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¿Quien tira la primera piedra sobre la inédita Sesión del Senado de la República? por Ernesto Martínez Battaglino |
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Pretendiendo meter la cuchara, me animo a decir que la interpelación estuvo dentro de un muy buen nivel, donde han tenido destaque todos los actores: Interpelados e interpelantes.
Reconozco que este tipo de lidies políticas acostumbrados todos a llevarlas acabo, a escucharlas y hasta de leerlas, como buen país democrático que somos, no dejan de llamarnos la atención en que recién en esta legislatura ha habido un cambio de actores, con papeles totalmente distintos a los que estábamos habituados, nada fáciles, sin duda.
No es decir nada desconocido que para el F.A. pasar de ser una tenaz y persistente oposición a todo lo que el gobierno hiciera o proyectara, y ahora, convertirse de la noche a la mañana en "oficialista" y tomar y apoyar todas las actitudes que antes otros actores tenían y que acerbamente criticaban, pasando a justificar lo que antes no justificaban y criticando lo que ellos permanentemente hacían, no es ni fácil ni cómodo, por desacostumbrados.
Pero igualmente se encuentra la actual "oposición". Si bien el Partido Nacional, por su temperamento y por haber estado menos con la responsabilidad de gobierno, siempre se manejó fluidamente como actor inquisidor, no deja de serle extraño también el cambio, dado que habitualmente ha sido poseedor de una cuota parte de poder, sin nunca estar ni sentirse tan alejado del gobierno como en esta oportunidad. Por tal razón, es que más fácilmente se encontró dispuesto a "ensillar, y lanza en mano, marchar a las cuchillas", como históricamente bien se lo ganó, caracterizándolo.
Más difícil, en cambio, ha ocurrido con el Partido Colorado. Si bien estas dos corrientes históricas nacieron juntas en 1836 y nada menos que a consecuencias de una batalla, el Partido Colorado ha venido siendo, desde tan lejanos tiempos, "el partido de gobierno", dado la casi continuidad de haber estado en el poder desde nuestra independencia. Por lo tanto, siempre se ha encontrado más cómodo en "hacer", que, desde afuera, apoyar o criticar lo que otros hacían.
Así han encontrado a los actores en esta contienda cívica y democrática, donde sin duda los interpelados mostraron sus perfiles. Muy bien ubicado Astori, casi diría que no desentonando con el pensamiento nacionalista o colorado, aunque hábilmente restándole trascendencia a desavenencias internas ideológicas, mientras, el otro interpelado, Gargano, si bien manteniéndose en su posición y dentro de una corrección digna, mostró los claroscuros que existen en el gobierno, hecho que puede tornarse peligroso en materias tan sensibles como las que maneja el Ministerio de RR.EE., y más, en momentos de gran trascendencia, tanto por las dificultades e incumplimientos que se mantienen por Argentina y Brasil dentro del MERCOSUR, como por la gran oportunidad que estamos a punto de lograr o de perder, con un acuerdo de TLC con EE.UU., donde nos iría la vida, según sus resultados finales.
En cuanto al interpelante Larrañaga, se mostró combativo y ardiente como es su estilo, pero claro y contundente. Heber, realmente me gustó mucho por como encaró su intervención, mostrando capacidad y conocimiento sobre el tema en cuestión. Abreu, como experto en asuntos internacionales y su natural mesurado y prolijo estilo, también dio una lección.
En cuanto a Sanguinetti, realmente brillante como es su costumbre, exponiendo versatilidad y profundidad en todo lo que expone, con una claridad meridiana y digna de destaque, que sin dejar dudas en cuanto a su postura y a lo que marcaba como la mejor y única alternativa válida para el Uruguay, que es el de llegar en la mejor forma posible y cuanto antes a un acuerdo amplio con los EE.UU., posición notoriamente discordante con la posición expuesta por el ministro de RR.EE., el más ideológicamente alejado de Blancos y Colorados.
En definitiva, una interpelación que se convirtió en una lección de civismo y de información a la ciudadanía, sobre temas que nos son muy caros para el presente y el futuro del país. La televisación continuada de esta instancia parlamentaria debería ser tomada como un hecho habitual en cada oportunidad que en el Parlamento se discutan cosas de interés trascendente para el país y para la población.
En síntesis, es lo que me dejó esta instancia parlamentaria.
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