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De giras y recorridas
por Dr. Francisco Gallinal
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Como legisladores tenemos la responsabilidad de recorrer permanentemente el país con el propósito de conocer la realidad de cada una de las localidades y regiones, y muy especialmente los anhelos, desafíos, esperanza y problemas de sus habitantes. Para gobernar, ya sea en el ejercicio de la tarea administrativa o legislativa, se requiere un conocimiento cabal de nuestro Uruguay de manera que al momento de adoptar una decisión sepamos que su contenido y su alcance son los adecuados para la realidad que pretendemos transformar, adecuar o mejorar.
Cuando un gobernante desconoce las necesidades de su gente, y cuando además no domina con cierta profundidad las características de cada región o departamento, sus posibilidades de cometer errores aumentan considerablemente. Fíjense si no, lo que le pasó al Ministro Agazzi en ocasión de la sequía que azotó – cuyas consecuencias aún están causando daño – a nuestro territorio en los últimos meses.
Como no le alcanzaba con la opinión de los productores de todo el país, y obligado por la circunstancia, se subió a un helicóptero junto al Presidente y tal como si esa mirada ligera fuera la verdad revelada, se bajó del mismo y sentenció que la sequía apenas alcanzaba al 14,5% del territorio nacional. Consecuencia, las medidas que se adoptaron para enfrentar tan terrible flagelo fueron muy livianas, intrascendentes y por consecuencia, no ayudaron a mitigar las pérdidas y generaron un enorme descontento a nivel de los sectores más afectados.
Otro tanto le viene sucediendo a la Ministra Tourné. Sigue creyendo que el problema de la seguridad que azota al Uruguay no es más que una sensación térmica, acusa a la oposición de exagerar para sacar un rédito electoral, y entonces termina diciéndole al Presidente que no es necesaria una actitud diferente de parte del Poder Ejecutivo para enfrentar la crisis. En este caso ya no es solamente la gente vinculada a los sectores productivos la que se ve afectada. Es el país entero que sufre el problema porque en todos lados, en la capital, en las ciudades, en las zonas rurales la ola delictiva se va agrandando y la gente vive encerrada por temor a lo que le pueda suceder.
Si los Ministros conocieran a fondo la realidad vinculada al área de sus competencias, probablemente cambiaría la actitud del gobierno para enfrentar los problemas. No es que se le pida que haga llover, o que de la noche a la mañana elimine la delincuencia; pero sí que se hagan eco de las dificultades y se muestren sensibles, junto a la gente, dispuestos a dar todo de sí para comenzar a sortear las dificultades.
Si el Presidente conociera a fondo la realidad, ya a ésta altura le habría dicho a estos Ministros: “Muchachos, muchas gracias por los servicios prestados pero dejen su lugar a otros que muestren mayor disposición para encarar sus responsabilidades. Hasta aquí llegó vuestra tarea.”
De allí la importancia de la gira y la recorrida, que nosotros llevamos adelante no solamente durante las campañas electorales. En el tiempo que va de una elección a otra, también visitamos y recorremos el país entero, para empaparnos de esa realidad, para conocer a fondo a nuestros pagos y a nuestra gente. Ese mérito nadie nos lo puede negar, mucho menos a nuestro candidato a Presidente que conoce, como pocos, al país real.
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