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Año V Nro. 352 - Uruguay, 21 de agosto del 2009
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Los gobernantes frentistas y sus obsecuentes partidarios, están contentos porque se pretende volver a juzgar a un “dictador” para hacerle pagar también los delitos de “atentado a la constitución” y por la “desaparición forzada” de ciudadanos durante su permanencia en el gobierno. ¿No es así? ¡Formidable! ¡Aplausos y tamboriles! ¡URUGUAY PIDE JUSTICIA! ¡La fiscalía pide penas “aleccionadoras” para un anciano que ya no mata ni una mosca, y para los que tienen en jaque a la sociedad, hay paños tibios y tortas de dulce de leche! Como estudiante que vivía orgulloso de mi patria y su legislación, sentí que el Uruguay se hundía a mis pies cuando Bordaberry disolvió el Parlamento y luego clausuró los partidos políticos. ¡Estuvo mal! ¡Muy mal! ¿Quién lo duda? Pero el desconocimiento de un Pacto que nos devolvió la Democracia, y ese ensañamiento que entraña el pedido de 45 años de prisión, para un octogenario, aunque simbólico por irrealizable, es más propio de un Kremlin estalinista que de un gobierno oriental, y yo sinceramente creo que no aleccionará ni intimidará a nadie. ¿Acaso creen también que el ridículo 19 de junio, día del “NUNCA MÁS” pergeñado por el lúcido Faraón Tabaretón I, o este castigo “ejemplar” e ilegal, evitarán que cualquier día, otros locos sueltos salten, como saltó hace 4 décadas este “Pingajo” hoy aspirante a agónico presidente? ¿Acaso él, de haber ganado, no hubiera sido un dictador, como el Castro que idolatra? La condena que sufre Bordaberry, y la que piden los enemigos de la democracia, es una bofetada más al pueblo, que legisló y refrendó una Ley fruto de un pacto de perdón y amnistía, bofetada que los aleja cada vez más de la voluntad del pueblo de conciliación y paz. Pero, ¿nos hemos detenido a pensar que ese viejecito con aspecto de abuelito dadivoso, (y que por suerte para ella, no tiene descendencia) si hubiera ganado su tan mentada “revolución” habría habilitado los partidos políticos y hubiera hecho elecciones? ¡Jamás de los jamases! ¡Hay que ser demasiado ingenuo para pensar algo así! ¡Miren si el Pepe, o quien fuera, pues él era un oscuro segundón inculto y poco confiable, ya que había varios sobre él, de haber sido triunfadores en la batalla que libraron sin dar nunca la cara, iban a dejar títere con cabeza! Amigos, Pepe hubiera hecho lo mismito que su idolatrado Fidel Castro, con la única diferencia, que no íbamos a tener que soportarlo medio siglo. ¡Bien saben que están juzgando a este hombre, Juan María Bordaberry, por lo mismo que querían y aún quieren hacer ellos! ¡Tener el poder para terminar con la oposición! Ni Bordaberry ni Mujica creen en la Democracia. Bordaberry por carlista, Mujica por comunista radical solapado. Todo el mundo sabe que si esa gente y entre ellos Mujica, se hubiera impuesto a las F.F.A.A., hubiera sido una réplica del sistema dictatorial cubano. ¿Acaso no tenían las directivas y el entrenamiento guerrillero asimiladas en Cuba? Bordaberry les había facilitado la cosa. Ya le había clausurado junto con el Partido Comunista todos los demás. ¡Ese fue el segundo error de Bordaberry, debió prohibir sólo a los partidos de izquierda! ¡Quizá otro gallo estaría cantando! ¡Pero olvidemos el caos político que significaron las elecciones en que el “iluminado” carlista había sido ganador por algo más de 12 mil votos! ¡Mujica sólo necesitaba ganar y en lugar del Goyo hoy lo tendríamos a él o alguno de sus “redentores” poniéndonos las botas guerrilleras en la nuca! ¿O creen que se hizo terrorista por defender la Democracia y la Constitución en las que nunca creyó? ¡Los primeros en atentar contra la Constitución