Año III - Nº 127 - Uruguay, 22 de abril del 2005

 

 

 

 

¿PIENSAS EN BAGDAD
CUANDO TE ACUESTAS A DORMIR?

por Graciela Vera
Periodista Independiente

 

SIPNOSIS

Mi reloj marcaba las 3.35 del 20 de marzo del año 2003. No muchas horas antes, en Valencia las llamas se saciaban engullendo los últimos monumentos falleros.

Sobre Bagdad caían las primeras bombas mientras desde Kuwait las tropas americanas iniciaban la ofensiva terrestre.

Como en un cuento de nunca acabar, el primero de los cuatro Jinetes de la Apocalipsis volvía a ensillar su cabalgadura y alcanzaba veloz a sus nefastos hermanos.

Hambre, Peste y Muerte ríen cuando le ven llegar. El trabajo sucio será más fácil con Guerra cabalgando a su lado.

El mundo asistió expectante; millones de personas clamaron ante oídos sordos.

Se pueden medir por cientos las horas de grabación televisiva que se emitieron y por metros y metros el espacio en papel de prensa en el cual las palabras intentaban justificar por parte de unos, desacreditar por otros, acciones que se albergaban en la trama siniestra de un guión a medias.

En el enorme anfiteatro de la vida comenzaba a rodarse la historia de la primera guerra del siglo XXI.

EL ARGUMENTO

Los actores han tomado posiciones en un set que ya no es imaginario; nunca se sabrá si realmente están todos , si lo están, nos cuesta creer que hayan leído el libreto.

Algo no resulta congruente. La intriga comenzó a filmarse antes que el libretista terminara de escribir el guión.

La silueta de las Torres Gemelas se proyecta fantasmagórica en un relevante segundo plano.

Doscientos ochenta millones de extras se mueven apoyándose en el miedo y la inseguridad, es de esa psicosis colectiva que se nutre el argumento.

Poco saben de los que van a morir, pero no importa. Hay un ojo por ojo y un diente por diente que debe satisfacerse.

El gabinete de publicidad no descuida los detalles. El film debe venderse antes de salir de estudios.

¿Alguna vez tuvo real conocimiento el pueblo americano de lo que sucedía en Irak?

La película que se está rodando a muchos kilómetros de distancia se nutre con razones propias de la nación que se considera paladín de las libertades ¿Deja esa nación que dentro de su territorio la información circule todo lo libre que sus ideales proclaman?

En la capital iraquí las bombas destruyen viviendas, hieren y matan civiles. La guerra de Irak no respeta ancianos, mujeres ni niños.

Un pueblo devastado desde tiempo atrás por una salvaje conflagración, una cruel dictadura y un severo bloqueo.

La trama prevé una rápida victoria de los 'buenos' y la platea asiste expectante.

Las historias de héroes que deben sortear obstáculos casi imposibles de salvar siempre han enervado la fantasía de los espectadores.

En el escenario Irak aúlla pero no cae. El guionista se descuidó y ya no puede volver atrás.

El esperado paladín de la justicia no aparece en escena y la prometida y rápida pacificación se revierte en destrucción.

Entran en escena nuevos actores que no alcanzan a sustituir a los cientos de extras que se desangran en las calles.

SEGUNDA PARTE

Para no perder la atención se agregan nuevos razonamientos al viejo argumento.

Intriga y suspenso resultan ser una mezcla dinamizadora.

Y el suspenso se acrecienta cuando la Yihad Islámica asegura haber enviado a Irak a decenas de voluntarios para cometer ataques suicidas contra las tropas invasoras.

Las intrigas se superponen, las armas de destrucción masiva no aparecen y los inocentes siguen cayendo.

Nadie investigó si el general estadounidense que se dijo, sería el administrador transitorio de ese desgraciado país, es en el suyo el presidente de una empresa armamentista.

Llega el 31 de marzo, la guerra que debería haber tenido un rápido final se extiende en capítulos casi interminables.

El 5 de abril la lucha continúa encarnizada, ese día otro combatiente suicida mata a otros tres soldados estadounidenses.

A esta altura aún el libretista sigue creyendo que la palabra FIN está muy cercana de ser plasmada.

Aún es temprano para la autoflagelación y se sigue llevando la cuenta, uno a uno, de los soldados muertos pero nadie lleva la de los civiles asesinados por la insanía de una guerra iniciada con argumentos que se tambalean cada día más.

En el 'país de las libertades' los vientos comienzan a esparcir recuerdos. Demasiadas tumbas y Vietnam sacude sus fantasmas.

El martes 11 de marzo tanques y soldados americanos circulan por calles de Bagdad mientras desde el otro lado del mundo y para todo el resto del planeta se anuncia el final del régimen de Sadam Huseim.

¡Irak es libre!

¿Irak es libre?

Los espectadores sedientos de emociones exigen otros argumentos.

