asustar a propios y a extraños, alejando las tan necesarias inversiones productivas en nuestro país.
¿Nos es hora de que nos dejemos de pavadas y empecemos a crear un país en serio, o queremos convertirnos en Argenguay (1)?
(1) Argenguay: Mezcla de todo lo bueno que tiene nuestro país con todo lo malo que tiene la Argentina
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