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El espejismo plurinacional
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por Ricardo López Göttig ( 1 ) |
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Vivimos tiempos en los que todo se cuestiona, y así aparecen espejismos en los que la mente se confunde, creyendo vislumbrar un oasis donde, en realidad, no hay más que desierto. En medio de la incertidumbre que aqueja a muchos habitantes del siglo XXI, resurge con fuerza la idea de volver a vivir en comunidad y de retornar a la tribu.
Las agrupaciones que reúnen a las comunidades aborígenes en algunas naciones sudamericanas están reclamando por la instauración de los estados plurinacionales, como ocurre actualmente en la convención constituyente de Bolivia. El estado plurinacional significa que cada etnia aborigen, reconocida como "nación", tendrá su propio ordenamiento jurídico, político, económico y cultural, basado en sus usos y costumbres ancestrales. En franco rechazo al concepto de ciudadanía propio de la democracia liberal por su origen occidental, se proclama el retorno a un tipo de vida comunitaria en el que estarán vigentes leyes propias. De este modo se podrá volver al régimen de castigos físicos y, por consiguiente, la desaparición de las garantías constitucionales que se han difundido a nivel mundial. Los descendientes de europeos, los "blancos", mantendrán su propio régimen jurídico y político heredado del Occidente individualista, en tanto que cada etnia aborigen reconstruirá su sistema previo al arribo de los españoles al continente americano. Junto a los tres poderes clásicos que el Barón de Montesquieu identificó en la Inglaterra de su época, convivirá un cuarto poder social plurinacional, que representará a estas "naciones" en el país multicultural.
La paradoja de este nuevo siglo que vivimos, es que el estado plurinacional resucita la doctrina del apartheid que esgrimieron los racistas sudafricanos durante decenios, provocando la condena de las naciones democráticas por su régimen oprobioso. Los partidarios del apartheid postulaban que cada comunidad debía seguir su propio camino cultural y, por consiguiente, debía apartarse a las etnias africanas de la minoría blanca. Así se crearon varios "países" dentro de la propia Sudáfrica, nunca reconocidos por la comunidad internacional. En contraste con los sudafricanos, son los sudamericanos entusiastas del estado plurinacional los que quieren vivir apartados. Y este espejismo multicultural puede convertirse en el fin de la libertad individual.
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