El director comienza a estudiar nuevos libretos y desespera por no encontrar el punto definitivo para la trama del actual.

La posibilidad de una guerra biológica tiene su morbo y al público hay que darle información truncada para facilitar la anestesia sobre la compasión.

Apenas tres días después los americanos fijan su objetito en Siria, país al que también acusan de ser un estado terrorista que fabrica armas de destrucción masiva.

El público se entusiasma porque la confabulación comienza a repetirse. La sangre convocará a más espectadores.

Pero las previsiones son erradas. La sangre sigue estando en Irak, la realidad difumina las conjeturas y la segunda parte de una película con buena taquilla comienza a rodarse bajo las mismas marquesinas.

En la ciudad liberada los heridos se agolpan en hospitales que están atiborrados. No hay medicinas ni vendas. No hay calmantes ni suficientes médicos.

Los niños no lloran, las mujeres no sufren, los hombres no sienten ¿Cómo pueden llorar, sufrir o sentir quienes de tanto llorar, sufrir y sentir se sienten muertos en vida?

La destrucción continúa. El fuego se cruza y siempre entre uno y otro bando hay civiles.

Iraquíes contra extranjeros, iraquíes contra iraquíes, las escenas se hacen repetitivas. Los explosivos matan y eso comienza a importunar como noticia.

Dos años después el público reclama un 'THE END' que no parece encontrar el momento oportuno.

Abril quince del año 2005, la lista de soldados americanos muertos suma mil quinientos cuarenta y nueve nombres.

Hay más, pero por ser de otras nacionalidades no se contabilizan en los inventarios del país que impulsó el caos.

El libreto ha perdido objetividad. ¿Nadie nos dice cuántos ciudadanos iraquíes han muerto?

La libertad nunca llegó y la incipiente democracia vacila frente a la intolerancia.

¿Cuántos niños mutilados?

No hay medicinas suficientes, las enfermedades se extienden y las armas de destrucción masiva no aparecen, pero sí los contratos millonarios para reconstruir un país.

¿A quiénes favorecen?

¿Porqué el pueblo iraquí sigue teniendo hambre?

¿Tú te acuerdas de Bagdad cuando te acuestas a dormir?

Hace dos años, seguro que estaba en tus pensamientos.

¿Acaso formas parte de un público saciado de sangre, al que ya no importa el horror que siguen viviendo día a día los iraquíes?

¿Crees que alguien pondrá algún día el punto final a esta trama?

Si lo hace, ¿habrá una Siria o quién será el próximo pueblo llamado a protagonizar otra monstruosa funsión?

Almería, el sur del norte, a dos años y pocos días del inicio de una guerra que aún no ha terminado.

Un poema escrito por mi marido enhebra los designios de la Bagdad actual con la bíblica Nínive:

BAGDAD

El Señor habló a Jonás y dijo:
Anda y ve a Nínive, ciudad grande, y predica en ella;
porque el clamor de sus maldades ha subido hasta mi presencia

 
El Juglar del Rio Almanzora
Porto Magno in Mare Ibéricus. in rfestivitati Santorum Nicolás de Flue, Serapio, Filemón y Benito diei XX I marte III / Anni Domini MM III
Luna Llena en VIRGO. Sol en ARIES, (equinoccio de primavera)
Veo una Bagdad desmoronada
alzarse contra las armas de la aurora;
veo también como empercude de ocre
los árboles el crepúsculo;
intuyo el polvo del otoño
conquistando palmo a palmo las ventanas,
anegando las sobresaltadas gargantas;
y atisbo una primavera proclive a florecer,
pero el invierno - ¡maldito invierno! -
crea y vomita sombras
que difuminan el esplendor y ensucian
con denso crudo a la deriva
la lujuria del color.
Refucilos con la metralla asesina
-inmisericorde entropía-
sajando carne inocente.
Es inútil pretender que llegue el día
por que es mucho más inútil
suspirar en la intermitente oscuridad
por los que gozan y se ufanan en la luz,
insensibles al dolor de los non natos.
¡Blasfemos! ¡Blasfemos!
¡Irremisiblemente blasfemos!.
Cúmplase la profética sanción:
¡¡Bagdad pervivirá desoyendo a Jonás!!
murió el ricino que le diera su sombra
sin desvelar el misterio
para siempre poder volver el uno a la otra
en busca de la ponzoña que los vivifica;
ya no quedan argumentos contundentes.
El amor, la fraternidad, la vida, la tolerancia,
son perseguidos políticos
sin derecho de asilo en las conciencias.
La vida se desgasta, se diluye;
montañas de sangre y sal
han nacido en argamasa con tu arcilla.
La bíblica Mesopotamia clama en solemne 'memento'
por la mano generosa
que restaure y restituya la quietud.
¿Para cuando la sensata discrepancia?