Derechos de los niños que trabajan
por Marcelo Andrés Ostria C.
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En la actualidad se menciona constantemente la necesidad de proteger los derechos de los menores que trabajan. Sin embargo, se sabe que tales derechos son violados con demasiada frecuencia y que las leyes nacionales y los convenios internacionales no han conseguido disminuir sensiblemente los abusos contra los niños. La Convención sobre los Derechos del Niño, suscrita el 20 de noviembre de 1989 y que entró en vigor el 2 de septiembre de 1990, en su artículo 32 establece: “Los Estados Partes reconocen el derecho del niño a estar protegido contra la explotación económica y contra el desempeño de cualquier trabajo que pueda ser peligroso o entorpecer su educación, o que sea nocivo para su salud o para su desarrollo físico, mental, espiritual, moral o social”. Habrá que aclarar, sin embargo, que no todo trabajo realizado por niños, niñas o adolescentes viola sus derechos, sólo hay que referirse a los trabajos que impidan que estos derechos sean una realidad.

La explotación del niño en la relación de trabajo es un grave problema actual. Luego de diez y ocho años de vigencia de la mencionada Convención sobre los Derechos del Niño, el problema de la explotación en el trabajo infantil sigue afectando a más de 200 millones de niños, niñas y adolescentes en todo el mundo. (Ver ONU: La Violencia Contra los Niños). Visión Mundial, una organización humanitaria que procura un cambio de actitud de la sociedad hacia la vida de los niños y niñas, afirma que los menores que trabajan, con demasiada frecuencia están en condiciones que vulneran o ponen en riesgo sus derechos fundamentales, tales como la educación, la salud y la protección contra cualquier forma de explotación y violencia.
¿Será que se acepta con demasiada facilidad e impasibilidad que los niños que trabajan por carencias familiares están definitivamente condenados a perder su inocencia, y a comprometer su futuro por la injusticia de un deformado ambiente socioeconómico, y por la inacción de las autoridades que se desinteresan en hacer cumplir las leyes y los convenios que deben proteger a los menores?
Parece inaudito y causa frustración saber que este grave problema de los niños que trabajan, continua siendo corriente en América Latina y en otros lugares del mundo. Si las leyes que, en verdad, existen en todos los países de nuestro continente no son aplicadas rigurosamente y no se cumplen los convenios internacionales, se está condenando a los más vulnerables, a vivir sin futuro y en medio del abuso. Este es un tema que no puede ser ignorado. No todos tenemos, necesariamente, que ser especialistas o activistas a favor de los derechos de los niños, a los que tantos se refieren como el porvenir de nuestras sociedades. Con nuestro esfuerzo marquemos la diferencia y hagamos que no solamente sea la ley la que obligue el respeto de los derechos de los niños, sino la conciencia colectiva, que debe manifestarse cotidianamente en proteger ese anunciado futuro con justicia para todos…
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