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Un elefante en el bazar
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por Raúl Seoane |
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El ingreso de la Venezuela bolivariana al Mercobluff se asemeja mucho a un partido de ping-pong donde la pelotita va y viene continuamente sin dejar respirar a los participantes.
Con bombos y platillos y discursos grandilocuentes, el año pasado se anunciaba el ingreso del “hombre de América” al Mercobluff, traído de la mano por su alumno destacado, el presidente argentino, quien necesitaba desesperadamente los petrodólares del dictador venezolano para continuar con su fiesta de desgobierno en la Argentina.
No bien desembarcó, Mr. Vómito Chávez intentó politizar al grupo mercobluffero, se entrometió en el entredicho Lula/Morales por el suministro de gas a Brasil, y se sintió un fuerte olor a goma quemada cuando el presidente brasilero lo frenó en seco.
Sin embargo ahí no terminó el tema, porque envalentonado y con los bolsillos llenos de los petrodólares de una PDVSA cada vez más endeble por los saqueos gubernamentales, en pleno conflicto gasífero el dictador Chávez aconsejó al inocente Evo Morales a nacionalizar los hidrocarburos, quitarle las concesiones a la petrolera brasilera Petrobras, y otorgárselas a estatal venezolana.
Esta historia ya es archiconocida, y desde ese momento una espina quedó clavada en la garganta de las autoridades brasileras, espina que comienza a salir a pesar de que Brasil está haciendo buenos negocios con Venezuela.
La olla del Mercobluff comenzó a borbotear a partir de la cancelación de la licencia a la principal cadena de televisión venezolana, la RCTV, y desde allí su ebullición no ha mermado.
Ni los legisladores paraguayos ni los brasileros han dado el pláceme para que la Venezuela bolivariana se incorpore como miembro pleno del circo del sur, a diferencia de los obsecuentes legisladores uruguayos que ni cortos ni perezosos le regalaron la autorización como prenda de buena empatía.
Es archiconocido que las declaraciones de los senadores brasileros sobre el tema RCTV y las contradeclaraciones del mono bananero se sacaron chispas, y a pesar de los buenos oficios de un descolocado Lula Da Silva, parece improbable, por el momento, que el senado brasilero apruebe el ingreso de Venezuela al Mercobluff.
Los que saben pensar en nuestro país, sin distinción de ideologías ni partidos políticos, han pedido que se revea la decisión del legislativo uruguayo de autorizar el ingreso de Venezuela al Mercobluff, a raíz de la falta de libertad de prensa y la cancelación de la licencia a la cadena venezolana.
Pero ahora, Mr. Vómito, jaqueado por su propia estupidez la aseguró a la agencia periodística EFE que Venezuela quiere entrar en "un nuevo Mercosur" pero si no hay "voluntad de cambio, tampoco estamos muy interesados en el viejo Mercosur", abriendo el paraguas a una posible negativa de Brasil y Paraguay de autorizar su ingreso.
Al ver que el horno no está para bollos, el dictador venezolano canceló su presencia en la cumbre del Mercosur que se realizará el 28 y 29 de este mes en Asunción del Paraguay. La justificación es que para ese entonces viajará a Moscú para cerrar una operación millonaria con su par ruso Vladimir Putin. Sin bien se cree que el faltazo se debe a los roces con el Congreso de Lula por el cierre de un canal de TV venezolano, asesores del gobierno brasileño le restaron importancia.
No es el primer traspié del mono bananero, el gasoducto del sur propuesto con gran alharaca por Mr. Vómito sólo está en los papeles. El Banco del Sur, presentado como revanchismo a los errores del FMI, tuvo poca aceptación y nuestro país no concurrió a su fundación. Tampoco fue aceptado su intento de crear un ejército latinoamericano.
Salvo la obediencia obsecuente de un inculto político que gobierna en Bolivia, la tibia aceptación a algunas propuestas bolivarianas del presidente ecuatoriano y algunos pocos “interesados” políticos y jerarcas uruguayos, Chávez parece perder ascendencia en América Latina.
Los norteamericanos juegan al etanol, y el acuerdo con Brasil puede desparramarse por toda la región, apta para el desarrollo de este biocombustible, por lo que es muy probable que en un tiempo no muy lejano, el principal comprador del petróleo venezolano, Estados Unidos, comience a mermar sus pedidos.
Ya habíamos adelantado en otro artículo que Mr. Vómito comenzaba a quedar cercado. Su estúpida decisión de cancelar la licencia de la televisora RCTV puede ser el comienzo del fin para su régimen, porque la emisora, pese a que no tiene señal radiofónica para emitir, aparece cada vez más fuerte y podría usar una "conexión" ofrecida por una empresa mexicana para transmitir su señal y coproducir programas.
¿Comienza el inicio de la caída del mono bolivariano?
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