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Adios Mercosur, Mercosul adeus
por Luis Alberto Lacalle Herrera
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El Tratado de asunción fue firmado en marzo de 1991. Establecía un proceso de adecuación de las economías y los aranceles de los cuatro países firmantes que culminó al fin de 1994.
Por lo tanto la existencia plena de la organización regional debe de contarse desde el 1º de enero de 1995. Son pues diecinueve los años que cumplirá esta creación de la diplomacia platense, que con tantas esperanzas ayudamos a ver la luz.
Diecinueve años y agonizante, perdiéndose en el laberinto de lo accesorio, ahogada por la incomprensión de los más y devaluada por la miopía de los grandes. Enceguecida por los falsos resplandores de lo efímero y hundida por el peso de la inutilidad de sus instituciones. Desdibujada por la omisión de los países chicos y devaluada por la bilateralidad egoísta de los mayores. Ahí quedará, al borde de la historia, una frustración más como será la Unión de Naciones del Sur y demás creaciones de papel que poco y nada tiene que ver con los problemas reales de los países y las regiones.
Grave responsabilidad cabe al Paraguay y al Uruguay en esta decadencia e inoperancia. A duras penas y haciendo gala - ahí sí – de una firmeza luego perdida, se logró imponer en la negociación original el derecho a veto, suprema garantía de los países pequeños.
Bajo la forma de que sólo por unanimidad podían adoptarse las resoluciones trascendentes, nuestras patrias ganaron una importante batalla…. pero no la guerra. Hacía falta algo de lo que carecieron los sucesivos gobiernos que era el estar alerta, el no bajar la guardia ante las estrategias cuando no maquinaciones de los grandes vecinos.
Estos fueron muy claros y pragmáticos comenzaron a reunirse bilateralmente para tratar asuntos que debían, de todas maneras, llegar a la mesa de cuatro, al nivel de decisiones de todos los socios. Lo hicieron una vez y otra vez. Al advertir que no reaccionábamos, convirtieron este procedimiento en costumbre y la costumbre en norma.
Hoy no hace falta siquiera el disimulo. Lo ha probado la reciente reunión en Buenos Aires de los presidentes de Argentina y Brasil, con el aditamento de la presencia del Presidente Chávez que simboliza mejor que nadie el MERCOSUR “político “ que ha sustituido al proyecto original y los conduce por el camino del ocaso.
Las trabas al comercio permanecen. Cuando se logran laudos favorables a nuestro país, no se acatan. Se crea un parlamento que, enfrentado a una violación de tratado de Asunción, tal cual es el cierre de los puentes sobre el río Uruguay, se excusa de tratar el tema porque ¡ no le corresponde!.... Cuando el Uruguay apela al más alto nivel ejecutivo por el mismo tema, Brasil señala que se trata de un tema bilateral.
Es una lección más de aquello que señalaba Herrera: “¡Ay de los débiles si dependen, para su felicidad, de la benevolencia de los poderosos!” ¡Adiós, adeus!
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