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Colonia del Sacramento
Las ruinas restauradas
por Julio Dornel
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Es imposible encontrar entre los conflictos que mantuvieron España y Portugal a través de la historia, uno tan prolongado y sangriento como el que sostuvieron en Colonia del Sacramento entre los años 1680 y 1777.
Durante estos 98 años, centenares de portugueses, españoles, indios guaraníes y tapes perdieron la vida ante sus murallas.
Todo comenzó cuando estos imperios comprendieron que el control de Colonia significaba reafirmar su dominio sobre la mesopotamia de los ríos de la Plata, Paraná, Uruguay y Paraguay.
De acuerdo al Tratado de Tordesillas el territorio donde los portugueses fundaron Colonia, le pertenecía a España.
Resulta curioso que tras perder por las armas en cuatro oportunidades el dominio de Colonia, Portugal la recuperase por la vía diplomática. Sin embargo fue en octubre de 1777 con la firma del Tratado de San Ildefonso, que la ciudad pasa definitivamente al dominio español.
En la actualidad el barrio antiguo, las ruinas del Real de San Carlos, la ciudad de Carmelo y sus alrededores nos evocan el pasado histórico y se constituyen en una experiencia inédita para quienes los visitan.
También existen otros centros de interés que incluyen los paseos nocturnos, las peñas folklóricas y otros atractivos que están siendo incorporados al turismo departamental.
La pluma genial de Gaby Martín señalaba hace algunos años en una nota periodística titulada LAS RUINAS RESTAURADAS que Colonia tenía “ante todo y por encima de todo, sus ruinas, sus ranchos portugueses, sus taperas españolas, su muralla y su puente levadizo, sus callejuelas empedradas y sus faroles que alumbran sus fantasmas. Gritos de dolor o de rabia; canciones soeces, carcajadas roncas, que se oyen en las noches de tormenta, cuando el viento, con la furia de un ejército que marcha al ataque y arremete contra el fuerte de Manuel Lobo. He aquí lo que apasiona a los argentinos y lo que les interesa adquirir y retener al hacerse dueños de una de estas construcciones viejas que no son más que un montón de piedras derrumbadas, entre las cuales crecen los yuyos, las espinas y las flores silvestres en ese barrio histórico en el cual el pasado negro de luto y de abandono, ahora florece revestido con brillantes galas de color esperanza. Verdaderas fortalezas cuya restauración no se lleva a cabo de acuerdo a la fantasía de su propietario, sino que este se ve en la obligación de atenerse a los reglamentos estipulados por la Comisión que vigila celosamente la reconstrucción de las ruinas, que pueden estar en malas condiciones pero tienen indudablemente su estilo ya sea español o portugués. Por un lado lo que va quedando de la “casa del Virrey” cuyos muros originales fueron hallados enterrados hace muchos años. También la calle de Los Suspiros, típica callejuela de la colonización, auténtica estampa del pasado y objetivo de todas las cámaras que visitan Colonia. Un lugar destacado para la vieja farola construida en 1795 para servir de guía a la navegación del Río de la Plata. Hace algunos años la Revista Charoná señalaba en sus ediciones que el Consejo Ejecutivo Honorario de las Obras de Preservación y Reconstrucción de la Antigua Colonia del Sacramento, presidida por el Profesor Fernando Assunçao había conseguido rescatar del olvido importantes elementos históricos capaces de restituir la imagen que se deseaba recuperar de una época trascendente de nuestro pasado.”
La antigua Colonia del Sacramento ocupa el extremo oeste de la península y cuenta con una superficie aproximada a las 12 hectáreas. Los elementos históricos que la caracterizan datan casi todos desde su fundación en 1680.
El trazado de la Antigua Colonia es de origen portugués, sus calles son generalmente angulares, angostas y empedradas, con desagüe central y deben esa conformación a razones militares y funcionales.
Los gruesos muros de piedra de sus casas o de sostén, las techumbres de tejas a dos y cuatro aguas, los pisos interiores de cerámica y los exteriores de piedra, son los elementos más característicos y los que más impresionan.
Aún se conservan en pié entre otras las siguientes construcciones; las llamadas Casa del Virrey, casa del Almirante Brown (hoy museo municipal) , Casa de Mitre, Convento de San Francisco Javier, Iglesia del Santísimo Sacramento , murallas, parte de la puerta de la ciudad y varias viviendas.
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