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Año V Nro. 352 - Uruguay, 21 de agosto del 2009
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En los últimos tiempos el Gobierno ha salido a tratar de mostrar como han reducido la pobreza en el Uruguay, hecho que aparece en algunas gráficas y en conferencias de prensa pero que parece contrastar con la realidad que vemos en las calles, donde aumentan los que viven en ellas, los que viven de la basura, el desempleo y el Subempleo y donde más acceden a los planes de apoyo del Gobierno para los pobres. O sea como primer respuesta si más merecen los planes del MIDES es por que más son los pobres y no por que son menos, salvo, por que este gobierno entiende que el que accede a un plan de esos deja de ser pobre en un acto casi mágico originado por un ingreso de 1800 pesos o un trabajo solidario con la misma remuneración. Cualquiera sin ingresos, pero incluido en las prestaciones médicas del FONASA se considera que ha “salido de pobre”, es decir sigue desocupado, sigue sin ingresos, sigue sin casa pero como puede en teoría ser atendido por una mutualista, el Gobierno lo “decreta” como no pobre, no sé si calificar a esto como grave o absurdo pero es sin duda una burla para el pobre cristiano que sigue sumergido en su pobreza pero con derecho a mutualista. Los beneficiarios de el plan de emergencia o de su consiguiente plan del MIDES por obtener ingresos de 1.800 pesos también han dejado de ser pobres, creo que la cifra del ingreso nos evita mayor comentarios. Nuestro concepto de pobreza, entendiendo a la misma como la carencia de bienes materiales y medios suficientes de vida ,es bastante más rígida que la de este gobierno, pobres son los que no acceden a lo que necesitan para vivir, pobre es el que no tiene ingresos suficientes para mantenerse a sí mismo y a su familia, luego habrá distintos grados que van desde la pobreza extrema, a la simple pobreza, la carencia o la humildad, pero la pobreza que debemos derrotar, es más que la que se termina haciendo que con enjuagues numéricos o prestaciones ambiguas que la gente supere una imaginaria línea de pobreza que nadie sabe quien estableció, para que cierren los números y queden más bonitas las gráficas, la pobreza que es de carne y se sufre en carne, no se arregla con papeles. Sí atendemos la cifra del gasto social de este gobierno y lo atamos a los resultados obtenidos, concluimos que por su mala orientación e ineficacia dicho gastó se transformó en un despilfarro sin sentido, mucho se ha gastado y poco se ha obtenido en consecuencia. La diferencia en invertir en cuestiones sociales y simplemente gastar, se juzga por los resultados; usted destina un monto de dinero a determinada cosa, una vez utilizado si hay un resultado positivo es inversión, si este no existe, es gasto, de esta simple definición surge claro que este gobierno tuvo un alto gasto social y poca o ninguna inversión social y esa es la gran diferencia que planteamos entre lo que se hizo y lo que hay que hacer. El Sr. Rubio, director de la OPP que hace unos meses pedía que los planes sociales se transformaran en votos, comunica que durante este Gobierno 400.000 personas dejaron de estar por debajo de la línea de pobreza. Esa línea imaginaria ha sido sin duda puesta muy abajo para alcanzar esas cifras; Dejas de ser pobre, por tener Fonasa, por 1800 pesos de asistencia o por una asignación familiar de 1300 pesos. Nos gustaría ver al enjuto Director Rubio decir lo mismo no en la televisión sino en la cara a alguno de esos ciudadanos que tratan de vivir dignamente, seguramente sin alcanzarlo con dichos ingresos o los que es peor sin ingresos pero con mutualista. Diferimos fuertemente con el concepto asistencialista de este gobierno que queda al desnudo con las últimas manifestaciones, no es nuestra idea la de hacer la pobreza menos dura, ni de mimarla o engañarla con limosnas, a la pobreza hay que erradicarla, arrancarla de cuajo, combatirla y terminarla y no va a ser decretándola terminada por una asignación, un plan solidario o una cuota mutual que la terminaremos. A todo esto una cifra más sería también fue divulgada en estos días 30000 jóvenes más están en este año por fuera del sistema educativo, provienen de hogares pobres (seguramente eran hogares pobres antes que Rubio decretara la riqueza de los mismos) por lo tanto el mejor amigo de la pobreza que es la ignorancia también crece en nuestra tierra. Sabemos que estamos en campaña y que los números, las cifras y todo eso empiezan a tener un sabor electoral muy pesado, pero nos parece que jugar con la pobreza y con nuestros pobres es lo último que se puede tolerar, no sólo por lo indigno del planteo sino por lo peligroso del resultado, si negamos a nuestros pobres los condenamos a seguir siéndolo. En fin las últimas semanas fueron buenas para el Uruguay, según el Gobierno se termino la Crisis, y se abatió la pobreza; seguramente en próximas conferencias de prensa el Gobierno comunique que ha terminado con el hambre, la inseguridad y la tristeza; ojalá. © Rodrigo Blas para Informe Uruguay
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