Dos emociones en un mes
y las dos con pañuelos blancos
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por Graciela Vera
Periodista independiente
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En poco más de un mes he vivido dos grandes emociones: ver a mis dos equipos de fútbol preferidos salir campeones.
Nadie ignora que desde pequeña, viendo a mi padre sentado junto a la radio viviendo desde el interior la emoción del fútbol en el Centenario, aprendí ese sentimiento que es tener el corazón bolsilludo.
Por años los goles los grité acompañando, primero al inolvidable Carlos Solé y luego a tantos otros que con su particular forma de relatar el fútbol nos han hecho vibrar desde cada rincón dentro y fuera del territorio.
Aprendí a llorar por y con Nacional. A llorar de bronca y a llorar de alegría y eso es un tesoro que heredaron mis hijos.
Daniel y Alejandro se decantaron muy pronto en sus preferencias. Eran bolsos como el abuelo y la madre. Como toda –casi toda- la familia, pero fue Norberto el que desde muy pequeño se autoinyectó tal fervor tricolor que las derrotas representaban para él grados de fiebre y los triunfos los vivía con tal intensidad que debían dolerle por tanta emoción.
Cuando la familia se trasladó a vivir en Montevideo, creo que para Norberto estar cerca de la sede de 8 de octubre fue cumplir un sueño como lo fue el ‘feliz cumpleaños’ de un grupo de funcionarios que le entregaron en mano el carné de socio, seguro que el regalo que por años atesoró más.
Y yo que aprendí a vibrar por Nacional de la mano de mi padre, comprendí la verdadera grandeza de esa emoción de la mano de ese hijo que había nacido con un bolsillo en el corazón.
La distancia no apaga los sentimientos pero invita a buscar sustitutos para las emociones.
Albo…
Pañuelos blancos…
Sueños inmaculados…
Grandeza de estirpe….
Linaje de campeones…
No me fue difícil encontrar un equivalente en el Real Madrid.
Nacional es un club ganador; el Real Madrid es el club que más campeonatos ha ganado en España (30) doce más que su inmediato seguidor y es el club de Europa que más copas continentales ha obtenido y… bueno, el Madrid ganó la primer copa intercontinental derrotando nada menos que a Peñarol; ya no tuve dudas… los albos se llevaron mi corazón hace mucho, los merengues comenzaron a conquistarlo hace poco pero ahora los dos lo comparten y conviven en él.
Y mi corazón, acostumbrado a sufrir con y por Nacional, ahora permanece al borde del infarto por y con el Madrid pero soy feliz, porque mis pañuelos blancos, los que vivarán siempre a Nacional también aplauden al Real Madrid y este año Nacional se clasificó campeón de la Liguilla y aquí, el domingo el Real Madrid ganó la liga.
Graciela Vera
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