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Año V Nro. 352 - Uruguay, 21 de agosto del 2009
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Seis meses han transcurrido de la desaparición física de Julio Martel, interprete del tema musical por excelencia relacionado al Club Nacional de Football, al menos en la segunda mitad del siglo XX. Un amigo de Dale Bolso, Ricardo Costa, nos puso en conocimiento de la triste noticia a la que había accedido hurgando en Internet en páginas de tango, la muerte de Julio Martel, el mismo que grabó a principios de la década del 50’ el tango “Nacional”, ese mismo tango que al comenzar a escuchar sus acordes cursa una invitación irresistible de unirse en coro a su estribillo: “Nacional sos el decano, el primero y el más grande, el que escribiera la historia del país campeón mundial...” Luis Harispe era el verdadero nombre de este cantante unido a Nacional no solo por su voz, sino también por una especie de designio del destino. Nacido un 14 de mayo, fecha de la declaración de la independencia del fútbol oriental; en el año 1923 (al igual que nuestro recordado Jesús Arrieta Fontana), en el pueblito de Baigorrita, muy próximo al Junín natal del gran Atilio García. Desde la cuna parecía tener que cruzarse algún día con el club decano del fútbol uruguayo. En 1939 punto de partida del quinquenio tricolor aparece como Julio Arispe (sin la hache inicial de su apellido) en los programas de un teatro de su barrio de Munro. En 1941, año en que Nacional logra el record inigualado de obtener el campeonato uruguayo invicto y sin puntos en contra y alcanza la mayor goleada clásica de la historia, el cantante es contratado para ser la voz de la orquesta de Juan Giordano, y dos años más tarde, mientras Nacional coronaba el quinquenio, del otro lado del Río de la Plata, nace para el mundo artístico el nombre de Julio Martel, con la llegada del cantante a las canchas grandes del 2 por 4 con su incorporación a la orquesta de Alfredo De Angelis, y con la grabación de su primer disco. En 1951 Martel, en ese entonces solista, es convocado por la orquesta de José Puglia y Edgardo Pedroza para grabar el tango “Nacional”. Desde la cuna parecía predestinado a encontrarse en su camino con nuestro club, y desde su pasión por el tango también. Fue a Nacional al que Gerardo Matos Rodríguez (quien anunciaba su presencia con la frase "aquí llega un tricolor"), le compuso el tango "Nacional for ever", en el mismo año de 1917 en que compuso “La comparsita” ; y porque fue Nacional el club al que Carlos Gardel homenajeó con su presencia y con su voz. Fue también a Nacional al que Julio Martel, por fin encontró, al interpretar una letra que marca en forma cabal lo que es Nacional y el sentimiento de su gente: “…es el alma de mi pueblo, es la fiesta del deporte el glorioso Nacional, ande en buena o ande en mala, su parcial es consecuente, porque ideal hay uno solo y su fama es inmortal”. Una especie de lección de historia en donde la nueva generación de “bolsilludos” despierta la curiosidad en saber quien fue “Perucho”, o el “Mariscal” o ese “Scarone” del golazo luego del apile y la cortada; y donde se mencionan hitos que son patrimonio y orgullo tricolor, la gira europea de 1925 y el triunfo albo que coronó a Uruguay como campeón del Río de la Plata en 1903.
Ese tango fue el que abrió los programas de Dale Bolso por más de dieciocho años, y desde sus micrófonos volvieron a encontrarse Martel y Nacional. En el año 1999 un uruguayo residente en la ciudad de La Plata pudo sintonizar el programa e identificó el tango de la apertura. Se comunicó con Dale Bolso y contó que hacía poco tiempo había escuchado en una radio platense un reportaje a Martel. Se le pidió si podía hacer en enlace para poder contactar al cantante, y luego de algunos días la gestión dio sus frutos. Enrique Bello se comunicó telefónicamente con Martel a su domicilio de Munro y entre otras cosas le comentó de la proximidad del centenario de Nacional. Un lunes de abril se invitó a los estudios de Radio Imparcial a don Dante Ioco, el último gran presidente de la institución, lamentablemente también desaparecido en los últimos meses. Esa noche, ante la sorpresa y la emoción de don Dante una voz desde el teléfono lo saludó diciendo “buenas noches presidente, le habla Julio Martel”. Iocco, conocedor de lo que la voz de Martel representaba para todos los hinchas de Nacional, se encargó de realizar personalmente la invitación a los festejos del Centenario, y es así que Martel pudo ser parte de las fiestas del Hotel del Prado y la multitudinaria realizada en Cambadu, para engalanar esas noches junto a las grandes figuras del deporte que allí estuvieron presentes.
En ese mismo año 1999, irrumpía en la consideración de la afición, con el impulso del mismo Iocco y la letra del publicista Acuña “La Canción del Centenario”, un tema musical que se adueño rápidamente del corazón del hincha. Si el tango interpretado por Martel fue el tema por excelencia de la segunda mitad del siglo XX, este último lo es del principio de este nuevo milenio que comienza. Y al afirmar esto queremos recordar también al Canario Luna, fallecido recientemente, figura emblemática del carnaval, una voz inconfundible y representativa de la música popular de nuestro país, una voz que desde ese año 1999, quedó ligada entrañablemente al corazón del hincha tricolor, al impregnarle vida a ese sentimiento hecho canción. Julio Martel falleció este año, el día 19 de febrero, fecha del épico partido de “las camisetas ensangrentadas” disputado en la ciudad de La Plata, y unos pocos días después que Nacional diera la vuelta olímpica como campeón del torneo apertura, revalidando ese conjuro histórico de que “otra vez en el estadio cual bandada de palomas, por el aire los pañuelos vivarán a Nacional”. Desde el año 1992 en que Martel fue nombrado ciudadano ilustre del partido de Vicente López, una plazoleta en el barrio de Munro lleva el nombre del cantante, quizás, una plazoleta que esté a la espera de un testimonio recordatorio por parte del club que dio nombre a uno de los tantos tangos que inmortalizó su voz: NACIONAL. © Norberto Garrone para Informe Uruguay
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