fueron los Tupamaros, de modo que poco y nada pueden reclamar sin condenarse ellos mismos! ¡Robaron, secuestraron, torturaron, a tal punto que a un humilde agente de policía le cosieron la boca con alambre, antes de matarlo atado a un árbol, allá en el Cerro! Sin ir más lejos, analicemos el criterio que usaron para decidir la ejecución del inocente peón Pascasio Báez, que accidentalmente descubrió una “tatucera” (refugio camuflado bajo tierra) de tupamaros, en el establecimiento rural en que trabajaba. Según sus propias declaraciones, analizaron fríamente la situación (igual proceso para todos los que ejecutaban arbitrariamente) y resolvieron que en salvaguarda de la seguridad de los que ocupaban esa tatucera, debían ejecutarlo pues no les convenía perder tiempo cambiando de lugar la guarida. Si lo liberaban, aunque él prometiera guardar silencio, correrían peligro de ser encarcelados. Esa acción estudiada y premeditada, los pinta como verdaderos criminales. Por salvaguardar la seguridad de 4 o 5 compinches, apresaron, retuvieron y quién sabe si no lo torturaron, para finalmente ejecutarlo con una inyección letal, como si fuera un abyecto criminal. Y así cometían todos sus crímenes: fría, calculada y cobardemente, sin dar oportunidad de defensa. Sin que fuera óbice la inocencia de los que como los desprevenidos soldados o policías, cumplían con su humilde trabajo para llevar el pan a sus casas. Ahora acusan a Bordaberry de criminal, por querer salvaguardar de tropelías como esas, a más de 3 millones de uruguayos. La justicia no puede probar que estuviera al tanto de esas desapariciones, torturas y muertes de la que le acusan. Incluso el papanatas hijo del asesinado Zelmar, le reconoció en una conversación telefónica (astutamente grabada por Pedro Bordaberry, hijo de acusado, donde le asegura que no pensaba para nada, que tuviera nada que ver con el crimen. ¿Cómo es posible condenar sin pruebas? ¿Qué se hace con entonces con Astori, Arana, Muñoz y si se llega a fondo de todo el desconcierto, con Tabaré Vázquez, pues ellos son los jerarcas superiores de subordinados que cometieron graves delitos? ¿No debieran saber también lo que se hace, en este caso sí, en sus propias narices? Duele ver que mucha gente arrastrada por el odio visceral de los energúmenos que nos gobiernan, está convencida de que eso es hacer justicia. Hablan y esgrimen que la persona del jerarca no puede justificar su inocencia con decir que no estaba enterado de que eso sucedía a espaldas suyas. ¿Acaso no es posible que eso fuera así? Pero en el Uruguay Progresista que se nos viene abajo día a día, esta manera tan arbitraria de pensar, actuar y proceder en nombre de la Justicia es pan de cada día. Toda esta persecución está solo fundamentada en la necesidad de distraer al pueblo de la corrupción interna que los agobia. ¡Además siguiendo la política de los vandálicos emperadores romanos cumplen con la demagógica premisa de darle al pueblo un anestesiante pan y circo! ¿No se dan cuenta que ese mismo “no estaba enterado de nada de eso” es lo que arguyen Arana, Muñoz, Astori y todos los capos directivos del F.A. en los juicios que están en curso actualmente? ¿No es válido en el caso de Bordaberry y Juan Carlos Blanco pero sí lo es, en el caso de estos forajidos patentados en un inolvidable pero afortunadamente irrepetible Carnaval del año 2005? De modo que toda esta fantochada no es más que un acto político para distraer al pueblo del descalabro que nos está reventando los ojos. Se les viene abajo el tablado y varios de los murguistas van a tener que cantar la retirada en la cárcel. ¡Dios quiera, porque así lo deseamos, que todo sea para bien! Gentileza de: Uruguay Perdido para Informe Uruguay
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